Ya ha finalizado la segunda, y por lo visto última, temporada de Acusados; de manera que los que hemos visto ese fabuloso final ya sabemos quién se escondía tras el pseudónimo de Job. Algo previsible desde mi punto de vista.
Confuso y engañoso; así fue el principio del episodio final de la serie protagonizada por Blanca Portillo. Los guionistas nos quisieron vender la moto de que Job era Rosa Ballester, pero no podía ser así, dejarían demasiadas lagunas y muchos cabos sueltos, por eso me tranquilicé cuando a medida que se acercaba el final quedaba cada vez más claro que Job era el Juez Castillo (uno de mis sospechosos principales desde casi el principio de la temporada, todo hay que decirlo...).
En general, el capítulo no ha estado a la altura del anterior, en el que la muerte (o mejor dicho, 'suicidio') de Aurora me pilló completamente desprevenido y no lo esperaba para nada. Aun así, a lo largo del 2x13 también nos sorprenden con varias escenas, sobre todo en la recta final del capítulo, algo que voy a analizar a continuación.
En primer lugar, la forma de deshacerse Joaquín de la Torre de su inseparable abogado y consejero, fue una escena GRANDE, con un Coronado que hasta me llegó a gustar, y eso que el hombre no es santo de mi devoción, pero consiguió clavar la escena. Ese momento de tensión cuando va a girar la llave, y más que nada, el instante en el que deja las llaves del coche a su abogado para terminar con su vida y a su vez con sus propios problemas es impagable, y una forma muy inteligente de quitarse a alguien de en medio manteniendo las manos limpias.
Otro de los momentos a los que me gustaría hacer referencia es cuando Ballester da su discurso final ante el tribunal de justicia, fue una manera inteligente de hacer una crítica constructiva al sistema judicial actual, aunque la misma jueza finalmente reconoce estar a favor del sistema, supongo que lo hará después de tener en cuenta lo mal que ha funcionado ese 'ojo por ojo' llevado a cabo por su admirado Juez Castillo, quien se llevó por delante varias vidas inocentes sólo por hacer lo que a él le parecía que era justicia.
Por último, el verdadero final, la decisión personal de Rosa. La jueza ve a su marido en los pasillos del Tribunal, pero pese a su dolor y las ganas de volver a los brazos de Héctor, Ballester decide seguir adelante y dejar atrás la difícil relación con su marido, que traicionó a la jueza en la recta final de la serie. Cada paso que da Rosa en esa escena duele más, y se nota que ella le quiere, pero Ballester es fuerte y no está dispuesta a dejarse hacer daño una vez más.
De manera que con un final excelente Acusados nos dijo adiós la semana pasada, al igual que lo hizo hace ya 5 años Motivos Personales, es decir, con un desenlace abierto pero cerrado a la vez. Somos muchos los seguidores a los que nos gustaría ver a Rosa Ballester en otro caso en el que esté involucrada, pero no va a ser posible, por lo que ya sólo nos queda esperar a que en otros 5 años en España se vuelva a hacer una serie de estas características y con una calidad y un elenco de actores brillantes.
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