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Top15: Las peores canciones que España ha llevado a Eurovisión (III)

Viernes 15 de Mayo de 2015 08:42
 

Top15: Las peores canciones que España ha llevado a Eurovisión (III)

¡Por fin es viernes! Con él llegamos al tramo final de esta galería de los horrores, de esta colección de los mayores abortos sónicos que hayamos podido ver y oír en Eurovisión, de este escaparate de despropósitos y vergüenzas ajenas. Sin más preámbulos, vamos con las cinco peores canciones que España haya mandado jamás a Eurovisión.

5. Son de Sol - Brujería

Tras la cancelación de Operación Triunfo, TVE se quedó de repente sin cantera de representantes para Eurovisión. Ante la posibilidad de volver a los años oscuros del festival, la cadena pública se apresuró en intentar montar un proceso de selección con artistas medianamente conocidos que, sin embargo, acabó siendo un desastre. Del guirigay que fue esa preselección sólo quedan dos grupos en el recuerdo: las inenarrables Supremas de Móstoles y estas tres mozas andaluzas, las Son de Sol. Brujería fue la horterada que llevamos en 2005, una especie de canción supuestamente moderna (rapero y todo, tenía) que estas tres hermanas de Écija interpretaban a voz en grito y agitando sus faldas multicolor con el único objetivo de enseñar muslamen. El batacazo fue importante (cuartos por la cola) y sería el primero de una larga lista de intentos fallidos que no terminaría hasta la llegada de Pastora Soler y la excelente Quédate conmigo.

4. Patricia Kraus - No estás solo

"¿Qué vas a pensar? – oh, qué horas de llamar / Te puedes cambiar, si quieres te paso a buscar". Este prodigio de la lírica no es precisamente de Gustavo Adolfo Bécquer, no. Es parte de la canción con la que en 1987 fuimos a conquistar Eurovisión. Patricia Kraus (quien, por cierto, reaparecería años más tarde en la tele como profesora de Operación Triunfo) era la intérprete de esta desconcertante canción con la que queríamos ir de modernos. Para conseguirlo, un equipo de estilistas tunearon a la Kraus poniéndole un tupé que ríete tú del de Markus de QQCCMH, llenándole de colorete media cara, embutiéndola en un corsé y rodeándole el cuello con un harapo verde que no había manera que se quedaba en su sitio. Esto, sumado a una actuación de discutible calidad y una puesta en escena inexplicable, aúpa a la Kraus al puesto 4 de las peores canciones mandadas jamás a Eurovisión. Cuánto daño hizo la Movida Madrileña a la música en español, por Dios.

3. Lucía Pérez - Que me quiten lo bailao

Ay, Lucía. Con lo bien que canta esta chica, lo mucho que hubiese podido brillar y va y le toca (por culpa del discutible criterio de Boris Izaguirre) una de las canciones más mediocres que hayamos podido escuchar en décadas. RTVE, que ya veía venir el desastre, intentó arreglar la canción lo más que pudo -incluso le metieron alguna gaita de fondo, por lo de que Lucía es gallega- que no pegaba ni con cola con el rollo tropicalia de la canción y esas palmeras que se proyectaban al fondo del escenario. Pero oye, ni así. La coreografía de Lola González tampoco ayudó (podría haber sido peor y que el responsable de la puesta en escena hubiese sido Poty) y, aunque Lucía demostró una enorme profesionalidad, volvimos a quedar antepenúltimos. ¿Soy el único que cree que Lucía Pérez merece volver a Eurovisión pero con una canción digna?

2. Antonio Carbonell - Ay, qué deseo

Un año después de casi alcanzar la gloria eurovisiva gracias a Anabel Conde y su increíble Vuelve conmigo, TVE encomendó a Antonio Carbonell la titánica misión de seguir manteniendo alto el pabellón español en el festival. Este buen hombre, primo de los Ketama y con una trayectoria musical más breve que la de Katia Aveiro, presentó el clásico tema aflamencado que lleva sonando, con mínimas variaciones, desde mediados de los setenta en las radios españolas. El escenario a lo Música, sí, las dos coristas enfundadas en vestidos de la Venca y lo horrible de la canción recordaban más a la actuación de relleno de un especial de Nochevieja que a una canción de Eurovisión. Esto, sumado a que de los Pirineos para arriba el pop aflamencado gusta tanto como a nosotros las danzas tribales de Guinea Conakry, hicieron que pasásemos de subcampeones en 1995 a cuartos por la cola en el 96. Pero no, esto no es lo peor que hemos llevado...

1. Las Ketchup - Bloody Mary

Sólo podían ser ellas. No contentos con el descalabro de las Son de Sol en 2005, RTVE se lió la manta a la cabeza y anunció por sorpresa en 2006 que las representantes de ese año en Eurovisión serían Las Ketchup con el tema Bloody Mary. Desaparecidas desde que en 2001 torturaran a medio planeta con el Aserejé, por alguna razón que no alcanzo a entender RTVE decidió rescatarlas del cajón de las one hit wonders del que nunca debieron salir y mandarlas a Eurovisión. Después de cinco años de inactividad (en los que pasaron de ser tres a ser cuatro), eligieron para su comeback Bloody Mary, la que probablemente sea la canción más deplorable jamás compuesta, interpretada, producida y arreglada.

Aunque ya se mascaba la tragedia, RTVE decidió rizar el rizo (igual querían ver hasta qué punto podían hundir más a Las Ketchup en la miseria artística) poniéndolas a cantar encaramadas en cuatro sillas de Ikea -por lo de buscar unos puntos de Suecia que, lógicamente, jamás llegaron- y vestidas con prendas de mercadillo. Con todos estos condicionantes, sumados a un sinfín de gallos y ahogamientos, no era de extrañar que la actuación en Eurovisión pareciese más un bolo de las Papá Levante que un intento de coronarse como la mejor canción de Europa. Lo que no deja de sorprenderme es que llegasen a conseguir 18 puntos.

Top15: Las peores canciones que España ha llevado a Eurovisión (I)

Top15: Las peores canciones que España ha llevado a Eurovisión (II)

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