La televisión en verano: manual de uso y disfrute

Amigos, ya no hay vuelta atrás: es 31 de julio, media España estamos metiendo bañadores, chanclas, pareos y aftersun en la maleta. Dentro de esa media España en la que yo me encuentro ahora mismo están también los programadores de televisión que, aunque muchos piensen lo contrario, son humanos con derechos y no malvados espectros que sólo viven para meter interminables bloques de publicidad durante nuestro programa favorito. ¿Cuál es la consecuencia del asueto vacacional de estos sujetos? Sí, amigos. La temida programación veraniega.

Como siempre os he dicho, Teuvemix: FormulaTV Edition tiene vocación de servicio público y yo, aunque ahora mismo estoy pensando más en mi mes de vacaciones que en cualquier otra cosa, no puedo abandonaros durante 30 días a vuestra suerte sin daros las claves para sobrellevar este agosto lleno de rellenos, reposiciones, series malas, sustitutos mediocres y programas para borderlines. Porque yo, a diferencia de los programadores televisivos, os idolatro.

1. Hazte a la idea de que, durante un mes, vas a ver mierda. Con un bonito envoltorio, pero mierda al fin y al cabo. La mitad de las redacciones de los programas está de vacaciones y los que se quedan están puteados porque tienen que trabajar el doble, así que prepárate para ver reportajes de fiestas patronales, piezas sobre el calor que hace en Sevilla, vídeos con ancianas haciendo taichi en el paseo marítimo de Benidorm o reportajes sobre cómo proteger tu casa de los ladrones. Sí, los mismos temas de cada año, pero como haciendo ver que nunca te los han contado.

2. Si no puedes con el enemigo (que no podrás), únete a él. Disfruta de las versiones veraniegas de los programas que ves durante todo el año y déjate llevar. Si intentas no pensar en nada notarás como tu actividad cerebral disminuye y te permite desconectar de las tribulaciones diarias mientras ves un reportaje de Comando al sol (antes Comando actualidad) sobre cómo es pasar las vacaciones en un camping.

3. Conviértete en un experto en series malas: Deja de lado los prejuicios y el gafapastismo que te gastas en invierno alabando True Detective o Mad Men y abandónate a mierdas como La Cúpula o Criadas y malvadas. Son malas hasta decir basta, requieren la capacidad de concentración de Pocholo Martínez-Bordiú y puedes discutir con tu prima Mari sin perder ni un detalle de la trama.

4. Intenta imaginar lo triste que debe ser la vida de un presentador sustituto. Piensa por ejemplo en Sandra Daviú, que aunque ahora conduce Espejo Público mientras Susanna Griso se dedica al dolce far niente, el resto del año se dedica a dar el resultado de la Primitiva en La 2.

5. No veas las noticias. Si ya de por sí es deprimente y desalentador que nos hablen de la carnicería de Gaza o del pollo que tienen montado en Ucrania, prepárate además para ver declaraciones absurdas de los diputados durante sus vacaciones, noticias sobre la ola de calor que cada año viene a deshidratar ancianos y a diezmar cosechas, rumores y conjeturas sobre el mercado de fichajes de la Liga, resúmenes absurdos de los partidos de pretemporada que los equipos de Primera juegan con el Atlético de Vladivostok o vídeos cortesanos de la familia Real pajareando en Marivent.

6. En lugar de ver las noticias, ve Sálvame. Al contrario que con el resto de programas, el cotilleo emerge en verano y es caldo de cultivo para ver a los famosos borrachos y drogados en Ibiza, desnudos en las playas de Marbella, engañados por sus parejas o montando escándalos absurdos para conseguir hacerse un Deluxe. Y si además tenemos candente el tema de la ruptura de Chabelita, ya ni os cuento.

7. Si nada de esto te convence, apaga la tele y aprovecha para ponerte al día con tus series favoritas. No te perderás nada y no perderás neuronas, lo que es positivo ya que al volver de vacaciones nos espera otra trepidante temporada de programas embrutecedores, nuevos realities y, gracias a San Jon de Mol, una nueva edición de Gran Hermano.

Con estas recomendaciones para que vuestro verano televisivo no os acabe pasando factura, me despido hasta septiembre. Que paséis un estupendo mes de agosto y no hagáis nada de lo que yo no quiero recordar que hice cuando tenía vuestra edad. ¡Nos vemos a la vuelta!