No quiero caer en el error de comparar la actual temporada de '
American Horror Story' con la anterior, en el fondo
se trata de series diferentes, con argumentos completamente distintos y personajes que nada tienen que ver entre una temporada y otra. Aun así, también es cierto que el sello continúa siendo el mismo, y si no hubiera sido así, el piloto de esta segunda tanda de episodios podría haber pasado desapercibido.
Contar con el aval de la primera temporada juega a favor de '
American Horror Story', pero está por ver hasta qué punto sus seguidores vamos a permitir cualquier producto que nos ofrezca la franquicia. Ryan Murphy se tira de nuevo a la piscina, asegurando que lo sobrenatural va a tener menos presencia este año, pero dejando claro que
la ciencia-ficción va a pisar fuerte a partir de ahora.
La historia empieza con una pareja de recién casados que entra en un edificio antiguo en el que hace años residían los más peligroso perturbados de Estados Unidos. El morbo que busca la joven pareja se torna terrorífico cuando un ser extraño les ataca y termina quedándose con un brazo del marido (interpretado por el cantante de 'Maroon 5', Adam Levine).
'Asylum' pone así sus primeras cartas sobre la mesa, y lo que viene después no deja en mal lugar al serial. La historia de uno de los protagonistas, Kit, es de las más sobrecogedoras, él trabaja en una gasolinera y está casado en secreto con una mujer negra, algo que allá por el año 1964 estaba mal visto. Todo se tuerce cuando una fuerza extraña irrumpe en la casa de la pareja, y cuando Kit despierta, a su mujer le han dado por muerta, y a él por asesino. Los espectadores somos testigos de que una fuerza sobrenatural o unos extraterrestres (es lo primero con lo que asocié la cegadora luz) fueron los causantes de todo lo que acusan a Kit.
El chico es internado en el mencionado 'Asylum' y allí le tratan como a un conejillo de indias, le hacen un sinfín de pruebas y experimentan con su cuerpo y sus reacciones, dejándole peor que cuando entró. Así se gana Kit el pseudónimo de "Bloody Face", ya que el de su mujer no es el único crimen del que se le acusa. Chirría, entre otras cosas, el chip-araña que el Doctor Arden introduce en Kit, una imagen que no sé hasta qué punto fue imprescindible.
En el otro lado del ring se sitúa Jessica Lange y su nuevo papel, la Hermana Jude, una monja con doble moral. La estricta Hermana no pasa ni una a los internos y no duda en tratarlos de la manera más cruel posible. La llegada de una curiosa periodista hace tambalear la hegemonía de Jude, por lo que la monja decide encerrar a la articulista Lana Winters (Sarah Paulson) y torturarla rodeándola de psicóticos, como si ella fuera uno más del lugar.
La Hermana Mary (Lily Rabe) podríamos decir que es la antítesis de Jude, aunque sea pronto para valorarlo, porque Mary también esconde algo, ella ayuda al Doctor Arden a alimentar a una especie de bestia que se esconde en el bosque. Al fin y al cabo la inocente Hermana también es cómplice de los experimentos de Arden.
'
American Horror Story' vuelve pisando fuerte, pero
el piloto no ha estado a la altura de lo que nos han acostumbrado hasta ahora, habrá que darle tiempo. Además falta por descubrir el papel de Zachary Quinto, que no ha habido ni rastro de él en el primer capítulo; el personaje de Grace (interna y nueva amiga de Kit) también despunta como uno de los personaje revelación; y el papel de Joseph Fiennes puede dar mucho juego, el monseñor que vuelve loca de pasión a la Hermana Jude se puede convertir en otro reclamo para la serie.
Espero que el 'Asylum' que ha montado FX con la ayuda de Murphy y compañía no decepcione,
tienen muy buen material para poder llevar a cabo una gran serie, solo nos queda confiar de nuevo en la factoría '
American Horror Story'.