Lo que puede dar de sí esta edición de 'Supervivientes'

Llevábamos esperando desde aquel lejano 28 de julio de 2011, pero anoche finalmente volvimos a ponernos los collares hechos de madera y coco, a taparnos las vergüenzas con harapos de pingüe extensión y a ponernos complementos étnicos que nos devuelven a una jungla en la que nunca hemos estado para dar la bienvenida a una nueva edición de Supervivientes.

Comentaba yo el otro día las virtudes de que Magnolia haya optado (sea por restricciones presupuestarias o porque son así de visionarios) por un cásting tan sumamente de serie Z, pero las expectativas que puse en la gala inicial de Supervivientes 2014 se vieron anoche superadas. Como mucha gente que hoy hemos tenido que madrugar para ir a nuestras oficinas a producir con una sonrisa en la cara, yo no me quedé hasta el final de la gala. Más concretamente, me metí en la cama justo después de ver a Chiqui emulando a Lilo Pelekai y posando, guerrera, en la proa (o popa) de un barco.

Si algo me sorprendió gratamente de la gala de anoche fue que, oh milagro, no se me hizo pesada. Los que somos ávidos consumidores de realities sabemos que las galas iniciales son más aburridas que leer las Páginas Amarillas, especialmente las de Supervivientes: tanto retardo, tanto drama a la hora de saltar del helicóptero y tanto vídeo de presentación insulso convierten el prime time en un tostón de bíblicas magnitudes. Sin embargo, anoche pudimos ver cómo, gracias a la impecable realización y a un Jorge Javier Vázquez en estado de gracia que se nota que ya tiene muy por la mano capitanear interminables horas de directo, los minutos pasaban casi sin darnos cuenta.

Además, la química existente entre Jorge Javier y Raquel Sánchez Silva (y el entusiasmo que ella le pone a todo lo que hace; eso es mérito) hacía que las conexiones con Honduras no fuesen el típico toma y daca de "no te escucho", "hay mucho retardo" o "bueno, pues continuemos igual" al que otras ediciones de Supervivientes ya nos tenían tristemente acostumbrados.

Tampoco sería justo olvidarse de la gente en plató, ese abanico de defensores (de quienes, en algún caso como el de Toya de QQCCMH y la modelo paraguaya, dudo incluso que tengan relación con el famoso en cuestión) que puede darnos mucho de sí en galas posteriores. Jorge Javier estuvo anoche especialmente ocurrente con el amigo de Yong Li o con la otra hermana de CR7 (la que no es Raluca Katia y que guarda un inquietante parecido a Estefanía de Mónaco cuando quería ser una estrella del pop) a quien, después de confirmarle que Cristiano Ronaldo estaba viendo la gala, espetó un brillante "si lo sé, presento en culotte".

Mientras tanto, en Honduras, los concursantes empezaban a vivir sus primeros minutos como náufragos. Entre los concursantes de la Isla Bonita (si lograron llegar a la isla, porque cuando me fui a dormir seguían dale que dale con la balsa, remando en círculos) hay de todo, pero yo tengo las esperanzas puestas en el dúo que pueden formar la Pelopony y Chiqui. Y es que estas dos, o se odian o se hacen súper amiguis. También espero que se líe fina entre Oriana y Suhaila. Aunque yo no tengo el gusto de conocerlas porque durante MYHYV estoy en la oficina, tengo un amigo que es altamente fans de este programa y que me asegura que lo de Puerto Hurraco pasará a convertirse en una tranquila anécdota familiar como estas dos se declaren la guerra. También será interesante ver, en la Isla Bonita, cómo languidecen Abraham y la modelo paraguaya (quien, antes de pisar la isla, ya estaba débil, descompuesta y falta de energía) o cómo entra el hijo de Matamoros en este universo de tronistas que es esa isla.

Sin embargo, mis esperanzas están depositadas en Cayo Paloma. Confío ciegamente en la capacidad de Raluca de intentar cortejar a Antonio Tejado pensándose que es alguien importante en España cuando en realidad no es más que el ex de Chayo Mohedano, en la de Bibiana Fernández y Nacho Montes de pasarlas putas mientras intentan mantener el glamour, en la de Aran Aznar desvelándose como la otra revelación televisiva de la temporada (con permiso de La Pelopony), en la de Yong Li intentando trajinarse a la sobrina de la Pantoja o en la de Leo Margets convirtiéndose en una palmera más de la isla.

Esta edición promete, amigos. Y a vosotros, ¿qué os pareció el arranque de Supervivientes?