Top15: Las mejores canciones de España en Eurovisión (II)

Como habéis visto, todos en FormulaTV nos hemos puesto el vestido de flecos y colgado la guitarrita de Chiquilicuatre para celebrar que queda menos de un mes y medio para Eurovisión. A este top 15 (cuya segunda parte sé positivamente que muchos de vosotros habéis esperado con angustia y congoja) se le suma un especial con más información de la que podáis jamás digerir alrededor de la presente edición del festival que, como sabéis, se celebrará en Copenhague el 6, 8 y 10 de mayo.

Tras conocer la semana pasada que las candidaturas de Sergio y Estíbaliz, Conchita Bautista, Betty Missiego, Beth y Massiel ocupan las posiciones que van del 15 al 11, llega el momento de conocer cuáles ocupan las posiciones que van del 10 al 6. Vamos, pues, con la segunda parte de este top 15 con las mejores canciones de España en Eurovisión.

10. Ruth Lorenzo - Dancing In The Rain

No, no me parece una exageración colocar a Dancing In The Rain como la décima mejor canción que España ha mandado a Eurovisión. Aunque cuando la conocimos (a la canción, no a la Lorenzo) tenía más pinta de maqueta que de cualquier otra cosa, los sucesivos arreglos a los que se ha visto sometida han conseguido convertirla en un temazo. Sí, la letra no es nada del otro mundo (tampoco lo era el La, la, la y mira dónde llegó) y las power ballads están más vistas que el bigote de José María Íñigo, pero esta canción tiene potencial.

Confío en su intérprete, confío en que lo hará de puta madre el 10 de mayo en Copenhague, confío en que Ruth acabe mojada en el escenario por una enorme ducha portátil que simule lluvia, confío en el hecho de que gran parte de la canción sea en inglés, confío en que los ingleses e irlandeses la recuerden de cuando lo petó en X Factor y confío en que pueda plantarle cara al Undo de Sanna Nielsen (quien, por otro lado, parece perfilarse como una de las favoritas a ganar este año). Quizá confío en demasiadas cosas, pero me da la sensación de que este año tenemos una candidatura excelente. Ruth, no nos defraudes.

9. Bravo - Lady, lady

El único tercer puesto que España ha conseguido en Eurovisión fue en 1984, un año después de que Remedios Amaya no consiguiese ni un triste punto con ese incomprendido Quién maneja mi barca que cantó envuelta en la vela mayor de un velero gaditano. Los intérpretes de ese año, Bravo por la tarde, saltaron a la fama precisamente por representar a España en Eurovisión con esta gran canción, en la que contaban la historia de una vieja pirada que se pintaba como una puerta y se vestía con pamela gris, traje de almidón y botines de charol para esperar a ver si regresaba un tío que la dejó tirada cuando era joven.

Hay que reconocer que la canción estaba inmejorablemente escrita: un estribillo pegadizo que arranca a los 30 segundos de canción, una base rítmica similar a las que sonaban al darle al botón Demo de un teclado Casio, un puente bien resuelto... Lady, lady se coló en las listas de éxitos de la República Federal de Alemania y de varios países de América Latina, algo que no lograría ninguna otra canción eurovisiva española en la década de los ochenta. Y es que los años del cardado y las hombreros fueron bastante pobres para España en Eurovisión, ya que sólo hubo otra candidatura que lograse colarse en el top 10: la de Nina y su Nacida para amar, en 1989.

8. Anabel Conde - Vuelve conmigo

En la primera parte de este top 15 hablaba yo del gran número de injusticias de las que España ha sido objeto en Eurovisión. Pero lo de Sergio y Estíbaliz se queda en una nadería comparado con lo que Anabel Conde sufrió en sus carnes en 1995. De hecho, no creo que sea exagerado decir que se trata de la mayor injusticia vivida por España en todo su paso por Eurovisión. Elegida por TVE cuando era una perfecta desconocida, Anabel Conde interpretó a la perfección ese temazo llamado Vuelve conmigo que, sin tener ni una palabra en inglés ni ser cantado por alguien con una imagen rompedora, consiguió encadilar a Europa.

Vuelve conmigo gustó tanto que a punto estuvo de ganar -quedó segunda, posición que nunca desde 1995 ha llegado a ser igualada-, y lo hubiera hecho de no ser porque quien se llevó el gato al agua fue el tema noruego Nocturne... cuya letra contenía sólo 24 palabras. Este tipo de temas, parcialmente instrumentales, ahora no tienen cabida en Eurovisión, pero en 1995 la UER no había contemplado esa posibilidad, con lo que esta canción new age pasó la criba y no fue descalificada ni antes, ni durante, ni después del festival. Para colmo de males después de este robo con mayúsculas, Anabel Conde cayó en desgracia tanto para la industria musical (la compañía con la que iba a sacar su primer disco quebró) como para TVE. A partir de ahí, la historia musical de Anabel Conde se convirtió en un cúmulo de despropósitos. Intentó volver a representar a España en 2000, en 2005, en 2006 (ese año también lo intentó por Polonia) y en 2010, pero sólo logró ir de corista de Marian van de Wal, en 2005, por Andorra. Sus discos han pasado con más pena que gloria y ahora es profesora en un colegio de Guadalajara. Una pena.

7. Salomé - Vivo cantando

En España somos tremendos. Nos tiramos décadas enteras sin comernos un colín en Eurovisión pero las dos veces que ganamos el festival lo hicimos de forma consecutiva. Después de que Massiel conquistase a Europa en 1968 con su La, la, la y su vestido de margaritas comprado en unos grandes almacenes de París, España decidió llevar a la pizpireta Salomé con Vivo cantando. Aunque países como Austria declinasen participar por organizar el festival un país gobernado por un régimen dictatorial, Eurovisión 1969 fue un reto para TVE: se vio obligada a emitir el festival en color y a desplegar una serie de medios técnicos que a la mayoría les sonaban más a ciencia ficción que a un concurso musical.

A pesar de todo, España volvió a ganar, pero el triunfo quedó un poco deslucido al ser ex aequo: sí, en 1969 cuatro países ganaron Eurovisión al producirse un empate a 18 puntos. Como la UER no tenía contemplada la posibilidad del empate, optó por premiar a las cuatro canciones e incluir métodos de desempate en las reglas para la siguiente edición del festival. Compartido o no, el triunfo de Vivo cantando en Eurovisión es especialmente relevante porque, además de ser una canción optimista que se te pega en el cerebro aunque no quieras, fue pionera en el uso de una indumentaria llamativa. El mono celeste de canutillos de porcelana y 14 kilos de peso que vestía la catalana y que agitaba con un frenesí que ríete tú de Beyoncé es un clásico no ya de Eurovisión, sino de la historia de la televisión en España.

6. Sergio Dalma - Bailar pegados

Los que vivimos nuestra preadolescencia a mediados de los noventa sabemos qué significaba que sonase Bailar pegados durante las fiestas de verano del pueblo: era el momento de bailar lento con la chica que te gustaba, de arrimar la incipiente cebolleta, dar el primer beso o -si los astros se conjuraban- tocar la primera teta. Y es que lo de Sergio Dalma con Bailar pegados fue un éxito tan rotundo en esa España de 1991 que aún somos muchos los que nos preguntamos cómo es posible que esa gran balada no ganase, no ya esa edición del festival, sino también las cinco siguientes.

Sergio Dalma (que por cierto se llama Josep Capdevila y es de Sabadell) defendió este temazo en una de las ciudades más románticas del planeta, Roma. Y aunque todo parecía estar de cara para que ganase (el pelazo negro que gastaba por aquél entonces también ayudaba), se topó con la hoy todopoderosa Carola (sí, ella) y tuvo que conformarse con un cuarto puesto. Aún así, Bailar pegados tiene el honor de ser, junto con Vuelve conmigo, la canción española que más puntos ha conseguido en Eurovisión: 119.

A finales de esta semana, las cinco mejores canciones de España en Eurovisión. ¿Quién ocupará el número uno?

Y además:

Top15: Las mejores canciones de España en Eurovisión (III)

Top15: Mejores canciones de España en Eurovisión (I)