'Ángel o Demonio': una nueva manera de vivir la fantasía

Trece capítulos han bastado (y sobrado) para conocer a Valeria, sus ángeles y sus demonios. Mi primera impresión sobre el proyecto no pudo ser más positiva, parecía que por fin se había apostado por algo nuevo en televisión, pero a medida que avanzaban los capítulos la originalidad iba desapareciendo. La pérdida de interés se ha visto reflejada en la audiencia de los capítulos finales, que no llegaban ni al 10% de share; de todos modos, la culpa no es sólo de la serie, Telecinco ha mareado al espectador cambiando la hora de emisión de 'Ángel o Demonio' o dejándonos algunas semanas sin capítulo de estreno, y sin previo aviso.

Ya me temía desde un principio que la idea de realizar tramas episódicas no iba a ser de mi agrado. Las primeras historias y los primeros personajes capitulares pueden resultar atractivos o novedosos, pero cuando semana tras semana todas las tramas repiten el mismo patrón el interés decae y la audiencia huye.

Esa monotonía ha jugado en contra de 'Ángel o Demonio', que a priori cuenta una historia interesante con la lucha entre el bien y el mal como telón de fondo y con una aprendiz de ángel como protagonista. Concretamete es eso lo más llamativo de la serie, Valeria. Aura Garrido está que se sale en cada capítulo, esa mezcla de chica luchadora y dulce, inexperta e inteligente, me ha encandilado.

Pero no ha sido Garrido la única que ha llevado su papel a cabo extraordinariamente. Desde un principio la labor de Mar Saura predominó por encima del resto, ya que las expectativas con la actriz eran muy bajas, pero Alexia se ha convertido en uno de los ejes de 'Ángel o Demonio', y gran parte del mérito es de Mar Saura. Es en el bando de los malos donde encontramos más promesas del mundo de la interpretación, una de ellas es Carmen Sánchez, la niña centenaria a la que no se le ha sabido sacar todo el jugo, ya que merecía mucho más protagonismo, al igual que Jorge Suquet, que clava el papel de chico malo.

En cambio, no puedo decir lo mismo de Carla Nieto o Jaime Olías, pese a que éste último mejora notablemente en los últimos capítulos, la joven actriz está estancada desde 'Acusados', donde también quedó en evidencia como actriz. Ambos deberían aprender de Manu Fullola (Natael) que, aunque no aparece tanto como me gustaría, borda su papel.

Respecto a la historia de amor entre Valeria y Damián, es muy probable que ese sea un aliciente para gran parte del público (sobre todo adolescente), pero a mi me ha parecido un tópico: chica buena se enamora de chico malo que al final se convierte en bueno. A mi parecer el affaire entre Natael y Alexia es mucho más bonito, puede ser porque no les han dado tanto bombo como a los otros dos tortolitos.

Siguiendo con el reparto, entre los personajes capitulares hemos podido encontrar de todo, pero en cada episodio teníamos la ocasión de disfrutar de alguna cara más o menos conocida que le daba algo de carisma a la nueva historia, como es el caso de Lola Marceli, Marina Salas, Mar Regueras o Javier Pereira, entre otros.

Por último, una baza con la que juegan demasiado en la serie es con la ventaja de tratarse de una serie de fantasía. A veces los guionistas actúan como si no hubiera reglas y los muertos reviven, las heridas se curan y los recuerdos se borran, así durante trece capítulos, para terminar como empezó, ya que ni siquiera tuvieron el detalle de matar a Isa (amiga de Valeria) para darle algo de credibilidad o una pizca de tragedia a la serie.

'Ángel o Demonio' puede mejorar en sus capítulos finales. La segunda temporada estará compuesta por ocho episodios, que puede ser que no se lleguen a emitir en Telecinco por razones de audiencia, pero los seguidores estaremos atentos del final de la historia de Valeria. Pese a sus notables defectos (debo mencionar la cutre espada de fuego), confío en que nos dejarán con un buen recuerdo.