El 2x09 destacó en todas sus tramas como digo, pero la que merece todos los honores es la de los grandes, la que protagonizan los tres veteranos de las Galerías: don Emilio, doña Blanca y doña Isabel. Sin duda alguna, juntos nos deleitaron con la mejor escena de toda la serie. Vayamos por partes.
Así, la reapertura de estas famosas Galerías, retomaban sus distintas historias con el regreso de luna de miel de los recién casados, aparentemente muy felices y amados. Todo el mundo les daba la bienvenida y los felicitaban, todo parecía andar correctamente hasta que en escena irrumpen dos personajes clave y que más van a dar que hablar, Enrique y Patricia. Alberto se encuentra con la sorpresa de que durante su estancia en Roma, su cuñado, quien resulta ser ahora el mayor accionista del negocio familiar, ha cerrado irrevocablemente un contrato con la aerolínea Airsa, para la que trabaja uno de los nuevos fichajes, Carlos (Peter Vives). Y no serán estas las únicas sorpresas para el recién casado, ya que uno de los primeros momentos de trifulca con su esposa, no tardan en aparecer: aquel bonito favor que le hizo Cristina a De la Riva, empujándolo a la calle y lejos de las Galerías.
La que se proclamara (engañosamente) como la villana número uno de las primeras temporadas, que nos ha regalado infinitos momentazos y actuaciones para recordar, llenando la pantalla a su paso, ha sido la última víctima del, o de los asesin@s, de –A, quien la tenía en el punto de mira, ya especialmente, desde el 4x12.
Pero así como tras su capítulo piloto las impresiones generales apuntaban a cierto margen de corrección porque potencial no le faltaba a la serie, hoy, después de ver la evolución que nos tenían guardados, solo puedo felicitar al equipo que la conforma y a la cadena, porque han sabido tomar la dirección correcta, nos han llevado hasta el clímax, y nos han dejado con el alma en vilo, justo lo que se necesita ante un trabajo como este. ¡Enhorabuena!
ABC Family acaba de emitir el que es ya el capítulo nº 100 de su serie estrella, y como no iba a ser de otra manera, ha traído sorpresas. Con la abeja reina de vuelta por las calles del intranquilo Rosewood, y también por los pasillos del instituto, las cosas vuelven a ponerse feas, de hecho, a juzgar por esta imagen del 5x06, realmente se ponen muy feas para nuestra queridísima Alison Dilaurentis.
Sin embargo, también es una verdad universal que nada es para siempre, y tanto es así que el panorama en cuestión de meses ha dado un vuelco muy positivo. En Mediaset pueden brindar porque lo han logrado: tanto el cine (que no nos ocupa ahora) como las series, gozan con más salud que nunca en T5. Pero... ¿qué ha pasado?, ¿por qué de un curso para otro hemos observado este resurgir tan llamativo?, ¿acaso vuelve la edad de oro de las series a T5?
A continuación, analizo el esperado regreso de la serie que no ha dejado indiferente a nadie (contiene spoilers MUY relevantes):
Todos esperábamos el día, este día, el de la gran boda. Cristina y Alberto se daban el sí quiero en medio de toda una trama de traiciones, desamores, y negocios. Al enlace acudían numerosos invitados, pero también muchos cómplices, porque los había. Cristina es la única que, creyendo ser la princesa, está al margen de todo, como si fuera un cero a la izquierda. Pobre. Eso sí, las Galerías ya están a salvo. O eso se creían ellos...
'Sin Identidad' tiene un buen gancho principal, y es su elenco, sobre todo su protagonista, Megan Montaner, quien irradia simpatía por todas partes y solo por ello ya merece darle la oportunidad. La historia comienza con unos primeros 15 minutos realmente muy buenos e interesantes, que claman poderosamente la atención del espectador: la huida de una joven hermosa, cual conde de Montecristo, de una prisión china y cómo fragua los cimientos de una venganza implacable contra aquellos que tanto daño le hicieron. ¿Pero cómo es posible que una chica como ella haya acabado en semejante lugar? Justo cuando te estás haciendo esa pregunta, nos conducen en el tiempo trece años atrás, al 2001.
En estos momentos, la relación entre Ana y Alberto se encuentra en un punto sin retorno, a tres días de la boda con Cristina, parece que ambos han asumido sus respectivos caminos. Sin embargo, el amor que existe es tan grande que les impide romper definitivamente el lazo que los une.
Cristina, por su lado, aparentemente tan inocente, ya ha entrado en fase olfatosintomática (si se me permite el palabro), es decir, ya hemos podido ver cómo tras enterarse de que la razón por la que Alberto fue enviado a estudiar a Londres por su padre fue el amor imposible con otra chica, algo muy dentro de su persona se le ha empezado a remover, llámese celos, llámese instinto femenino, de tal manera que, la campanilla de alarma se le ha activado (¡menos mal, ya era hora!).