Eurodrama: Ruth Lorenzo, agotada

El desasosiego, la inquietud, las taquicardias, la congoja, los desmayos y la insuficiencia respiratoria están, desde ayer por la mañana, a la orden del día dentro del colectivo eurofan. Y no es porque Coral Segovia haya decidido inmolarse a los pies de Torrespaña, porque Conchita Wurst haya posado desnuda en Interviú o porque Massiel haya hecho la enésima declaración dando consejos sobre cómo ganar Eurovisión, no: Ruth Lorenzo, amigos, ha ingresado hoy en un hospital murciano por agotamiento.

Tal tragedia contemporánea sucede a menos de una semana de que arranque en Copenhague la presente edición del festival de Eurovisión. Ruth Lorenzo, cansada de la familia Rivera, ha decidido hacerse un Rosa Benito e ingresar dos días (con sus 48 horas correspondientes) en un hospital murciano para recuperarse del agotamiento por deshidratación que le han diagnosticado.

Pero que nadie se lleve todavía las manos a la cabeza, que lo de Ruth Lorenzo no es para nada un caso aislado: acordémonos de cuando tuvieron que mandar callar a Rosa López porque sus cuerdas vocales dijeron basta, de cuando Safura (representante de Azerbaiyán en 2010) por poco se ahoga al grabar el videoclip de su canción o de ese momento en el que Loreen casi muere atragantada por un papelico de confeti dorado que se coló en su gaznate durante un ensayo de su Euphoria.

Entre tanto agotamiento, la murciana más internacional (con permiso de Bárbara Rey) sacó ayer tiempo para pasarse por La Mañana de La 1 y comentarle a Mari-Low Montero los pormenores de su repentino parraque: "El sábado regresé de Londres llorando por la Gran Vía de Madrid, no tenía fuerzas ni para tirar de la maleta". Y yo, que soy de natural empático y sentío, pienso en Ruth Lorenzo tirando de un maletón por la Gran Vía mientras llora desconsolada como si fuera la virgen de los Dolores y se me resquebraja el corazón.

"Los médicos me han dicho que necesito 48 horas de reposo total", afirmaba Ruth en una captura de su móvil colgada en su cuenta de Twitter varias horas antes de actuar ayer en La Mañana de La 1 y en Entre todos. No se puede negar, sin embargo, que Ruth lo está dando todo para conseguir un buen puesto en Eurovisión el próximo sábado 10 en Copenhague. Y parece que el intenso trabajo de la amiga de la hermana de Kylie Minogue empieza a dar sus frutos, ya que en las apuestas de pago España figura en el undécimo puesto (el puesto 11, para las rubias naturales) en el ranking de países favoritos para ganar Eurovisión, por detrás de Israel y por encima de Rumanía.

Su participación en galas europeas de promoción del festival, sus paseos londinenses dando la brasa con cuánto siente ella la canción, sus fotos en plan amiguérrima con Conchita Wurst o Aram MP3 o su medley de canciones eurovisivas parecen estar jugando bastante a favor de la candidatura española, por cuyo buen resultado en el festival llevo yo poniendo velas al Cristo de la Repolla desde mediados de febrero.

Aunque ya sabemos que no habrá lluvia en el escenario de Copenhague (yo sigo sin tragarme eso de que no sea técnicamente posible, qué queréis que os diga, cuando los Jedward ya se mojaron en Bakú), que lo más húmedo que veamos sea a Ruth saliendo a cantar con una camiseta mojada y que hayan recomendado a la Lorenzo que durante un par de días no se ponga en modo 'derrein, derrein', yo sigo teniendo fe en que hagamos un buen papel este año en Copenhague.

El martes que viene empieza Eurovisión con su primera semifinal y, con ella, la semana eurovisiva en Teuvemix. Como ya venía siendo tradicional en las anteriores versiones de este blog, publicaré varias entradas analizando las canciones de este año y las posibilidades que tienen de cubrirse de gloria o de hundirse en la miseria. Descansad durante este puente, que a partir del lunes nos ponemos las americanas sin bolsillos de Julio Iglesias, nos sentamos en las sillas de Ikea de Las Ketchup y nos cardamos el pelo como Sergio Dalma para acometer una de las semanas más divertidas del año.