'The Cult', la secta neozelandesa que intentó emular a 'Perdidos'

Seguimos con nuestro ciclo de ficciones no estadounidenses y llegamos hasta la neozelandesa 'The Cult'. Quizá esta serie os sea más conocida que las anteriores por distintos motivos. Por un lado la serie se emitió por primera vez en 2009, por lo que ya tiene unos años y es posible que hayas leído algo sobre ella, mi compañero Cedequack escribió sobre ella en su blog Salinger's hace ya más de dos años; por otro, recientemente el canal de pago AXN ha emitido en nuestro país la serie doblada al español bajo el nombre 'La Secta' a razón de dos episodios cada sábado, por lo que es posible que ya la hayas visto. Pero si todavía no la conoces, creo que este periodo estival es un buen momento para darle una oportunidad.

Experimentos, espías, contraespías, una extraña organización detrás de todo y situaciones que en ocasiones rozan lo sobrenatural, no me refiero a 'Perdidos' ni mucho menos a 'El Internado', aunque todas estas ficciones tengan estos puntos en común, también sirven como base a 'The Cult'. Pero ésta no es la única coincidencia, esta ficción también cuenta con protagonistas a priori sin ninguna relación ni vínculo, que parecen ser los elegidos por azar, pero de los que a medida que va avanzando más la historia vamos conociendo más sobre ellos y por qué son ellos los elegidos. Y ahí no acaba la cosa, cada episodio de los 13 que componen la serie cuenta con flashbacks centrados en un personaje que nos ayuda a entender cómo han acabado todos donde han acabado. Y todavía hay más, ¿qué sería de una serie de estas características sin una figura a lo Desmond Hume, capaz de viajar en el tiempo? Por no hablar de los simbolismos, elementos comunes sin ningún interés en particular, como puede ser una flor, una escotilla, unos números o un ojo, pero que sirven para crear toda una mitología a sus espaldas, principal éxito de la serie de ABC que 'The Cult' pareció intentar emular con distinta fortuna.

Michael (Renato Bartolomei), Gina (Kate Elliott), Annabelle (Sara Wiseman), Frances (Rachel Nash), Harris (Andy Grainger) y Daniel (Simon London) descubren tras recibir una carta anónima que sus familiares (hijos, hermanos, novios...) desaparecidos se encuentran dentro de la secta Two Gardens, por lo que deciden alquilar una casa cerca de allí para intentar recuperarlos. Pero no todo es tan sencillo como entrar en el centro (que a pesar de verse confortable y acogedor, por fuera cuenta con más protección y vigilancia que alguna cárcel), convencer a los familiares y volver a casa, sino que el líder de la secta, Edward Norton, lo tiene todo calculado y quizá guarde unas oscuras intenciones. A su mando tiene a la inquietante doctora Cynthia Ross (Danielle Cormack), cuyos extraños y misteriosos experimentos contribuyen fuertemente al aroma intrigante de la serie. No es bueno fiarse de las primeras impresiones y ésta es una de esas series con giros de ciento ochenta grados en los que no hay personajes blancos y negros, sino toda una escala de grises movida por sus respectivos motivos.

Dentro de las murallas de la secta, un mundo ciego o que no quiere ver, aunque todos sus integrantes comparten una característica en común: Two Gardens les ha servido para mejorar sus puntos débiles, a Andy (Kip Chapman) le ha venido bien para alejarse de las drogas, mientras que Ryan (Gareth Reeves) ha conseguido separarse de su padre, para él su mayor problema; por lo que le tienen mucha estima al centro y no será tarea sencilla renunciar a él por voluntad propia.

Aunque esta serie pueda parecer una partida a dos (bandos), poco a poco iremos descubriendo más jugadores que se irán sumando a ella o comenzarán a mostrar sus cartas, pero de todos estos movimientos prefiero no revelar nada para que seas tú mismo quien loa descubras mientras disfrutas de ella. Aunque esté claramente influida por aspectos de la industria estadounidense y se haya dejado llevar por ella, es un buen formato, con episodios de 45 minutos que no se hacen largos ni pesados en ningún momento y que gracias a sus cliffhangers consiguieron engancharme del primer al último minuto.

Después de haber leído todo esto igual te preguntas qué hace esta serie en un ciclo de series negras, pues bien, la ficción neozelandesa no sólo nos muestra misterio, sino que también hay sangre, torturas, disparos y varias muertes.