La espera se ha hecho eterna, pero Eurovisión ya está aquí. La semana eurovisiva (y, por consiguiente, la más vibrante de todo el año) empieza mañana con la primera semifinal, de la que saldrán los diez primeros finalistas que se sumarán al Big Five y a Ucrania en la final del sábado. Empecemos con el repaso, que hay mucha plancha.
Suecia
Empezamos fuertes: Suecia es siempre uno de los favoritos, y con razón. Este año van terceros en las apuestas de pago con este temazo del guapérrimo Robin Bengtsson. Aunque yo en el Melodifestivalen era más de Wiktoria y su As I Lay Me Down, me arrodillo ante Robin (ehem) y su I Can’t Go On.
¿Pasará a la final? Seguro. Y será top five.
Georgia
De una de las favoritas pasamos a una de las que tiene menos posibilidades que España (que ya es decir) de ganar Eurovisión. Georgia lleva este año a una señora muy gritona llamada Tamara Gachechiladze con una power ballad más antigua que el hilo negro. Mucho coro épico, mucho poderío y poca personalidad. Next.
¿Pasará a la final? No.
Australia
El país de las hermanas Minogue también lleva una balada, sí, pero una balada que suena (al menos) a esta década. Don’t Come Easy es la canción con la que Australia vuelve, un año más, al top 10 de las apuestas de pago. La canción es resultona y entra bien, habrá que ver qué puesta en escena eligen para este Manel Navarro de las antípodas.
¿Pasará a la final? Absolutely.
Albania
Resumen de la canción: meh. Sin embargo, sí que os insto a que veáis el videoclip: un cuadro con bien de CGI que parece una versión delirante del de Amanecer de Edurne. Relojes, barcos a la deriva por los aires y trozos del acuerducto de Segovia entre brumas son solo algunas de las perlas que esconde esta obra de arte del audiovisual albanés.
¿Pasará a la final? No.
Bélgica
El país de los mejillones fue uno de los primeros en perfilarse como favorito para ganar esta edición de Eurovisión, pero ha ido perdiendo más fuelle que la carrera de Christina Aguilera. Sin embargo, este City Lights es un temazo. Una buena base, una voz particular y un sonido medianamente contemporáneo que no suena a reciclaje de las tendencias musicales de décadas pasadas.
¿Pasará a la final? Sí. Y ojalá top five.
Montenegro
Dejad todo lo que estéis haciendo y mirad el videoclip, por favor. Miradlo. *deja tres minutos a sus lectores para que vean el videoclip montenegrino*. ¿Ya? ¿Seguís vivos? ¿Seguís epatados? ¿Tenéis, como yo, zillones de comentarios que se agolpan en vuestra mente y a los que no lográis dar salida de manera ordenada? Sólo diré que, de tan rematadamente malo y hortera que es, es de lo mejor que he visto últimamente. Gracias, Eurovisión, por estas maravillas.
¿Pasará a la final? ¿‘LOL’ sirve como respuesta?
Finlandia
El país escandinavo no levanta cabeza desde la victoria de Lordi hace ya once años. Este año quieren intentar volver a tener opciones de ganar con Blackbird, una canción muy Enya, muy de pasear por el bosque un atardecer de enero, muy de estar en casa con una manta y una taza de té mientras miras por la ventana las olas batir contra los acantilados de los fiordos. Vamos, lo que viene siendo una canción intensita.
¿Pasará a la final? No me extrañaría.
Azerbaiyán
El país que vio ganar a Loreen se los gasta. Siempre. Sabe qué significa Eurovisión y sabe que es de las pocas oportunidades que tienen para que Europa hable bien de ellos. Este año toca ponerse modernis y para ello han cogido a Dihaj, su pelo corto y su piercing en la nariz y le han puesto a cantar Skeletons. Que a ver, como canción no está mal, pero ya está.
¿Pasará a la final? Sí, y como es Azerbaiyán serán top ten.
Portugal
Lo digo desde ya: Portugal es mi favorita de este año. Ni Italia, ni Bulgaria, ni Bélgica. Portugal. Amar Pelos Dois es una canción preciosa y está interpretada con una delicadeza y un sentimiento que hacen que uno quiera levantarse del sofá y aplaudirle a la tele. Nuestro país vecino nunca ha ganado Eurovisión y este es su año. Si no ganó Suzy, al menos que gane Salvador Sobral.
¿Pasará a la final? Sí. Y ojalá gane.
Grecia
Qué bien que empieza la canción y qué rápido se jode, por favor. Al principio parece que hayamos vuelto a Anna Vissi y ese magnífico Everything que tendría que haber ganado en 2006, pero luego entra una base que parece sacada de la librería de los horrores del productor más random y la canción evoluciona en un EDM terrible que no hay por donde cogerlo. Qué pena.
¿Pasará a la final? Sí.
Polonia
Seguimos con los despropósitos. Flashlight es la canción polaca que, a mediados de 2017, recupera las bases dubstep (horror) y las mezcla con violines. Vamos, como si mezclamos a la Mónica Naranjo de Europa con Imagine Dragons. En las apuestas de pago Polonia está en la mitad de la tabla, pero yo no las tengo todas conmigo de que pase a la final.
¿Pasará a la final? No creo.
Moldavia
Aunque la canción se llame Hey Mamma, no es la de J Balvin, Pitbull y Camila Caballo Cabello. Esta la firman unos que se hacen llamar Sunstroke Project y son los primeros en incorporar ritmos tropicales en su canción. Y como no podía ser de otra manera, la cosa se tuerce cuando entra el saxo en el estribillo (hola, 2009). Podéis aprovechar para ir a hacer pis durante la actuación de Moldavia.
¿Pasará a la final? Pues igual sí, yo que sé. Es que son todas muy malas, joder.
Islandia
Los islandeses, fieles a su estilo de hacer lo que les sale del coño según soplen los vientos árticos, nos trae este año a Svala cantando Paper. Y no sé si es porque yo tengo debilidad por Islandia y todo lo que sale de ese país, pero la canción me gusta mucho. No suena demasiado a Eurovisión y es el típico tema que pervivirá en mis playlists más allá de junio.
¿Pasará a la final? Ojalá.
Chequia
Random. Del montón. Una más. Olvidable. Next. Todo eso se le puede atribuir a My Turn, la canción checa. No es mala pero tampoco es buena. No es vanguardista pero tampoco hortera. Pero aburre. Y lo peor que puedes hacer en Eurovisión es llevar una canción que no despierta interés y suena a pista de relleno de disco de ganador de talent show.
¿Pasará a la final? No
Chipre
Seguimos con los rellenos y las canciones que transmiten menos emociones que un calentador de agua. Gravity es la propuesta de Chipre que -atención- está un puesto por encima de España en las apuestas de pago, es decir, undécima por la cola. En sólo tres minutos, Gravity tiene la virtud de hacerse larga, tediosa e insoportable. ¡Meritorio!
¿Pasará a la final? No
Armenia
Ojo con Armenia, que ya llevan algunos años presentando canciones interesantes. Este año han decidido copiar descaradamente inspirarse en Jamala, la ganadora del año pasado, para este Fly With Me. Y parece que la cosa les está saliendo bien, porque las apuestas de pago sitúan a Artsvik en la parte alta de la tabla.
¿Pasará a la final? Sí
Eslovenia
Vamos con lo positivo: Omar Naber tiene una voz bonita. Ya. Ahora, con lo negativo: todo lo demás. Este On My Way más bien parece la canción central de un musical de tercera que, en un intento de transmitir épica, han rellenado de mil efectos, requiebros, giros y subidas de tono extrañas y agotadoras a la que solo le faltan unas castañuelas.
¿Pasará a la final? No
Letonia
Triana Park, se llaman los letones. Triana Park. Y aunque yo me esperaba escuchar algo parecido a El Probe Miguel, nos encontramos una canción con tintes EDM (en 2017) que parece inspirarse muy ligerísimamente en el Euphoria de Loreen para intentar crear el trallazo definitivo. Spoiler: no lo consiguen.
¿Pasará a la final? Visto el nivel general, igual sí.
Hasta aquí el repaso a la primera semifinal. Atentos al miércoles, que llegará el análisis de las canciones de la segunda semi. Hasta entonces, recordad que podéis seguir a Teuvemix en Twitter i en Facebook.
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