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Anatomía de Grey' no pasa por su mejor momento,
tanto los protagonistas de la serie como los casos episódicos que se dan semanalmente han perdido gancho. La séptima temporada ha sido la prueba del desgaste que está teniendo el serial de médicos. La que empezó como una serie original con un punto de vista diferente sobre los centros hospitalarios y sus trabajadores ha terminado cayendo en todos los tópicos habidos y por haber: embarazos, accidentes, muertes, amores, desamores y un largo etcétera de situaciones que nos han mantenido pegados al sillón durante siete largos años.
Meredith y Derek se han mantenido en un segundo plano a lo largo del último año, no han hecho mucho ruido, eso sí, el final ha sido exclusivamente para ellos, dejando a un lado a las que realmente han sido las protagonistas de la etapa final, Arizona y Callie. Realmente ellas han sido el alma de la serie, sus discusiones acerca de la maternidad, su separación, su reconciliación, su embarazo involuntario y el accidente final han convertido a esta pareja en el centro de atención. Quizás no me haya gustado del todo el desenlace de la historia, cuando finalmente son madres, pese a la negativa continua de Arizona, pero la televisión tiene la manía de vendernos que procrear es lo correcto y no hacerlo es lo malo.
Retomando el tema de la pareja principal de '
Anatomía de Grey',
cuando parecía que todo era perfecto entre Grey y Shepherd, y después de conseguir la custodia de su nuevo bebé, ella mete la pata (más bien falsifica unos documentos) y Derek no se lo perdona.
Ahora la parejita feliz está distanciada, aunque Shepherd ni siquiera sabe que el bebé ya es oficialmente suyo. Lo mejor de todo es que en esa casa de locos Meredith ha conseguido algo de paz y se la ha encontrado vacía, sin un Álex lleno de mala leche pero con buen corazón, y sin una Lexie con el corazón repartido entre dos hombres.
La tranquilidad de la que hablo desaparece en cuanto entra en acción Cristina, quien también está embarazada, ¿qué ha pasado este año con los espermas de '
Anatomía de Grey'? La diferencia es que
Yang no quiere ser madre y está decidida a abortar, pese a que dudo que lo haga, como he dicho al principio, en la televisión nos venden una imagen uniforme y espero equivocarme cuando pienso que
a Cristina le va a entrar el instinto maternal tras pasar unos días con Meredith y su retoño.
Durante esta temporada Cristina también ha tenido que lidiar con dos duros profesores, por una parte la insípida (lo siento, no me gusta) Teddy Altman, con la que ha mantenido una relación curiosa y en ocasiones divertida; aunque definitivamente, el más exigente ha sido su propio marido, el Doctor Hunt. Owen tenía la dura decisión de elegir al nuevo jefe de residentes y se ha decantado por la infravalorada April Kepner, por la que nadie apostaría. Creo que va a ser divertido ver a la inexperta residente haciendo de jefa del resto, aunque es muy poco creíble que una estudiante que ha cometido un grave error médico y que ha sido expulsada del centro médico llegue tan alto en tan poco tiempo.
Algo más angelical que Kepner es Lexie Grey, que de ser ciertas las declaraciones de los protagonistas de la serie (Ellen Pompeo y Patrick Dempsey), ella misma pasaría a ser el personaje principal de la nueva '
Anatomía de Grey'. A mi parecer
es un error que la serie continúe sin sus protagonistas, aunque ninguno de los dos sea santo de mi devoción, y Lexie me caiga mil veces mejor que ellos dos juntos, pero
no creo que sea acertada la decisión de continuar con la serie pasada ya su octava temporada. Además es muy forzoso que el programa mantenga su nombre poniendo en un primer plano a Chyler Leigh, cuando siempre la han mantenido a la sombra de su hermana en la serie.
Por último, es una pena que no haya mucho que comentar sobre uno de los personajes más jugosos del drama médico, Miranda Bailey ha experimentado un importante bajón, ya no es la sargento que era antes y parece ser que no impone el mismo respeto. Ahora la Doctora está demasiado involucrada en su relación con el enfermero Eli, y no estaría de más hacer mayor hincapié en esta pareja en futuros episodios, porque pueden dar mucho juego, encima Bailey merece un final feliz.
En la octava temporada estoy seguro de que nos depararán varias sorpresas, pero
'Anatomía de Grey' ganaría mucho más si empezara a dibujar un buen final, como los que sólo ellos saben hacer, y que no tenga nada que ver con esta
séptima temporada tan mediocre y con una season finale no muy digna del producto de Shonda Rhimes.
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