'AHS: My Roanoke Nightmare' cambia el tono y se diferencia del resto de temporadas

'American Horror Story' lo tenía complicado para levantar cabeza después de tres temporadas mediocres que han desencantado a gran parte de la audiencia que congregaron en los dos primeros años. Esta vez Ryan Murphy aparece con 'My Roanoke Nightmare', título que adquiere esta tercera etapa de la antología de terror.

Vistos los dos primeros episodios, se puede decir que han conseguido despuntar de lo que han ofrecido hasta la fecha. No es poco, teniendo en cuenta que las últimas temporadas el equipo de Murphy se regodeaba en sangre y sexo gratuito, sin ningún sentido, sobre todo en 'AHS: Hotel', donde cayó la gota que colmó el vaso. Esta vez se han puesto serios, y parece que el fin de todo esto es contarnos una historia más relajada, disfrazada de documental.

En el falso documental no hay tantos personajes como en temporadas anteriores, al menos por el momento han preferido centrarse en Matt y Shelby, un matrimonio de mediana edad que se muda a una casa apartada en Carolina del Norte. Como cabía esperar, no es una casa cualquiera, esta especie de mansión guarda muchos secretos y fantasmas a los que la pareja se tendrá que enfrentar. Las alucinaciones o apariciones que sufren los protagonistas están repletas de sustos que traen a la memoria los mejores momentos de 'American Horror Story'.

Sin embargo, la serie sigue abusando de lo esperpéntico, como ese espécimen con cabeza de cerdo, la persona a la que le asoma el cerebro u otras lindezas que restan credibilidad a una historia que nos venden como veraz. Realmente, la historia de Roanoke sí ha existido, o al menos la leyenda tiene su origen en el siglo XVI, siendo el epicentro la Colonia Roanoke, que da nombre a la temporada, y que se la conoce como "la colonia perdida", relacionada con el canibalismo.

Descubrir qué ocurrió con esa Colonia siglos atrás, o conocer los misterios que guardan las paredes de la casona, van a ser los objetivos del espectador este año. Me gusta que Ryan Murphy se haya inspirado más en sus dos primeras temporadas que en el resto, principalmente en la primera, ya que esa casa encantada recuerda levemente a la que habitaban Connie Britton y Dylan McDermott.

En el reparto no hay grandes sorpresas, lo bueno es que la presentación de los personajes se está haciendo de un modo pausado, sin estridencias. Más tarde, con el matrimonio convive la hermana de Matt, una ex policía muy impulsiva, a la que su carácter le ha llevado a retirarse del cuerpo policial, y a perder a su hija. El segundo capítulo se centra en el drama de esta mujer que secuestra a la niña para que el padre no se quede con la custodia. En el final del episodio la pequeña desaparece misteriosamente en ese entorno tan lúgubre donde viven sus tíos.

La idea de mostrarnos la historia como un falso documental me parece arriesgada. No me atrevería a decir que hayan acertado, estamos a la espera de ese giro que anuncian los actores y productores de la serie. Más adelante puede que veamos en acción a Lily Rabe y a todo aquel que se sienta ante la cámara para relatarnos los hechos. Al menos 'AHS: Roanoke' ha vuelto a despertar en mí las ganas de saber más sobre los personajes y la trama presentada, algo que no ocurrió en las últimas temporadas; algunas vistas por inercia, y otras dejadas por hastío y pereza.

'My Nightmare Roanoke' es la oportunidad que tiene FX para conciliarse con los espectadores que perdieron. Solo falta un empujoncito, y también por nuestra parte, tal vez no tengamos que ser tan exigentes. Debemos concienciarnos de que el resultado de 'Asylum' no se va a repetir. Y mirar hacia adelante.

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