Y es que, aunque la dirección de José Pablo López y Sergio Calderón se echa medallas constantes afirmando que TVE es el motor del audiovisual español (lo cual es cierto), el resultado se consigue más a pesar de ellos que gracias. Una situación que deja cada vez en una situación más precaria a este sector y, sobre todo, que supone una pérdida de identidad para nuestra industria si la televisión pública le da la espalda.
Por norma general, TVE suele hacer buena ficción. Hay títulos mejores y peores, algunos son bastante malos, pero eso sucede en todas las cadenas y plataformas. La media, por lo general, es interesante pero desde hace mucho hay un desinterés por parte de la empresa de hacerlas lucir como una marca propia y un contenido del que sentirse orgulloso dejando, cada vez más, que las plataformas se lleven todo el reconocimiento.
A pesar de todo, fue fiel a la emisión de dos noches semanales de series españolas, pese a ser estrenadas sin promoción, y las mantenía hasta el final fueran cuales fueran sus datos (¡durante un tiempo empezando a las 22h!).
La situación de la cadena era, por aquel entonces, mucho más complicada que ahora pero había brotes verdes debido a los grandes datos que cosechaban en diferido algunas ficciones que, en lineal, no llegaban al doble dígito pero cuyos números sirvieron para la renovación.
Independientemente de las audiencias que hagan, es absolutamente injustificable que durante meses, en temporada alta, La 1 esté tiempo sin emitir por las noches una serie española y eso está pasando, pese a que se hagan, porque se guardan en el cajón debido a una desconfianza de sus actuales mandamases que luego son capaces de estrenar formatos de entretenimiento que están a medio hacer.
Leo constantemente, no sólo en este foro, que TVE ha dado un "giro a la izquierda" y, sin embargo, es la gestión más neoliberal que se está haciendo de la televisión pública desde que Rajoy dejó la presidencia, incluyendo ya no sólo la externalización de informativos (una forma de privatización encubierta) si no alejando a la televisión pública poco a poco de la cultura para hacerla caer en el entretenimiento populista.
La ficción es una de las mejores herramientas que puede tener TVE para acercar determinados temas concretos a unas audiencias más amplias. Es evidente que no todo va a ser como antes, nada en televisión hace los números de antes, pero seguimos viendo resultados muy dignos sumando incluyendo números en diferidos.
Hay mucha política en 'La trinchera infinita', en 'Las abogadas', en 'HIT', en 'El maestro que prometió el mar', en 'Maixabel', en 'Asuntos internos', en 'La ley del mar' y en otras tantas películas y series que ha emitido La 1, con mayor o menor audiencia, pero es política bien entendida al transmitir un mensaje progresista sin caer en intereses partidistas y, sobre todo, accesible para todos al poder verse gratis.
¿Cómo se hace un "giro a la izquierda" si eso se pierde pero se nos llena la programación de famosos de rancio origen, más conocidos por sus intimidades que por su talento en, muchas ocasiones, fortunas que se hicieron durante una dictadura fascista, títulos nobiliarios, toreros y otro tipo de especímenes que representan a una España que hace tiempo que debimos dejar atrás.
Y es que eso no es servicio público: es entretenimiento. Y a veces está bien hacer entretenimiento que no busque tanto reflexionar (también se puede hacer con series como 'Sin gluten'), pero el poder educativo de una televisión pública debe prevalecer siempre por encima de las aspiraciones comerciales porque, si bien es de todos, tiene una misión concreta.
José Pablo se escuda, cruzando determinadas líneas rojas, en que hay una especie de clasismo o elitismo contra cierto modelo de televisión cuando, precisamente, ese modelo de televisión que nos quiere imponer, todavía sin el éxito que desea, se basa en la exposición de vidas de gente que se ha hecho famosa por sus relaciones sentimentales o por nacer en una determinada familia. ¿Hay algo más clasista que eso?
Y, sobre todo, ¿por qué las clases populares sólo podemos consumir basura y tenemos que pagar para aspirar a contenidos de mayor calidad? ¿No podemos hacer del buen arte algo más accesible?
Señores de TVE, haced de la ficción nacional el servicio público que merecemos y dejad la guerra sucia por el share a las televisiones privadas.
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