A 'Devious Maids' no le tiembla el pulso dos temporadas después

No eran muchos los que apostaban por el enésimo intento de emular a la recordada 'Mujeres Desesperadas', entre los que me incluyo. Afortunadamente, una vez más me equivocaba, y lo que a priori parecía una copia barata y chapucera de la serie de ABC, después de dos temporadas 'Devious Maids' ha salido fortalecida, ahondando cada vez más en el interior de sus protagonistas y de ese universo disparatado en el que se envuelve la serie.

Este año nos hemos ahorrado las presentaciones que tan obvias y descaradas se hicieron el primer año, las cartas estaban sobre la mesa y solo faltaba poner en acción a las chicas que protagonizan 'Devious Maids'. Marisol sigue formando parte del círculo de amigas, aunque ya no se tenga que hacer pasar por criada, más bien todo lo contrario, se ha casado con un hombre atractivo y adinerado, pero con un pasado turbio. El secreto de esta trama aguanta con firmeza los 13 episodios, y todo se resuelve en los últimos minutos de la temporada, de una manera un tanto forzada. Por ejemplo, la confesión a los Powell es poco creíble, y totalmente surrealista.

Nos vendieron la historia como la más potente del año, y Nicholas termina confesando como un corderito degollado ante los Powell, de la mano de su esposa. Por lo menos la reacción de Evelyn y Adrian no decepciona, son unos grandes. Tampoco aparece Ethan en este desenlace, por un momento pensé que sería decisiva su incursión, pero ha quedado claro que este personaje ha sido un auténtico resbalón, en cambio Opal fue muy buen fichaje, una lástima su final.

La otra trama continuada tiene de algún modo relación también con esta nueva familia. Ethan y sus amigos, en un acto de rebeldía, deciden robar en las casas de los más ricos de Beverly Hills, pero se les va de las manos en más de una ocasión. No obstante, un miembro de la cuadrilla, Ty (casualmente sobrino de Spence) es el que decide llegar más lejos, y para acallar rumores y sospechas tiñe de rojo la boda de la sumisa Rosie.

Ahora que a Rosie por fin le sonríe la vida, Spence da el paso definitivo y pide matrimonio a la criada más insulsa de 'Devious Maids'. Lo que ella no sabe es que su primer marido continúa vivo, en Juárez han dado con él, y no dudamos que el año que viene aparezca por Beverly Hills. Y otra cosa que me atormenta, ¿va a dejar Rosie también de limpiar? En ese caso tendrían que replantearse el título de la serie.

La parte cómica y distendida de 'Devious Maids' sigue llegando de la mano de Zoila y Carmen. La primera hace un dúo excelente con Genevieve, su relación se basa en la complicidad y la confianza, en ocasiones demasiada, ya que parece Zoila la jefa de Genevieve, cada escena que comparten es genial. Por su parte, Carmen me ha ganado este último año, reconozco que antes se me hacía pesada, sus tramas siempre se basaban en el egoísmo y la sed de triunfar en el mundo de la música. Este año hemos podido conocer mejor a Carmen Luna, con matices que han resultado simpáticos, aunque no puedo evitar echar de menos a un personaje olvidado, Odessa.

Todo lo contrario me ocurre con Valentina, sus dudas de carpetera adolescente no me atraen en absoluto, es un muermo de personaje, y como actriz tampoco puedo decir que sea de las mejores, más bien todo lo contrario. Sus vaivenes con Remi son un sopor, me quedo de calle con los líos amorosos de su madre, mucho más interesantes y acordes con el espíritu de 'Devious Maids'.

Para líos de faldas los del matrimonio Powell, esta vez le ha tocado a Evelyn caer en las redes de la infidelidad, se ha mostrado divertida como de costumbre, aunque ha sido triste la razón por la que el guardaespaldas se beneficiaba a la pelirroja. Adrian también ha demostrado ser un amor con su actitud, a pesar de todos los errores que ha cometido el pobre depravado.

Lifetime no ha confirmado la tercera temporada de 'Devious Maids', pero ahora que han subido el listón y nos han puesto en bandeja a una digna sucesora de 'Mujeres Desesperadas', espero que no nos la cancelen. Además, la season finale deja claro que las historias de nuestras criadas malvadas deben continuar.

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