Parece ser que este año han elegido un escenario mucho más interesante que los dos años anteriores. El tema de la brujería o el circo se alejaba bastante de la línea seguida por las dos primeras temporadas, cuando el terror tenía "algo" de presencia en la serie. El equipo de Ryan Murphy ha decidido apostar por un enclave más parecido a las primeras temporadas, un lugar cerrado donde pase todo lo inimaginable, le ha tocado el turno al hotel de los horrores.
Todo lo que toca Murphy se vuelve
excéntrico y sinsentido, no iba a ser menos en '
American Horror Story: Hotel'. El Hotel Cortez es enorme, aunque no consiguen colgar el letrero que señala que el recinto está lleno. No es para menos, el entorno es escalofriante, y raro es el que elige este alojamiento y aguanta durante más de una noche en el mismo.
El piloto comienza con una pareja de amigas suecas que se equivocan al elegir este hotel, ya que no es tan céntrico ni acogedor como dice ser en el buscador de hoteles de Internet. Pese al intento de las chicas por echar atrás su reserva, terminan pasando la noche, y algo más, en el Hotel Cortez. Ellas no son las únicas que quedan atrapadas en las garras del edificio, en el primer capítulo son más las víctimas del lugar.
Sarah Paulson parece la mandamás más tétrica del lugar, sedienta de sangre y con un aspecto perturbador, acorde con la ficción. Su papel podría ser perfectamente para Jessica Lange, actriz que nos da un descanso este año, demasiado intenso todo lo que creaban para la veterana, que conseguía que todo girara en torno a ella, tal vez esta temporada consigan un resultado más coral. Kathy Bates es la recepcionista que llega al hotel por perseguir a su hijo e intentar evitar que éste cayera en la tentación de las drogas, de la mano del mencionado personaje de Paulson. Han pasado los años y todos siguen en el hotel, ahora como algo más que simples inquilinos, y siendo testigos de cada masacre.
Tanta viscera y tanto cadáver sospechoso debería tener una respuesta, pero a juzgar por el esquema seguido en la serie, dudo que nos aclaren algo de lo que ocurre en Cortez. En el piloto ya nos muestran una ristra de crímenes y fenómenos paranormales que seguramente solo sirvan para adornar la enésima locura de Ryan Murphy.
Al menos, detrás de todo este espectáculo de sangre hay sitio para una historia más real y cercana. Además, está protagonizada por una pareja de actores que me agrada, Wes Bentley y Chloë Sevigny, que son un matrimonio que vive un drama tras la desaparición de su hijo. Años después el padre termina en el Hotel Cortez, se alojando allí tras la ruptura del matrimonio, sin saber que en ese lugar habitan, encerrados, varios niños desaparecidos, entre ellos el suyo.
Por otra parte, Lady Gaga no me sorprende en absoluto, ni para bien ni para mal, parece que se ha vestido para lucirse en uno de sus videoclips, sin aportar más a la historia. La orgía junto a Matt Bomer es la escena que más ha impactado a la audiencia, y no creo que sea por el baño de ketchup que se da la pareja, sino más bien por el culo del actor, que ha sido la comidilla de Twitter todo el fin de semana.
El que sí sorprende es Denis O'Hare, irreconocible en su nuevo papel como Liz Taylor, la ama de llaves del hotel. Uno de esos personajes bizarros que tanto le gustan a Murphy. Nos falta por descubrir la identidad de Evan Peters y Angela Bassett este año, dos de los veteranos de 'American Horror Story' que se hacen esperar.
La historia que nos presentan este año es para coger con pinzas, no ha pasado gran cosa, sangre y matanza sin ningún orden. Parece que nos han querido meter toda la casquería en el piloto para enganchar a los más sedientos de gore, si es que se le puede llamar así a lo acontecido en el primer episodio. Las actuaciones están en la línea de las anteriores temporadas, y la trama principal no parece que tenga mucha chicha, a excepción de la pareja Bentley-Sevigny, que hasta el momento dan algo de normalidad al asunto. Es todo tan caótico e irreal desde el primer segundo que me aleja a pasos agigantados de este argumento en el que todo vale.