7 cosas mejores que hacer antes que ver '¡Mira quién salta!'

1. Probarte el bañador del año pasado. Lo más probable es que no entres o que a su alrededor sólo veas carne flácida y blancuzca, con lo que se te quitarán las ganas de cenar, de ver la tele y hasta de vivir. Te apuntarás al gimnasio a la mañana siguiente y te sentirás mejor persona cuando vuelvas a tener las carnes prietas, los muslos turgentes y un saludable bronceado después de someterte a interminables jornadas de sudor, agotamiento y ejercicios marciales. Serás la envidia de todas tus amistades y provocarás desmayos cuando pasees tu tonificado y hercúleo cuerpo por las playas levantinas.

2. Mirar en la Wikipedia y descubrir que la formación más elevada de la mayoría de sus concursantes es un curso de esteticién en el centro cívico de su barrio. Con eso reflexionarás sobre tu propia vida y verás que, si no te formas y haces de ti mismo una persona de bien, puedes acabar dando con tus huesos en un programa de televisión para mayor gloria de la cadena que lo emita y vergüenza y escarnio público para ti. Apagarás la tele, abrirás un libro (esas cosas que suelen estar en las estanterías llenas de hojas y con letras escritas y que, en contra de lo que piensan los participantes de MYHYV, no muerden) y empezarás a convertirte en una persona que sabe poner dos ideas en la misma frase.

3. Darte cuenta de que es casi medianoche y que, a pesar de madrugar mañana, estás en estado catatónico en el sofá esperando que espere ¡Mira quién salta! Apagarás la tele rezongando mientras mandas a tomar por culo entre murmullos a los programadores de Telecinco y te irás a dormir esperando en acabar teniendo una vida mejor. Te levantarás por la mañana a tu hora, sin ganas de lanzar por la ventana el despertador, y desayunarás tan saludable que estarás más contento que las mujeres que comen solas una ensalada. Llegarás al trabajo irradiando felicidad, tus compañeros darán palmas a tu paso, tu jefe alabará tu estupendismo mañanero, te propondrá para un ascenso y al salir un surfero de buen ver (o una modelo de ropa interior) se enamorará locamente de la persona triunfadora en la que te has convertido.

4. Poner a parir el programa en Tuiter antes incluso de que empiece. Con suerte, Paco Marhuenda estará pendiente de su timeline en ese momento y te retuiteará, consiguiendo así que el resto de haters y trolls españoles vean en ti una especie de dios tuitero 2.0. Abrumado ante tanto reconocimiento público, descubrirás que tú también puedes sacar una pasta ingente publicando libros sobre el éxito en Tuiter diciendo las mismas obviedades que llevan los gurús del social media publicando desde hace cinco años. Te invitarán a congresos de redes sociales, a tertulias sobre si regularlas o no, a debates de laSexta Noche y puede que hasta poses en Interviú bajo el titular "Soy lo que soy gracias a ver telebasura". Junto a una foto de Paco Marhuenda, tu descubridor.

5. Plantearte si, igual que Sandro Rey lo ha conseguido, tú también podrías vivir a costa de tomarle el pelo a la gente. Llegarás rápidamente a la conclusión de que sí, que es posible, y montarás un consultorio astrológico para las marujas de tu barrio. Sacarás una promoción de videncias a 10€ para introducirte en el mercado y acabarás creando tarjetas de fidelidad con puntos, descuentos, vales regalo y condiciones ventajosas en otros comercios de la zona. Tu avispada estrategia de marketing (sumado al caché que le dará a tu barrio contar con una Pitonisa Reynolds) hará que las cadenas locales más garbanceras se te rifen para la franja sórdida de las noches españolas.

6. Preguntarte si esos bañadores son de este mundo. Tras ver los horrorosos e infames modelitos en los que envuelven a Olivia Valère para que salte del trampolín (como el de la imagen que ilustra este post), decidirás que ya esta bien de tanta tontería y que debes cubrir el nicho de mercado que hay en España para aquella gente que quiere ir a la playa con gasas, tules, pamelas, lentejuelas y tocados. Tomarás como referente artístico las creaciones de Paloma Urban Fashion, diseñarás una colección entera de moda de baño y conseguirás el beneplácito de todas las amigas de tu madre, que empezarán a ponerse tus creaciones para ir a la piscina municipal. Tendrás la suerte de que una de ellas veranea en Benidorm y se cruzará con Belén Esteban en agosto, quien quedará tan prendada de ese modelito que insistirá en comprártelo para su madre. A la abuela de Andreíta le encantará, se convertirá en tu embajadora y acabarás fichado por La Tienda de Lolín o Punto Roma como diseñador de ropa de baño residente.

7. Caer en la cuenta de que, con este tiempo de mierda, llevas semanas sin depilarte y los primeros rayos de sol del verano pueden sorprenderte con más pelo en el cuerpo que en las patillas de Isabel Pantoja. Ante el horror de que te confundan con el Primo Eso de la Familia Addams, irás despavorida al baño a enchufar la silkepil y deshacerte de la mata de pelo que cubre tus piernas. Sin embargo, no te darás cuenta de que tiene un atasco de pelo de aquella vez que tu hermano se depiló el culo, con lo que hará cortocircuito y fundirá la instalación eléctrica de toda tu casa. Demandarás al fabricante, te pagarán un montón de dinero como indemnización al no tener explicitado en su folleto que debe limpiarse el cabezal especialmente después de que familiares varones decidan depilarse por primera vez en su vida y seguirás sin haberte podido librar del pelo de tus piernas. Decidirás no volverte a depilar jamás, te sacarán en España Directo y te convertirás en una defensora del derecho de la mujer a ser más peluda que Antonio Resines. Las masas te aclamarán y ficharás por Podemos como la número dos de Pablo Iglesias, lo que te llevará a diputada cuando lleguen las elecciones generales y a tener el derecho de cobrar pensión vitalicia.

Y todo por no ver ¡Mira quién salta!