La que fuese una gran sorpresa a nivel de calidad y audiencias la temporada pasada ha regresado dando más de un susto con unos datos irregulares pero todavía esperanzadores, porque parece que 'Estoy vivo' todavía puede estar muy viva y ojalá así sea.
Referenciando a la melancólica canción de Pau Donés que suena en la cabecera de la serie, a partir de un salto temporal de año y medio todo se ha revolucionado con un cambio radical en las tramas que nos sitúa en un escenario muy distinto al de la primera temporada.
Ahora Laura (Cristina Plazas) está casada con Santos (Fele Martínez) y Susana (Anna Castillo) manteniendo una relación seria con David (Alfonso Bassave), mientras la esposa de nuestro protagonista ha aparecido poniéndolo todo patas arriba, aunque realmente sin malas intenciones.
En un abrir y cerrar de ojos, todo se ha echado a perder para Márquez y el Enlace y todo por lo que lucharon en la primera temporada se ha desvanecido quedándose ambos aún más solos de lo que estaban al principio.
Y mientras tanto, hay una trama de gran importancia que abarca a una niña fantasma (Laura Quirós) y a un edificio antiguo con varias fuerzas del mal.
Dando pasos adelante
En la sencillez de 'Estoy vivo' se encuentra la ambición de lo que busca ser algo con personalidad propia: la mezcla de tramas familiares con ciencia ficción, viajes en el tiempo, terror, comedia y drama funciona con gran fuerza y encanto creando un producto que combina varias ideas repetidas hasta la saciedad con un resultado diferente.
El gran reto de esta segunda temporada era repetir lo innovador y la frescura de la anterior tanda sin caer en la saturación y no sólo lo ha conseguido si no que ha añadido un mayor interés.
Tener ganas de dar pasos adelante en ocasiones es responsable de caer en ciertos fallos, 'Estoy vivo' mantiene ese tono edulcorado que a veces puede empalagar en esta temporada, haciendo evidente que todavía se tienen que trabajar un poco más las escenas dramáticas (no es que el resultado tampoco sea malo, la emoción sigue estando ahí pero quizás se siente algo alargada).
El punto fuerte sigue estando en su elenco, han logrado concentrar a un grupo de grandes actores de los cuales algunos están brillantes y otros llegan a sorprender.
De los nuevos fichajes, Luz Valdenebro se muestra muy natural como la esposa de Márquez, Lola, un personaje que me ha caído muy bien, la actriz ya me gustó bastante en 'Gran Hotel', así que no me supone una sorpresa su talento, a diferencia de una Laura Quirós estupenda en el papel de la niña fantasma, ya que no suelen gustarme demasiado los niños actores por norma general, pero ella tiene una muy buena dicción y una potente credibilidad.
Pero aunque los nuevos están muy correctos, hay que destacar más a los que estaban de antes.
Es una gran noticia que Jesús Castejón esté ganando cada vez más protagonismo una vez ha descubierto que Manuel Márquez es Andrés Vargas reencarnado. Después de esto, Sebas se puede considerar oficialmente del trío protagonista.
Una de las cosas que llevaba deseando desde el principio de la serie era ver a Cristina Plazas involucrada en la trama de ciencia ficción. La actriz, que ya me enamoró la temporada pasada gracias a su excepcional naturalidad, de la que muy pocas veces se llega a ver, sigue a su gran nivel pero ahora Laura tiene visiones donde ve a Márquez decirle aquellas cosas que le dijo en el momento en el que se congeló el tiempo, lo cual sería la primera experiencia sobrenatural del personaje.
Obviamente, del que uno se sigue derritiendo en elogios es de Javier Gutiérrez, nuestro maravilloso protagonista y la principal razón por la que uno debe ver esta serie.
Pero esta vez de quien quiero hablar es de quien ya fuera la gran sorpresa del año pasado que se está confirmando ahora como una mayor, un Alejo Sauras diferente al que siempre hemos conocido en un estupendo co-protagonista como es el Enlace. Hasta ahora había resultado ser un alivio cómico pero el descubrir que es el padre de la niña y que tuvo una vida pasada como humano ha reinventado completamente a su personaje y nos está mostrando otros registros alejados de la comedia a la que nos tiene acostumbrados. A pesar de sus muchos años en televisión, Sauras nos está demostrando ser mejor actor de lo que se podía pensar gracias a esta trama, en un papel muy alejado de lo convencional, diga lo que se diga.
Del resto del elenco tengo en general buenas palabras y un odio muy agradable al Comisario que interpreta Fele Martínez.
Muerte y resurrección
Nunca des por muerto a algo antes de tiempo, aunque quizás todavía pueda ser precipitado decir que haya resucitado, 'Estoy vivo' está intentando demostrar que su éxito no fue de una única temporada.
Con menos de 1,7 millones, regresó en la noche del martes 25 de septiembre con un preocupante 11,5%, un dato si bien aceptable, muy por debajo de los datos de la anterior tanda y totalmente eclipsado por 'Gran Hermano VIP'.
Pero el susto grande fue cuando el segundo capítulo se derrumbó a un 8,6% con 1,4 millones de espectadores, anotando unidígito y pareciendo que estaba completamente sentenciada.
Tras resurgir de forma inesperada y saltar a un 11,2%, TVE movió ficha y trasladó la serie al prime time del lunes y las audiencias vovieron a ser saludables y esperanzadoras: un notable 13,4% con 2,1 millones, en datos de la anterior temporada pero con una competencia mayor ('Vivir sin permiso').
Quizás beneficiada por el arrastre del fútbol, 'Estoy vivo' parece seguir bastante viva y esperemos que así sea. Es una serie diferente, arriesgada y, con sus cosas buenas y malas, de notable calidad, algo digno de una televisión pública y su éxito es una buena noticia. Estamos ante la resurrección de una serie muy disfrutable y hecha con mucho cariño y eso es siempre digno de celebrar.
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