La 1 ha cerrado una temporada 2023-2024 relativamente buena, ha recuperado la segunda opción durante algunos meses y ha asentado varios pilares diarios, pero quedan muchos deberes por hacer ante un declive estos últimos meses. ¿Cuáles son los retos que debe asumir el canal para garantizar una mejora?
La nueva Ley Audiovisual impulsada por el PSOE pero con apoyo parlamentario es uno de los mayores desastres que se han hecho porque permite a las cadenas cambiar la programación el mismo día, pero eso no quita que La 1 deba hacerlo.
La televisión pública debe ser estricta con el respeto al espectador, aunque en muchas ocasiones las audiencias no acompañen, y emitir lo que corresponde el día y hora anunciado, sin dobles emisiones, sin cambios de hora, de día y sólo hacer esos cambios si la actualidad informativa lo requiere.
Basta de "famosos haciendo cosas"
No es un problema exclusivo de La 1, pero sí particularmente grave en la cadena pública. Hay que reducir drásticamente los programas de "famosos haciendo cosas" en televisión, más si son siempre los mismos.
El entretenimiento en el primer canal público tiene la obligación de ser más comercial y familiar que en el resto de cadenas de su grupo, pero debe haber una vocación de innovar y de crear formatos propios, no sólo de enchufar a los mismos siempre e intentar blanquear la imagen de algunas personas conocidas por hacer cosas bastante cuestionables (videntes que estafan).
TVE se dedica a comprar más formatos extranjeros de grandes franquicias de crear los suyos propios y, aunque lo primero no es necesariamente algo malo, evidencia el poco interés de la cadena en trabajar en aquella área, la cual están intentando plagar, sin éxito, de realities.
Duraciones y horarios más normales
Otro problema que no es exclusivo de TVE pero que deberían tomar la iniciativa de solucionar: es inconcebible que los programas de entretenimiento superen la mayoría las tres horas de duración y terminen a altas horas de la madrugada.
Es la principal razón por la que 'Masterchef' se rellena con con contenido inaceptable que trae consigo bullying como espectáculo, además de propaganda neoliberal blanqueando la cara más oscura del mundo de la cocina. Con una duración adecuada, los diferentes talent show de la cadena pública serían mucho más entretenidos y divertidos, además de que harían más espectadores.
Volver a apostar por la ficción nacional
Las buenas series, no sólo las series en sí, si no las buenas deben ser uno de los pilares fundamentales de la programación de La 1.
TVE tiene, en general, un catálogo interesante de ficción, habitualmente de buena calidad con algún que otro fallo perdonable, pero un desinterés inaceptable de asentar una marca y hacerlas lo más accesibles posible.
La gran mayoría de series estrenadas por la cadena han sido relegadas al late night, algunas como 'HIT' estrenadas directamente allí, o dilapidadas en sesiones dobles o triples. Todo eso, mientras Antena 3 o Telecinco, siguen apostando por ellas en prime time.
La 1 necesita asentar una noche semanal dedicada a la ficción nacional y mantenerlas hagan el dato que hagan, con una buena promoción que vaya por adelantado pero no tan adelantado con esos eternos "Muy pronto" que duran meses y meses ante la indecisión de estrenarlas. A pesar de la buena calidad de sus series, actualmente parecen más una tele latinoamericana rancia que sólo emite culebrones y programas sobre trenes de vida inaceptables que una verdadera televisión pública motor del audiovisual español.
Reducción de cine estadounidense
No pasa nada porque La 1 tenga una noche semanal dedicada al cine comercial, 'La película de la semana' es una tradición asentada que aporta muy buenas audiencias pero es hora de concentrar todo el cine en esa noche y dedicar el resto a otro tipo de formatos, incluyendo el cine español, cuyos mejores estrenos deberían ir también en la noche del domingo.
También es importante que el contenedor de películas de estreno vaya dedicado a géneros variados y no únicamente a emitir las mismas películas de acción en bucle cada seis meses.
Actualmente La 1 tiene entre tres y cuatro noches a la semana de cine estadounidense, pero han llegado a ser seis. Emitidas mayoritariamente sin criterio y predominando habitualmente las películas malas. Otro de los muchos desastres actuales de la programación.
Dejar de quemar 'El cazador'
En la televisión actual es difícil encontrar formatos novedosos que llamen la atención de los espectadores. La propia audiencia de hecho suele "castigar" cualquier mínimo intento de innovación, pero TVE parecía haberlo conseguido 'El cazador'.
Digo parecía porque el cambio de mecánica ha destrozado el programa y, con ello, hundido las audiencias. El concurso presentado por Rodrigo Vázquez ha renunciado a su mecánica original para intentar imitar sin éxito a 'Pasapalabra' o 'Reacción en cadena', rompiendo así la emoción de los grandes duelos con un nuevo juego sin sentido que ha provocado una caída del 11% al 7%. ¿Se puede volver atrás? Creo que es hora de una recogida de cable y aquí no ha pasado nada. Y volver a empezar porque 'El cazador' es una marca vital para el entretenimiento de La 1.
Para eso hay que quitar también su versión Stars, presentada amablemente por Gorka Rodríguez, pero que únicamente sirve para saturar el formato con dos horas diarias de lo mismo. Es hora de que La 1 busque un nuevo concurso para la franja que pueda entretener e impulsar de nuevo al veterano, antes de que sea demasiado tarde. Especialmente cuando la televisión necesita alternativas entretenidas a la telebasura peligrosa que hacen Sonsoles y Ana Rosa a su misma hora.
Broncano
El fichaje estrella de TVE, que tan polémico ha sido por su politización por parte de medios de comunicación financiados por el PP, es una oportunidad interesante para acercar al público joven a la cadena pública.
Una baja exigencia de audiencia pero unos objetivos claramente definidos (público de determinada edad, potenciar RTVE Play) convierten a Broncano en un nuevo escaparate promocional que aprovechar en condiciones y, si la cosa funciona, puede ser todo un acierto para La 1.
La competencia nunca será 'El Hormiguero', la propia TVE le ha pedido al presentador que se abstenga a hablar de política y queda claro que éste no busca ser un líder de opinión como sí hace Pablo Motos. Toda esa polémica surge del miedo a la derecha de perder audiencia en uno de sus escaparates que a más gente diversa llega, pero ellos pueden estar tranquilos, que eso no va a suceder.
Septiembre será otra batalla para La 1, esperemos que ésta sepan librarla, porque tienen muchos deberes por hacer.
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