'Anatomía de Grey' T9: punto de retorno

Después de ser testigos de innumerables accidentes mortales (autobús, ferry o avión); tras asistir a la muerte de varios personajes; o una vez superado un tiroteo masivo en el Seattle Grace (ahora llamado 'Grey-Sloan Memorial Hospital'), el final de la novena temporada de 'Anatomía de Grey' se queda corto con un simple apagón de por medio. No obstante, las consecuencias que traerá ese corto periodo de tiempo sin luz, seguro que serán devastadoras para algunos de los trabajadores del hospital más caótico de la pequeña pantalla.

Es muy probable que las primeras en sufrir los efectos del apagón sean Arizona y Callie, una pareja sólida que se ha hecho más fuerte tras la superación de numerosos baches. El golpe más duro está relacionado con el drama de Arizona, que desde la amputación de su pierna se muestra agria y distante, culpando de ello a su pareja. A raíz de ello, o no, ha tenido un affaire con su nueva compañera, aprovechando esos minutos a oscuras. Un secreto que no ha tardado mucho en desvelarse, en cuanto volvió la luz la verdad salió a flote.

Lo malo de que una serie se alargue hasta la extenuidad es que los guionistas se ven obligados a dar giros manidos e incoherentes. Este que se le avecina a la pareja lésbica de 'Anatomía de Grey' no es de mi agrado, espero que Callie y Arizona superen este obstáculo como han podido hacerlo con los anteriores, mucho más abismales que la intromisión de la última bitch de turno.

Con Meredith y Derek el drama ya se ha cebado suficiente durante nueve años, por eso han decidido dejar a la pareja feliz, de momento. Tras un prematuro parto, Meredith da a luz un retoño que unirá, más si cabe, a la pareja protagonista. No soy el único que piensa que los tortolitos son tan felices juntos que podrían emigrar a otro país y dejar de estorbar, aunque este último año apenas lo han hecho, ya que su protagonismo ha estado al nivel del resto del reparto, un acierto.

Cristina también ha rebajado sus apariciones, igual que otro veterano, Alex, aunque en el caso de Karev su intensa no-relación con Jo ha estado mucho más presente que el enésimo quebradero de cabeza de Cristina con Owen, y con la idea de tener o no hijos. Parece que el debate de la pareja no ha terminado aquí, aunque Cristina se separe del pelirrojo, todo apunta a que no podrá evitar seguir acercándose a él, con niño o sin él.

Respecto a Karev y la nueva interna, no cabía duda de su destino, como también confío en que más pronto que tarde sufrirán la crisis de pareja que abarca todo aquel que pisa el antiguo Seattle Grace. Y sino que se lo digan a la simpática April Kepner, cada vez más adorable. La joven ha aceptado la petición de matrimonio del chico de las ambulancias, todo ha sido muy precipitado, y es ahora cuando Kepner se para a pensar en ello, viendo que lo suyo con Avery no ha terminado del todo.

Los años que deciden meter nuevas caras en 'Anatomía de Grey' es un alivio para el espectador, así no terminamos hasta el gorro de la omnipresencia de algunos personajes veteranos. Miranda Bailey siempre ha sido una grande, pero el paso de los años caen sobre ella, y nueve años siendo la dama de hierro con corazón de gominola son muchos, por eso los nuevos derroteros de su personaje puede que no sean del gusto de todos. Menos mal que pequeños papeles como los de las nuevas internas (miedosa, Leah o Stephanie) dan un poco de aire, veremos como avanzan en los próximos capítulos.

El número 10 es idóneo y redondo para cerrar una serie, por lo tanto, pienso que la décima temporada puede ser un bonito broche final para la agotada ficción, que pese a sus buenos capítulos o tramas (que las sigue habiendo) pide a gritos un cierre digno y por la puerta grande. De momento no se sabe nada sobre el desenlace definitivo de 'Anatomía de Grey', y por declaraciones recogidas de Shonda Rhimes, no parece que la creadora esté por la labor de cerrar el chiringuito a corto plazo.

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