1. Que las apariencias engañan.
Cierto es que las primeras impresiones no siempre son ni las mejores ni las más acertadas. Ésto lo hemos aprendido bien en indefinidas ocasiones con la serie. Desde los múltiples juegos al despiste al que nos invitaron durante las temporadas 3 y 4 con las identidades de Red Coat, hasta con las innumerables sospechas que hemos vertido sobre distintos personajes por cada trama que se abre, coronándose con todos los oros el o la culpable del sufrimiento constante de nuestras protagonistas: Uber A.
Dos son los capítulos que restan para que el caso de la pequeña Alicia en 'Bajo Sospecha' se resuelva y la verdad salga a la luz, cuando la calidad de los guiones y la pericia de sus creadores, han permitido que el nivel de despiste sea máximo, incluso hasta prácticamente el desenlace final.