(Contiene spoilers de la 8ª temporada)
Shonda Rhimes (creadora de '
Anatomía De Grey') está de suerte, su serie goza de una envidiable salud tras ocho temporadas en antena, sus protagonistas están aferrados a la serie como si de su propio proyecto se tratara y las ideas fluyen año tras año. Lo malo llega cuando
la intensidad simplemente se incrementa en los finales de temporada, esos míticos desenlaces que solo pueden tener cabida en el Seattle Grace. Lo que no pase en ese hospital o a los residentes del mismo no ocurre en ningún otro lugar. El guiño de Cristina en el último episodio lo describe perfectamente: "amigos que mueren, tiroteos a pie de hospital, accidentes de ferri, coche o incluso avión".
Y es que tras ocho años los protagonistas han logrado dar un paso adelante en el ámbito profesional (en el personal continúan estancados como si de quinceañeros se tratara). Tras varias pruebas cada uno tiene un destino, y mucho de ellos han optado por dejar atrás el Seattle Grace y aspirar a algo mejor, aunque después del último capítulo cualquier cosa puede pasar. Mientras que varios personajes se encuentran atrapados en una especie de isla tras el accidente de avión (otro guiño, esta vez a la inolvidable 'Lost'), otros siguen con el día a día del hospital, ajenos al deteriorado estado de sus compañeros y amigos.
Antes de empezar a ver la season finale, a muchos ya nos habían chivado que un personaje importante moriría, aunque no sería la única marcha del serial. Desafortunadamente la pequeña Grey nos deja, con una muerte anodina, poca cosa tratándose de Lexie, un personaje entrañable, el contrapunto de su hermana Meredith. Como suele pasar en este tipo de dramas, justo cuando la vida le empieza a sonreír Lexie cierra los ojos y nos deja para siempre. Teddy también se va, pero la razón es completamente diferente, Owen quiere que su amiga pase página, la doctora lleva media temporada sin desprenderse del bajón que le supuso la muerte de su moribundo marido. El abrazo final de los dos médicos fue sobrecogedor.
En esta temporada Meredith y Derek han demostrado no ser tan estables como nos quisieron hacer ver los últimos años. La adopción de Zola ha caído como un jarro de agua fría en la relación de la pareja, aunque la historia ha tenido un final feliz, y ahora incluso los dos protagonistas disfrutan nuevamente de su eterno idilio. Las que también parecen haber pasado todos los altibajos habidos y por haber son Arizona y Callie, su hija ha unido a la pareja, y junto a Sloane siguen formando un tándem al que le va a costar volver a los derroteros de siempre tras el adiós de Lexie.
Otras tramas menores han continuado decorando '
Anatomía de Grey',
tan prescindibles como aburridas. Los escarceos de Karev o Avery con las diferentes doctoras, enfermeras y/o residentes del hospital solo han servido para ralentizar el curso de la serie. Quizás haya aportado más la inexperta April Kepner, que entre sus primeros pinitos en el sexo y la mala suerte de no ser admitida por ningún centro médico ha sabido mantener la atención del público.
Por otra parte, los cirujanos han seguido la misma estela de años anteriores, pese a su profesionalidad no han demostrado ser más maduros que sus discípulos. Por ejemplo, Bailey está dispuesta a dar el gran paso con el simpático anestesista; a Owen le sigue pesando el aborto de Cristina; y Richard asume la enfermedad de Adele y pasa página con la madre de Jackson.
El noveno año puede ser crucial para la serie, algunos personajes están en el limbo y puede que dejen el Seattle Grace. Además
'Anatomía de Grey' lleva varias temporadas aquejada de un desgaste que debe tratarse de raíz, la solución puede ser finiquitar la ficción, pero es probable que en septiembre regresen con fuerzas renovadas. Habrá que estar ahí para verlo.