Cliffhanger

Música de Michael Giacchino. ¡Tan tan tan! Se ven unos pies corriendo a través de la selva. La cámara sube y se ve el rostro del protagonista asustado. La cámara gira para ver la razón. Fondo negro. LOST. Perdón, perdón, pero ver a Hurley, quiero decir a Jorge García, en pantalla me hace recordar lo que ya son viejos tiempos. Cuando 'Perdidos' enseñó a sus protagonistas parecía que García sería uno de los personajes más queridos en la serie pero que poco papeles conseguiría en su próximo futuro. Sin embargo, de momento, el actor ha conseguido varios cameos y ya cuenta con una nueva serie en su bolsillo.

A lo que vamos, 'Mr. Sunshine'. Es otro de los que intentarán quitarse durante toda su vida la imagen de un ex serie de éxito. La serie ha tardado en aparecen en pantalla pero lo ha hecho por la puerta grande. Matthew Perry retira a su ex compañera Courtney Cox para coger el arrastre de la comedia de moda de ABC 'Modern Family'.

'Mr. Sunshine' me recuerda mucho al humor de '30 Rock'. A veces absurdo y la mayoría de las veces inteligente. 'Mr. Sunshine' tiene mucho de eso. De momento sólo ha sido el piloto y la cosa puede cambiar bastante, pero, en cierto modo, la serie de Tina Fey no se hizo de la nada. La serie protagonizada por Matthew Perry tiene un humor complicado de cara al extranjero, como '30 Rock'. Las bromas internas refuerzan el espíritu estadounidense pero hacen incomprensible, en ciertos momentos, lo que está pasando.

Como las buenas comedias, entre personajes anda el juego. Aunque el drama siempre consigue grandes papeles memorables, es más fácil hacer soltar la lagrimilla que hacer reír a millones de espectadores. No apuesto por Matthew Perry como el mejor papel. De echo, su personaje no me parece, todo de momento, el más esencial del mundo. Apuesto, y mucho, por Allyson Janney y Nate Torrence para los grandes momentos de esta serie.

'Mr. Sunshine' abruma en un principio y deja con la sensación de libro abierto. Parece que los guionistas escribieron una buena historia pero empezaron a contarla a partir de la página 20. Sin poca presentación comienza una historia que deja con ganas de más. Ese centro deportivo se puede convertir en el nuevo Greendale College, en Dunder Miffin o en la mismísima NBC. En este caso, todo queda en ABC.

Si hay que tachar de algo a 'Mr. Sunshine' es de cagaprisas. Lo ha hecho con su forma de introducir la historia. Perdonable. Lo ha hecho con su forma de presentar personajes. Perdonable. Y lo ha hecho con su cabecera. Imperdonable. Todavía queda la esperanza de que sólo fuese para el piloto. El hecho de que la mayoría de las series hayan olvidado la importancia de las cabeceras no quiere decir que 'Mr. Sunshine' pueda hacer lo que ha hecho en ese escueta cortinilla de colegio.

Desde que Claire Bennet se enfundase el vestido de animadora con gran éxito, el papel de esta pequeña mini sociedad jerarquizada ha tomado la pantalla con mucha fuerza. 'Glee' juguetea cada semana con su grupo de cheerleaders. Ahora se hacen con el control total de una serie de televisión. 'Hellcats', que se estrena el próximo miércoles a las 21:30 horas en Cosmopolitan, ha sido el último intento de TheCW para hacerse dueño de la mente adolescente.

Cuando uno se enfrenta a una nueva serie de este canal hay que pisar con pies de plomo porque nunca se sabe a lo que se va a enfrentar. Este año la cadena se lanzaba sobre tierra segura con 'Hellcats' e intentaba renovar público con el remake de 'Nikita'. Ambas prometieron algo diferente a lo que luego dieron. Prometieron ñoñerías y balazos sin objetivo y se han encontrado, de pronto, con algo a lo que se le puede denominar un buen movimiento en la televisión juvenil.

'Hellcats' es una serie universitaria sobre animadoras. Si intentas encontrarte una serie profunda sobre la América de los años 20 hay que saber dónde buscarlo. 'Hellcats' es entretenimiento sin buscar otra cosa más que el enganche al más puro estilo telenovelesco. Y eso lo hace muy bien.

La serie está protagonizada por una renovada Ashley Tisdale que intenta quitarse de encima su imagen High School Musical con un nuevo tinte de pelo. Aunque no lo consigue, ya demostró en su momento que era puro arrastre de adolescentes y hay un momento para todo en la vida. Al otro lado del ring está Alyson Michalka, también ex chica Disney Channel. Sabemos a qué jugamos.

Hay un momento para cada serie de televisión. No se puede acudir a HBO o a AMC si quieres una serie que no te haga comerte la cabeza. No vayas a TheCW si quieres una serie con diálogos profundos. La cadena siempre ha mantenido sus cartas sobre la mesa: mi público son las mujeres de 18 a 34 años. Si te subes al carro, voluntariamente, se pasa bien. Si no es tu tipo de serie no intentes buscar donde no te lo prometieron. 'Hellcats' es una de esas series defendidas con uñas y dientes por su público y repudiada por el resto. No es mi estilo de serie porque no es mi estilo de proyecto. Sin embargo, no hay que quitarle el mérito.

Y ya nos lo avisaron, "Save the cheerleader, save the world".

PD: El primer episodio de 'Mr. Sunshine' me ha parecido bastante decente, pero mañana será otro día para comentarlo con tranquilidad. Se acumulan los nuevos estrenos.

Muchas series llaman por sus actores, otras por sus creadores, productores o incluso hay series que empiezan a llamar por la cadena que la emite. 'Outcasts' no llama. Los que han oído hablar de ella se morían de ganas porque empezase. La pena es que, seguramente, si vas por la calle preguntando si conocen el nuevo proyecto de la BBC no lo conocerá nadie. ¿'El barco'? ¿Has dicho 'El barco'? Qué bien lo hace Mario Casas ¿verdad?

'Outcasts' es una de esas series que te dejan pensando: ¿por qué nosotros no hacemos algo así? Probablemente, la primera excusa que te encuentres sea el dinero. No sé lo que habrá costado 'Outcasts'. Ni me lo quiero imaginar.

La ciencia ficción es uno de los géneros fetiche de la televisión. Este tipo de series llaman a primera vista. Puede que no consiguen atraer a la crítica como debidamente merecen, pero son miel para el oso. Que se lo digan a Steven Spielberg. Puede que 'Terra Nova' se convierta en el mayor fiasco de la historia, que no creo, pero el día de su estreno removerá las audiencias.

'Outcats' no se encuentra en el escalafón más alto de la ciencia ficción pero si en lo alto de la pirámide. La calidad BBC rebosa por sus imágenes. Sus efectos especiales son espectaculares y su historia es carne a la parrilla para los amantes de este género. Una historia con toques espaciales ('Battlestar Galactica') y misteriosos ("El bosque").

Si se pueden señalar varios puntos en contra de la serie. Tal vez porque prometió tanto. Lo primero es la duración. Si hay algo que se critica de las series españolas son los 70 minutos que nos comemos con cada episodio. 'Outcasts' dura una hora y pocos genios aguantan estar en lo alto tanto tiempo. Sobran escenas. Nunca es bueno estirar como un chicle una buena idea porque las escenas absurdas acaban emborronando el proyecto.

Tal vez el buen gusto por los efectos especiales ha hecho que se dejen en segundo plano las buenas escenas de diálogo, algo indispensable en la ficción de hoy en día. Liosa al principio, tal vez es lo que se pretende, no hace falta darle una oportunidad más porque engancha desde el principio. Simplemente hay que dejar que evolucione a sus anchas.

'Outcasts' queda totalmente recomendada para los amantes de la ciencia ficción. Y para los que no lo son, también. Aprovechad ahora que este tipo de series llegan a España ¿cuándo? Como lo que ha costado, es mejor no pensarlo. Repite, repite, ¿has dicho 'El barco'?

Para poder hablar de 'Episodes' primero tendríamos que saber qué es. La serie se mueve entre el drama, la comedia y el absurdo y nos pierde por el camino. Sin embargo, no es algo malo que eche para atrás. Showtime la anunció como la serie de Matt LeBlanc. Ahora, cinco capítulos más tarde, puedo decir que es la serie protagonizada por los cameos de Matt LeBlanc. Que no nos tomen el pelo.

'Episodes' me recuerda a '¿Qué fue de Jorge Sanz?', que a su vez me recuerda a 'The Comeback'. Diferentes, pero con un objetivo común: hacernos entender lo que verdaderamente se cuece tras la preparación de una serie de televisión. El backstage que siempre hemos querido ver.

La serie cuenta algo mucho más profundo de lo que parece, la decadencia hollywoodiense y su paseo por la fama. Desde un punto de vista inglés, algo que nosotros notamos con pequeños rasgos pero que ellos ven completamente diferente, 'Episodes' nos enseña lo absolutamente tedioso que puede ser el mundo del entretenimiento televisivo. Ahora que este mundo se ha relanzado, ya sólo importan los culos, las tetas y la tensión sexual entre los protagonistas.

'Episodes' se lleva a dos guionistas -los verdaderos protagonistas del show- de éxito desde Inglaterra a Los Ángeles para hacer un remake de su serie de televisión. Esto se lleva mucho. Sin embargo, la serie se acabará convirtiendo en algo muy diferente a base de pequeños guiños de Hollywood. El primer cambio será su protagonista, Matt LeBlanc, que se interpreta a sí mismo de forma sofocadamente graciosa pero inusualmente inadvertida por los pocos minutos que protagoniza en algunos episodios. Además, en la versión inglesa, la bibliotecaria, de la que está enamorado el protagonista, es lesbiana y en la versión made in USA acabará siendo heterosexual.

- Matt LeBlanc: ¿Cuántos años duró la serie en Reino Unido?

- Sean: Cuatro temporadas.

- M: ¿Eso cuántos episodios son?

- S: 24

- M: Eso es una temporada para nosotros. 'Friends' hizo 236 episodios. Tienes que darte espacio para continuar las historias. ¿Cuánto crees que habrían durado Ross y Rachel si ella fuera lesbiana?

Esto, señores, es puro guión y pura verdad. Nos quejamos, y yo el primero, de que en España se siguen ciertas reglas a la hora de hacer series de televisión. Muy tópicas y de muy mal gusto, en ocasiones, para gente tan fiel a la ficción estadounidense. Sin embargo, no nos hemos dado cuenta de que las series de EEUU -mucho más en network que en cable- también siguen ciertas normas. No se sabe hasta qué punto hay demasiadas nociones básicas que están encasillando a la ficción estadounidense de los últimos años.

'Epidodes' se parece más a una serie cómica, pero peca por los pocos momentos de humor que vivimos a lo largo de los capítulos. Cuando lo hace lo hace muy bien, pero contamos esos momentos con los dedos de una mano. La sátira, sin embargo, es su especialidad. Ya van lanzando cuchillos dignos a recordar sin miedo a dar nombres.

Showtime se ha atrevido a llamar para la ocasión a dos pseudo conocidos actores ingleses que, en realidad, se comen la pantalla y a todo aquel que se ponga por delante. Ella, Tamsin Greig, puede convertirse en el personaje más odiado de la televisión. No hay que negarle que también puede convertirse en el mejor del año y en revelación de la temporada. Yo si echaré de menos 'Episodes' si no renueva por una segunda temporada.

La televisión estadounidense vive una vez al año un momento único. La Super Bowl atrae cada año a más de 100 millones de espectadores, un hecho inexplicable y asombroso para los que estamos fuera de la frontera yankee. Este despliegue se convierte en una oportunidad única para un programa, el elegido. El rey de los arrastres ha señalado, este año, a 'Glee' como su sucesor. La serie, sin embargo, no parece haberse dado cuenta de la responsabilidad que tenía entre las manos.

'Glee' no ha hecho nada malo. Sin embargo, tampoco ha hecho nada bueno, nada especial. 'Glee' se ha quedado como lo que es siempre, un capítulo más. Si hay algo que ha caracterizado a la serie, y que ha conseguido muchos detractores, es que anuncia cada capítulo como si fuese un especial, sin dar cabida a algo más o mejor. El capítulo de Britney Spears, el capítulo de Gwyneth Paltrow, el capítulo de Navidad... y así hasta completar temporada. Se une a la lista el capítulo de la Super Bowl. Promete mucho y nos deja a todos con ganas de más.

No soy aficionado a analizar un capítulo en especial de una serie, pero un post-Super Bowl sólo se produce una vez al año. 'Glee' se había anunciado en esta ocasión con un número de Michael Jackson, "Thriller". No me creo un especialista en dirección, pero creo que el número ha quedado empañado por el movimiento de cámara y primeros planos que han eliminado por completo la posibilidad de encontrarse ante un gran número.

'Glee' ha trabajado y trabajará siempre desde la sensiblería. De momento, la serie parece haber recapacitado sobre lo que fue la segunda parte de su primera temporada y ha conseguido avanzar poco a poco con sus tramas secundarias. Siempre secundarias, porque tanto especial no da muchas oportunidades. Jane Lynch se convierte en lo único imprescindible de la serie.

Aunque intentaré hacer una valoración de la temporada cuando la serie de por finiquitado su segundo año, ya se puede adelantar que 'Glee' sigue atrayendo al público que atrajo desde el principio, ni uno más. El odio hacia la serie, sin embargo, ha ido ascendiendo hasta conseguir cuotas inexplicables. 'Glee' ha perdido la frescura que la caracterizó desde el principio. Era rara, era diferente al resto y ofrecía lo que quería, sin miramientos. Ahora sólo intenta contentar a su público con pies de plomo. La lupa siempre gira hacia donde van las masas.

'Glee' no ha sabido aprovechar el tirón del fútbol americano para cerrar unas cuantas bocas. Y no hablo de audiencias. Aunque este momento se viva con tanta importancia y se desembolsen tantas cantidades de dinero para los anuncios, ¿quién ve todo esto? ¿Acaso nos acordamos nosotros de los primeros anuncios que siguen a las Campanadas de fin de año? Creo que no. Simplemente dejamos puesto el canal, otra cosa es hacia donde estamos mirando.

Nunca un título podría haberle venido mejor a una serie. Aunque 'Raising Hope' no tenía otro significado primario que 'Criando Esperanza' refiriéndose a la vida que llevan los protagonistas de la serie y al nuevo miembro de la familia (Hope), el título le ha venido sobradamente bien. La comedia estadounidense pasa por uno de sus peores momentos. Y no me refiero a las viejas glorias que todavía circulan por la parrilla, sino a los nuevos lanzamientos que no terminan de llamar a la audiencia o a la crítica. Con 'Raising Hope' todavía nos queda un poco de esperanza.

Aunque el centro de la serie es Jeff (Lucas Neff), eso no quiere decir que sea, para mi, el verdadero protagonista de toda esta historia. Martha Plimpton ('Buscarse la vida en América') y Garret Dillahunt ('Deadwood') se convierten en soberanos abuelos como filón para la serie. Su desastrosa adolescencia les presenta una nueva oportunidad con su nuevo nieto.

Las situaciones anormales surgen a cada minuto. Llega un punto en el que no sé cómo las asociaciones (varias) no se han puesto en pie de guerra por la defensa del menor y de las personas mayores. Se añora este humor.

Otro de los puntos fueres de la serie es Cloris Leachman. Ella es el humor concentrado al vacío en un solo personaje. Mamá, quiero ser Cloris Leachman. Portento donde los haya. Leachman interpreta a una ya bisabuela con la cabeza no se sabe dónde. Desternillante es cada escena en la que aparece. Todo está reservado para ella.

'Raising Hope' no se centra solamente en el humor más absurdo y deja hueco para la melancolía. Un padre que tiene que criar a su hija solo después de que muriese su madre -hasta ahí lo sentimental-, una asesina destinada a la silla eléctrica porque se cargaba a todos sus ligues. Momentazo del piloto. Además, el amor también llega a la puerta de 'Raising Hope' con una "esperanza" al amor entre Jeff y la cajera del supermercado. Esta es, casi, única trama continua de la serie.

La serie, como casi todas la comedias -exceptuando obras maestras y horrores televisivos- te deja con un piloto inquietante. Inquietante en cuanto a que no sabes si lo que acabas de ver es bueno, malo, o da para más. El piloto gusta mucho, pero sólo te enganchas a la serie a medida que conoces a los personajes con más profundidad. El episodio 4 supone un antes y un después en la forma de ver la serie.

La comedia, ya renovada para una segunda temporada, es un proyecto americano y en EEUU se queda. La serie tiene pocas posibilidades de llegar a España con un poco de tirón. El humor absurdo -eliminando 'Friends'- es una de las tareas pendientes en la parrilla española. Este tipo de series no llegan a encontrar su hueco en las parrillas por falta de seguidores. ¿Por qué? Diferencia de opiniones entre lo que verdaderamente hace gracia y lo que no. La comedia estadounidense, defendida a ultranza en Internet, no consigue su espacio en la televisión española.

PD: La desaparición del primo de Jeff (Skyler Stone), uno de los protagonistas del piloto, del resto de episodios, tiene su explicación. Mal comportamiento, fuera de Fox. No hay más. Coherente es.

Las series de superhéroes, como ya dije en el post de 'The Cape', parece que salen de una cadena de producción. Eso, tal vez, es lo que ha hecho que nunca nadie se haya esforzado por buscar algo nuevo en el género (no estamos hablando de 'Misfits'). 'No Ordinary Family' es una más. Es una serie que gusta a los seguidores más acérrimos. No disgusta al seguidor asiduo. Pero no se convierte en prioridad para el buen gusto.

Tal vez lo que más rabia me da de 'No Ordinary Family' es su cabeza de cartel. Sin duda, cuando se anunció la serie pensé que un proyecto protagonizado por Michael Chiklis y Julie Benz no podía ser malo del todo. Semejantes portentos de la interpretación no podían decepcionar tanto. Sin embargo, pocas series conozco que hayan malgastado tanto a unos grandes de la televisión como 'No Ordinary Family'. Da rabia.

Estos dos actores fueron grandes mitos televisivos en 'The Shield' y 'Dexter'. Si no hubiesen hecho lo que ya hicieron en su momento, no pensaría que detrás de esa fachada que demuestran en esta serie podrían dar para más. Es más, puede que desconfiase plenamente de ellos si volviesen a hacer otro proyecto.

'No Ordinary Family' entretiene. O 'Los increíbles Powell', como la han llamado en España. Mejor me callo. Lo hace bien para un rato en el que no tienes nada mejor que hacer. Es más, puedo llegar a decir que te apetece ver más de un capítulo, pero la serie no termina de despegar o enganchar en ninguno de los episodios. Por mucho que exista una trama continua, la serie no ofrece la fuerza suficiente.

La historia, que podía dar para mucho más, se repite sin avanzar continuamente capítulo tras capítulo. Para los poderes, con los que no se han roto la cabeza, han elegido el tópico de los tópicos. Fuerza, la que le falta a la serie. Velocidad, para que la serie llegase a enganchar necesitamos saber más, porque termina aburriendo. Lectura de mentes, deberían averiguar de una vez lo que realmente puede dar una serie de poderes y lo que supondría la exposición ante el mundo real de una forma más impresionante. Súper inteligencia, sin comentarios. Apliquémonos el cuento.

El mundo de los poderes es un tema sobado. Tras muchos intentos, son pocas las que han conseguido destacar en el género. Los amantes del mismo pueden estar contentos ya que cada año se encuentran con varios proyectos de mismas características. Sin embargo, y yo me uno a la iniciativa, un poco más de interés por hacer algo diferente no vendría nada mal. Leamos los guiones y no desesperemos. Chiklis y Benz valen para mucho más.

PD: Ya he podido disfrutar de los tres primeros episodios de 'Crematorio', que próximamente emitirá Canal+, en el pase que se hizo para prensa. Adelanto que es algo muy bien hecho. Ya hablaremos más profundamente del tema.

'V' nunca intentó convertirse en la mejor serie de la televisión. Ni lo ha intentado ahora ni lo intentó hace 25 años con el lanzamiento de su serie original. Que no lo haya intentando no quiere decir que no lo haya conseguido, y que no lo haya conseguido no quiere decir que no se haya convertido en un fenómeno. La 'V' original rozó lo cómico en lo que a la trama superficial se refiere y se adentró en temas muy intelectuales en lo más profundo de su historia. 'V' se convirtió en un fenómeno sin buscarlo. Ahora, con un remake que lo buscaba, no lo han conseguido. Pero eso no quiere decir que no hayan encontrado un buen producto. Las expectativas muchas veces juegan una mala pasada.

Aprovechando el estreno de la segunda temporada de 'V' este lunes a las 22:15 en TNT, se puede hacer un recorrido de lo que 'V' nos ha enseñado hasta ahora. En las audiencias se aprecia muy bien lo que supuso el lanzamiento de una serie con tanto arrastre de fans. La serie superó los 14 millones de espectadores en su primer episodio, cosa que muy pocas ficciones consiguen en la actualidad, y fue descendiendo poco a poco hasta conseguir una renovación al límite. Las críticas no tardaron en llegar.

'V' rompió con el esquema histórico de la 'V' original para basarse en una serie de ciencia ficción sin miramientos. Los efectos especiales parecían realizados por un estudiante. ¿Dónde está Diana? Las críticas se lanzaron hacia la comparación. Ahora, 15 episodios después del estreno, puedo decir, desde mi punto de vista, que el remake de 'V' ha encontrado su propia esencia, su propio encanto y su propia manera de sobrevivir. ¿Tiene fallos? Muchos. Pero no hay que quitarle el mérito de convertirse en algo nuevo dentro de algo renovado.

La nave, sus habitaciones, su tecnología. Todo era criticable desde el principio, pero su cutrez se ha convertido en un elemento más de la serie. Algo indispensable para los seguidores de la nueva 'V'. La nueva Diana, Anna en este caso, está encarnada por una Morena Baccarin que se sale en su papel de mala malísima. La actriz borda un papel llevado a su territorio y nos hace olvidar el primer batallón de visitantes.

Los fans de la 'V' original se han ido distanciando del remake hasta convertirse en los más puros detractores. Para escribir un libro. 'V' (2009) ha tenido que encontrar seguidores ella solita. Esto hubiese sido lo mejor si hubiese funcionado, pero no todos los días sale el sol. Para apaciguar a las masas, en la segunda temporada se han traído a la gran Jane Badler del más allá. Y cuando digo más allá hablo de la desaparición en sí misma. La grande entre las grandes, la villana entre las villanas interpreta a la madre de Anna, el personaje que ella encarnó en su juventud. Se vuelve a llamar Diana aunque no es el mismo personaje. Esto si que es comedia señores.

A la 'V' original le falta ese gancho que a veces no sabemos señalar pero que sabemos perfectamente que algunas series lo tienen. Si tuviese que elegir algo a lo que apuntar con el dedo sería al poco atractivo que trae consigo La quinta columna, la resistencia. Elisabeth Mitchell se lleva toda la carga de la trama. El resto de los personajes, salvando las distancias con Laura Vandervoort, no nos importan lo más mínimo. Si mueren, bien, si viven, también. Es más, con su hijo sabría mi preferencia. A la nueva 'V' le falta entereza, fuerza y tensión en sus tramas y en sus personajes. ¿Podrá Badler con todo esto?

Aunque Telecinco lo ha conseguido a veces, tiene que reconocer que Antena 3 ha sido la reina de las series adolescentes desde que 'Compañeros' vio la luz y creó género en la televisión española. Como he dicho estos días atrás, Telecinco nos dio a unos cuantos blogueros la oportunidad de ver el primer capítulo de 'Ángel o demonio'. Su visionado ha traído cola: buena, mala y autoanalítica de lo que se está haciendo en nuestra televisión. 'Ángel o demonio' comienza el martes a las 22:00 horas.

Al ver el primer capítulo me quedé un poco descolocado. No sabía si acababa de ver algo bueno u otro intento más. Creo que es una mezcla de todo. Es algo bueno, pero no es algo bueno para mi. Aunque Telecinco ha intentado ir con sus promociones al público más amplio posible (como todo en la televisión española), la serie está dirigida al público adolescente, hecha para público adolescente y puede que sólo con capacidad de éxito entre público adolescente. Ahora bien, en ese target han jugado muy bien sus bazas.

La historia, para situarnos, se basa en la vida de una joven de alma pura que atrae poderosamente tanto al mundo de los demonios como al de los ángeles. Aunque la serie siempre llevará una trama continua sobre la lucha demoníaca angelical, los capítulos serán autoconclusivos en cuanto al caso que se trate.

La "familia" de demonios es lo que más atrae de la serie. Es la pimienta, el picante. Sus personajes están muy bien diseñados y pueden dar bastante bombo al asunto. Entre los miembros, hay dos hechos destacables y que hay que comentar. Admito que cuando supe que Mar Saura sería una de las protagonistas me echó para atrás. Ahora pienso que es uno de los puntos fuertes de la trama mientras se siga manteniendo en el papel de mala. No la podremos ver de otra forma. La palabra "zorra" resuena con gracia en el capítulo.

Al otro lado del ring se encuentra una niña. Si, como siempre, caemos en el tópico de la niña. Esta vez, además, es la jefa de todo el cotarro. Ahora admito: esta vez ha habido un avance. La niña acojona de verdad y está donde tiene que estar. Se han utilizado trucos, pero sigue siendo un avance. La niña casi siempre actuará de forma estática, con pocos movimientos que nos hagan ver su verdadera edad. La voz está doblada para eliminar su suavidad. Aunque se nota desde el principio, no destruye al personaje. Mientras se mantenga en ese status, no habrá problemas y habrán conseguido algo positivo.

La serie no se rinde ante los efectos especiales, no se cortará en los elementos religiosos y no dudará en "maltratar" a una niña demoníaca o a una mujer. Hay que estar atentos, porque las asociaciones (y hablo de ellas como si en el fondo todas fuesen una a la que en el fondo sólo le gusta quejarse) pueden echar humo. Nunca viene mal que se hable de ti. Para bien o para mal, siempre es promoción. Todo es ficción.

'Ángel o demonio' es un producto teen. Puede rellenar unas cuantas carpetas si Telecinco juega bien sus cartas. En este caso, jugar bien sus cartas es programar con acierto. Comienza el martes, no es una mala elección. No estamos ante la serie del siglo, pero si ante un proyecto relleno de intentos e intentos que no dejan de ser válidos. 'Ángel o demonio' es una rendija que se abre sin la necesidad de quitarse camisetas desde el principio. Que también es válido, oye.

Cuando nos enfrentamos a una serie como 'Community' no siempre sabemos con lo que nos podemos encontrar. La serie tampoco nos los puso fácil. 'Community' es una de esas series sin las que no puedes sobrevivir, pero tardas en darte cuenta. Es un 'Cougar Town' en la comedia. Es un 'Fringe' en el drama. 'Community' se mueve entre las grandes como pez en el agua, aunque no siempre es tomada como una de ellas.

La serie comenzó su primera temporada con su peor momento. Esto es, tal vez, lo que haya hecho que a la serie le haya costado conseguir espectadores desde el principio. 'Community' ha logrado entrar en otra dimensión y convertirse en algo totalmente diferente a lo que se buscó desde el primer momento. 'Community' son sus personajes. Son personas. Y como tales, no se convierten en nuestros mejores amigos de la noche a la mañana. Sin embargo, terminan siéndolo.

La serie ha conocido capítulos soberbios que merecen ser tenidos más en cuenta. El añorado capítulo del paintball de la primera temporada o el Halloween que se preparó este año son muy grandes. Son de lo mejor que se ha visto en comedia en muchos años. Son capítulos sagrados entre las legiones de fans. Cuidado, son duros de roer.

El punto fuerte de la serie es la diferencia que se esconde tras los personajes. Cada uno puede odiar a cinco pero encariñarse hasta las trancas de uno de ellos. Con eso basta. Yo, por mi parte, me quedo con Abed (Danny Pudi) y con Troy (Donald Glover) como el verdadero corazón de la serie. La complicidad traspasa barreras, en este caso una pantalla, y nos ha hecho entrar en armonía con una de las mejores parejas televisivas que se ha visto.

A muchos les ha podido resultar una serie aburrida. Es más, me atrevo a decir que aburridísima. No lo cuestiono porque hay muchas razones de peso para que esto pueda pasar. 'Community' necesita persistencia. Mucha. Necesita cariño. 'Community' es una planta a la que hay que regar todos los días y no olvidarnos de ella. Con el tiempo, florece. Por eso entiendo a los que no les ha gustado la serie, porque no todo el mundo es capaz de dar tantas oportunidades a una serie.

A veces es bueno demostrar paciencia. A veces te encuentras con giros en el guión que hacen que una serie deje de ser un auténtico peñazo para convertirse en algo más que decente. A 'Community' no se sabe cuanto tiempo le queda por los datos tan ajustados a los que nos tiene acostumbrados. Aunque, de momento, internet nos permite ver esta serie en cualquier momento al margen de lo que pase con sus derechos en televisión, aprovechen ahora, que nunca se sabe lo que la Ley Sinde u otra ley nos pueden quitar de nuestras manos.

No sé por donde empezar cuando me enfrento a una nueva serie de abogados. Las temo. Temo al eterno aburrimiento. A encontrarme con lo mismo de siempre y pensar, ¿pero es que no tienen vergüenza de intentar colárnosla otra vez? Este año ha habido una legión de nuevos abogados en la pequeña pantalla. Un ejército. Y, de momento, sólo me había parecido un buen proyecto 'The Whole Truth'. Ahora son dos.

'Harry's Law' recuerda, y mucho, a la forma en la que Ally McBeal se movía por los juzgados (proyecto David E. Kelley 100%). ¡Cómo lo echo de menos! Sin tanta imaginación que nos hacía preguntarnos si realmente estábamos ante un verdadero caso de locura, Kathy Bates interpreta a un personaje magistral de forma soberbia. Kathy Bates es la madurez de Ally McBeal, o lo que hubiésemos querido para ella.

'Harry's Law' no es un producto innovador, eso es verdad. Sin embargo, cruza el umbral de una aburrida ficción legal cuando sus personajes cumplen con su cometido. La serie cumple con todos los topicazos. Todos. La rubia e inocente ayudante que se interesa más por estar mona que por otra cosa. Siempre es la que más sorpresas nos da a lo largo de la serie. El nuevo, el que siempre cae mal, el futuro indispensable. La serie introduce al resto de protagonistas como clientes que pronto se unirán al recién estrenado bufete.

Un buen drama de abogados hay que explotarlo por el lado de los personajes. Ahí se pone la dinamita. Sin personajes buenos y trabajados sólo nos queda una más. Una de tantas. Y el mundo de los abogados no da para tanto. No da para crear 10 series sobre ellos al año y que todas sean buenas y diferentes. Nos hemos encontrado con auténticas bajas incuestionables como 'Outlaw', pero a veces merece la pena esperar.

'Harry's Law' da nostalgia, respeto y miedo. Lo primero, porque me recuerda a aquella abogada que lo tenía todo y nos dejo sin nada. Nos dejó vacíos de uno de los mejores personajes que han pasado por la televisión. Da respeto, porque puede que estemos ante un verdadero buen drama llega. Pero a la vez da miedo, porque ya nos hemos llevado demasiados palos.

Sin duda, hay carencias. Los casos no parecen dar mucho de si. Si algo me gustaba de 'Ally McBeal' era el tipo de casos con los que nos encontrábamos a veces. Aquí, en 'Harry's Law', parecen buscar la lágrima fácil entre los espectadores con casos demasiado sociales. Aunque juegan con el humor, creo que deberían meterlo en sus tramas más a fondo. Y no me refiero al chiste fácil de alguno de sus protagonistas. El principio de una serie es lo que tiene. Puede ser demasiado bueno para lo que nos viene después, o demasiado malo para ganar espectadores desde el principio. Todos vemos sólo la cubierta.

Este pasado martes pude disfrutar del primer capítulo de 'Ángel o demonio' con unos cuantos blogueros. Paciencia, todavía no toca hablar de ella. Después de intercambiar ideas e ideas, muchas teorías sobre el futuro y presente de la televisión rondan por mi cabeza. Tal vez demasiadas. Es por eso por lo que hoy era, tal vez, un poco más difícil elegir una serie o una moda televisiva de la que hablar. Sin embargo, ¿qué mejor que expresar con el título de una serie lo que realmente es el actual mundo televisivo? Eso es 'The Big Bang Theory'. Un caos.

A riesgo de llevarme unos cuantos palos por lo que pueden pensar los numerosos seguidores que tiene esta serie en España, la comedia ha descendido su calidad de manera notable desde sus inicios. Aunque 'The Big Bang Theory' sigue siendo grande, la frescura con la que nos llegó este grupo de jóvenes y nuevos rostros a la televisión se ha ido perdiendo poco a poco.

'The Big Bang Theory' sigue haciendo gracia. Sin embargo, pasa lo mismo de siempre en muchas comedias actuales, odiamos al protagonista cada día más. Es una moda. La historia llega hasta tal punto que Jim Parsons pasa de estar nominado a mejor actor secundario en las diferentes alfombras rojas a ser candidato a convertirse en mejor actor principal. Para mi, sinceramente, el verdadero final de la serie sería una relación entre Sheldon y Penny.

La cuarta temporada de la serie de CBS estaba asegurada. La serie, cuando todavía emitía su segunda temporada, consiguió renovar por dos años más. Tal vez ese fue el fallo, la confianza que generó entre los guionistas. Creo que 'The Big Bang Theory' puede estar teniendo algunos de los mejores de sus capítulos esta temporada. Pero también los peores. Sin sentido y sin avance. Después de renovar por tres temporadas más, miedo me da.

La llegada de Mayim Bialik al elenco de la serie ha sido, sin duda, un acierto. Un personaje fresco que se intercala bien en la trama general de la serie. Es algo que, sin duda, 'The Big Bang Theory' necesitaba para no entrar en un bucle del que no se podía salir.

'The Big Bang Theory' era una serie de raritos, de frikis científicos de los cuales nos gustaba no entender nada. Ahora, sin embargo, sólo veo a un grupo guay a los que les gusta comprar cómics. 'The Big Bang Theory' necesita volver a la receta básica. Necesita volver a sentirse rechazada. Necesita volver a luchar por sacarte una sonrisa. 'The Big Bang Theory' es vaga y puede dar mucho más. Cuidado, que me gusta. Ahora llegan las críticas.