'Altsasu' busca el equilibrio con un relato tan complejo como necesario

ETB ha decidido enfangarse y contar "a su manera" un suceso polémico que sigue dando que hablar. De hecho, algunos de sus protagonistas siguen en prisión tras el ataque o pelea que tuvo lugar en un bar de Alsasua (Navarra). La miniserie vasca ahonda en este asunto desde una perspectiva que intenta ser objetiva, aunque supongo que cualquier valoración que se haga de una historia tan reciente y actual siempre va a tener alguna pincelada subjetiva, es inevitable. No obstante, creo que el trabajo que ha hecho el equipo de la ficción es digno de alabar.

'Altsasu' narra los hechos de una forma ordenada, dando un contexto que nos puede hacer ver de un prisma más amplio lo que sigue ocurriendo en pueblos como Alsasua. El conflicto entre las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado y la izquierda abertzale sigue latente, aunque por suerte ya tiene poco que ver con lo que ocurría hace más de diez años.

En la serie son dos los Guardias Civiles que se pasean por el pueblo, haciendo su trabajo, aunque uno de ellos es bastante más provocador, Raúl. Este acaba de aterrizar en el País Vasco y no comprende que algunos prefieran hablar en euskera o se sientan vascos por encima de todo. El segundo agente es más reservado, conoce mejor el pueblo e incluso su novia es de allí.

Uno de los puntos positivos de la serie es que no se esfuerzan en señalar a los buenos o a los malos. Según lo que vemos en los cuatro episodios, a ambas partes les gusta provocar, de hecho, la pelea no habría tenido cabida si una de los dos bandos hubiera puesto freno a tiempo. Entre los jóvenes del pueblo, Aitor es el que lleva la voz cantante, tiene un pique personal con los "picoletos", como él los llama, se niega a que campen a sus anchas por el pueblo.

Todo esto lleva a una acalorada pelea de la que el espectador no es testigo, es un detalle importante que me llama la atención. Entiendo que podría haber sido todavía más polémico recrear la pelea, de la que hay dos, o más, versiones. Los responsables de la miniserie han optado por omitirla, poniendo el foco en todo lo que acontece después del suceso, sin olvidar los matices iniciales, fundamentales para conocer a los personajes y sus debilidades.

En el reparto encontramos caras conocidas como la de Jon Olivares, al que vimos recientemente en 'Patria', en un papel de la misma cuerda; mientras que "El Chato" vuelve a hacer acto de presencia en una serie del mismo corte, aunque en esta ocasión José Ramón Soroiz se mete en la piel del padre de uno de los acusados. Tanto la mayoría de las interpretaciones, sobre todo entre los que están en primera plana, como la ambientación del drama están muy logradas. Nos trasladan a unos de los días más tristes de Alsasua, con unas consecuencias que todavía siguen salpicando el nombre de la localidad navarra.

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