Tras varios meses de sequía, Los Visitantes han vuelto a la abc con este magnífico quinto capítulo, si eres de los que aún no han visto el capítulo o vas al ritmo de España (26 de abril en TNT), te recomiendo que no sigas leyendo.
Creo que en lo que llevamos de serie, aún no habíamos visto ningún capítulo tan intenso y, a la par, esclarecedor como éste.
Nada más comenzar el capítulo descubrimos que Jack ha sido ingresado en un centro de los visitantes. Allí, además de sanarle, le inyectan R-6, el mismo componente que habían añadido a las vacunas contra la gripe. Gracias a Ryan, que conoce a una doctora visitante, descubrimos que el R-6 es una molécula que se une al ADN y emite una longitud de onda diferente, según la secuencia de la persona. Aquí tengo que hacer un apunte científico, por lo que sabemos, me da la impresión que se trata de un agente intercalante, pues se une al ADN, lo que convertiría a la sustancia en un gran mutágeno que supondría la inviabilidad de la vida humana.
Por otro lado, el mismo lagarto que hirió a Jack va en busca de Erika y la encuentra en su casa. Como no podía ser de otra forma, la heroína acaba con la vida del reptil, pero descubrimos que los extraterrestres tienen el corazón situado a la derecha. En cuanto a su hijo, Tyler, descubrimos que sigue en la nave, emocionándose, recordando momentos de su vida en una extraña sala. No, los visitantes tampoco tienen emociones. Tras esto, por fin Erika consigue reunirse con su hijo, el cual le confiesa que se ha hecho embajador. Erika al ver la chaqueta no puede contar nada, ya que sabe que está siendo vigilada por los alienígenas.
En cuanto al embarazo de Valerie, le está causando un hambre insaciable. Parece que la criatura que espera está creciendo más rápido que un feto humano, además, ya está despertando en la madre antojos muy extraños. Y es que gracias a esto, por fin hemos descubierto que a la nueva generación de Visitantes también le gustan los ratones, todo un homenaje a la gran Diana.
Además, ahora la resistencia ya cuenta con un nuevo miembro, Kyle Hobbes, un mercenario cuya identidad han usado los visitantes para inculparle de la gran explosión del almacén, como ya os informé hace un mes y medio en este blog.
Y si nos parecía poco sobre la vida de estos seres y teníamos curiosidad por saber cómo se apareaban, Anna se ha propuesto resolvernos esta duda con el pretexto de formar un ejército: en primer lugar ella selecciona entre ocho candidatos al progenitor de sus crías. Dentro de una especie de baño, y tras mantener en todo momento Anna una posición dominante, se forman los huevos, por lo que la hembra necesita un gran aporte energético, así que devora, literalmente, al macho.
Y es que la guerra ha comenzado.
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