Una 'Ally McBeal' a la española de casos procedimentales que visibiliza el tener que vivir con TOC mientras nos mete combinando con humor y drama cada semana un caso distinto.
Protagonizada por Elena Rivera y Manu Baqueiro, la serie próximamente se podrá ver en Antena 3.
Amanda Torres (Elena Rivera) es una abogada brillante que cae en picado en el momento que tras sufrir un aborto tiene una crisis en un juicio que le hace atacar a la jueza. A partir de allí, toda su vida su desmorona, su marido César (Miquel Fernández) la deja y ella acaba en un bufete de mala muerte dirigido por Gabriel (Manu Baqueiro), un abogado de métodos pocos convencionales con mucho morro pero también su buen corazón.
Las cosas se complican más cuando su hermana Daniela (Carol Rovira) es acusada de asesinato de su marido y todas las pruebas apuntan a ella, con ese telón de fondo la temporada se mantendrá en pie.
A partir de allí, cada semana habrá un caso que resolver mientras se va avanzando lentamente en el misterio central. Casos con giros un tanto rocambolescos o divertidos, pero también con algunos mensajes sociales en favor de la okupación o contra los vientres de alquiler.
El resultado general es el de una serie divertida y ligera de ver perfecta para emitirse en una cadena como Antena 3, que ante la caída del consumo necesita productos más accesibles para amplias audiencias y que ojalá funcione allí para tener una segunda temporada.
Una buena ficción que no innova nada y donde todo está muy visto pero que maneja sus misterios con encanto.
El gran dúo Elena Rivera y Manu Baqueiro
El gran acierto de 'Perdiendo el juicio' reside principalmente en la elección de Elena Rivera como la protagonista. La joven pero veterana actriz que todos conocemos de su papel en 'Cuéntame cómo pasó' pero que también deslumbró en 'Inés del alma mía', está tan bien como siempre en un registro nada fácil, expresando con total naturalidad los gestos que hace una persona en su condición.
Es absolutamente brillante y se lleva la serie de calle. Hay un guion solvente detrás, pero este producto funciona principalmente por lo fantástica que es ella.
No hay que restarle importancia tampoco al gran hacer de Manu Baqueiro, que tras casi dos décadas visto únicamente como Marcelino de 'Amar en tiempos revueltos' y su secuela, le toca demostrar sus capacidades en otros personajes. Fiel a su vis cómica, Manu borda el papel de jefe canalla de buen corazón que ejerce de gran alivio cómico de la serie.
Ambos actores brillan conjuntamente con una química en pantalla más que evidente, que es el principal atractivo de esto.
El resto de personajes son más secundarios, pero el bufete de nuestros protagonistas está bien llevado con el veterano Alfonso Lara y dos jóvenes actores muy solventes como Daniel Ibáñez y Lucía Caraballo, a los que habíamos visto previamente en 'La edad de la ira' y 'Estoy vivo'.
Miquel Fernández no está mal pero Dafne Fernández no termina de convencer en el registro de enemiga de nuestra protagonista. Lejos de divertir como en '4 estrellas', aquí son más visibles sus carencias como actriz.
Buenos personajes, buenos actores y un producto solvente. 'Perdiendo el juicio' no es ni pretende ser la serie del año, pero su encanto es ofrecer lo que se busca de ella como un escaparate de distracción para pasar un rato ligero con dos estupendos protagonistas.
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