'Allí Abajo', un mal chiste

Era uno de los estrenos más esperados, y el hype fue muy alto incluso antes de estrenarse. Los afortunados que pudieron ver la serie antes que el resto de humanos pusieron la comedia por las nubes, recalcando que no tenía nada que ver con 'Ocho Apellidos Vascos'. En eso estaban acertados, porque en el piloto de 'Allí Abajo' no consiguen arrancarte ni una sonrisa, como comedia es una decepción mayúscula.

El guión de la serie de Óscar Terol y compañía es más bien plano, en ocasiones parece que se trata de una sarta de secuencias de 'Vaya Semanita', habiendo elegido tan solo los peores sketches del programa. Los actores secundarios están sobreactuados, incluso el protagonista, Jon Plazaola, no está a la altura en algunos momentos, principalmente en las primeras escenas en las que exagera demasiado el acento y parece una caricatura.

María León está correcta, el peso interpretativo de la serie recae sobre ella, que sale del paso con solvencia, aunque la he visto en mejores registros, como se suele decir, "en el país de los ciegos el tuerto es el rey". En cambio, Mariano Peña ha sido otra decepción dentro de 'Allí Abajo', con un personaje tibio y sin gracia, lo más ocurrente que dice es que al vasco parece que le han metido un cohete por el culo porque corre mucho, ese chiste no lo usan ya ni los payasos de cumpleaños.

Además, Peña también tiene problemas con el acento, mientras que los demás lo exageran y lo llevan al limite, Mariano mezcla el seseo con el ceceo, y puede que sea una característica de su personaje, pero a mi me sigue desconcertando. Tampoco soporto las palabras o frases hechas en euskera que intercalan Iñaki y su madre metidas con calzador, no tienen sentido y a mí como vasco me da vergüenza ajena ese "kaben zotz" sin venir a cuento, o que diga "eskerrik asko" a una enfermera en un hospital de Sevilla. Son detalles sin importancia, pero se suman a todo lo que ya chirría en esta ficción.

Por otra parte, la música utilizada constantemente en 'Allí Abajo' no ayuda. Intentan hacer dinámica cada secuencia acompañada por una musiquilla de comedieta de los años 90, y personalmente no me gusta en absoluto el resultado. La fotografía tampoco es su fuerte, pero en una comedia ese aspecto no se valora tanto, aunque es normal recurrir a ella para encontrar algo positivo, ya que con sus chistes no cautiva.

El piloto no me ha gustado, no hace falta decirlo después de mi critica, también he de decir que 'Ocho Apellidos Vascos' no me pareció la panacea, como sí lo fue para muchos. Al menos me he podido recrear con algunos paisajes de Donostia o Sevilla, siempre y cuando no usaban esos horribles cromas, como en el autobús, por ejemplo. Quizás mejore después del segundo capítulo, o sea de esas comedias que van creciendo y mejorando con el paso del tiempo, pero a priori yo no estaré ahí para verlo.

Dale al Stop en Twitter