Esa mala noticia ha coincidido con otra aparentemente buena: La 1 recupera mucha audiencia perdida tras años de declive y, con ello, mucha visibilidad perdida. Sin embargo, ambas cosas tienen una relación muy triste.
Coincidiendo con el ingreso de José Pablo López, exdirector de Telemadrid, a la Dirección de Contenidos, seguir algo en la programación actual de la primera cadena de TVE se ha convertido en todo un reto tras los constantes mareos a los que es sometido todo.
Una seriedad impropia de una televisión pública que ha decidido priorizar la absurda guerra de las audiencias por encima de sus principios y valores de servicio público, poniendo en entredicho su razón de ser y existir.
Series diarias
Es difícil saber qué es peor actualmente en La 1, si tener éxito o fracasar. Un claro ejemplo es el de 'La promesa', la serie revelación del año que está triunfando y liderando en las tardes, pero que hay que buscar por toda la programación de tantos "especiales" que ha tenido.
Es lógico y normal que una serie diaria se estrene primero en prime time, en ocasiones una franja menos hostil y no tan sometida a costumbres del espectador, el problema es luego vender como "capítulos especiales", episodios normales y corrientes que emites fuera de su hora.
Hace ya tiempo que no hay, afortunadamente, episodios en horario estelar pero cuando la cosa está ajustada en el mes, La 1 apuesta por sesiones dobles, muchas veces programadas sin avisar para maquillar los datos de audiencia.
Eso se llevó por delante a 'El paraíso de las señoras', la telenovela italiana que estuvo durante unos meses en las tardes y que empezó con buen rendimiento pero se hundió estrepitosamente cuando se volvió imposible seguirla.
Con la llegada de La Moderna', 'La promesa' se ha mudado a las 17h30, donde ha perdido algo de fuelle (aunque en diferido demuestra seguir siendo un producto de enorme fuerza), víctima de los mareos a los que la ha sometido el canal.
Si con 'La promesa' hay exceso, con '4 estrellas' lo que hay es emisión a cuentagotas. Es cierto que el access prime time es una franja muy propensa a sufrir cambios, una cadena pública siempre va a tener eventos en ese horario que obliguen a cambiar la programación y también el ser la hora posterior al Telediario de máxima audiencia, éste se puede alargar si surge algo fuerte a nivel informativo.
Pero la comedia protagonizada por Toni Acosta ha suspendido varias veces sus emisiones sin razón justificada, además de partir por la mitad los episodios o recortar escenas con intenciones de ser "más competitivos en audiencia".
Se puede entender que la producción vaya pillada con el rodaje, pero recortar sus emisiones lo único que hará será hundirla, es probable que un parón de varias semanas entre una temporada y otra sea la opción más saludable para el producto.
Series de prime time
La caída de las audiencias de la ficción nacional en abierto ha sido inevitable tras la llegada de las plataformas de streaming pero La 1 era la única cadena que tenía todavía una fuerte apuesta por ésta con títulos que, si bien no gozaban de buena audiencia, podían presumir de una notable calidad.
La calidad no se ha ido pero sí el trato digno que cuida la imagen de marca que debe tener la ficción nacional en una televisión pública, que debe aspirar a ser un referente en el sector.
No fue hasta marzo, con un "Muy pronto" que se hizo eterno, cuando La 1 estrenó la tercera temporada de 'La caza', titulada Guadiana, su primera serie del año tras estar los dos primeros meses con una preocupante sequía.
La ficción protagonizada por Megan Montaner, Alain Hernández y Félix Gómez hizo unos datos más que aceptables de audiencia pero no fue suficiente para esquivar el maltrato con sesiones dobles o únicas según le diera al programador. Tener prisa en dilapidar un producto de calidad porque su cuota no sea la más alta mientras tus formatos de entretenimiento, ligeramente más cuidados, siguen allí con unos datos peores es una clara muestra del desprecio que tiene la actual dirección de La 1 hacia las series españolas.
Mucho peor lo tuvo 'Los pacientes del doctor García', la adaptación homónima de la cuarta novela de los Episodios de una Guerra Interminable de Almudena Grandes. Un homenaje muy digno a la fallecida escritora que quedó manchado por lo que hizo TVE con ella.
La posibilidad de verla antes en Netflix que en La 1 sentenció definitivamente a la obra protagonizada por Javier Rey, que gozó de cierto éxito en la plataforma de streaming mientras pasaba desapercibida por la televisión pública.
La increíble audiencia de 'La que se avecina' en diferido en su episodio preestrenado en Telecinco antes que en Prime Video evidencia que la gran audiencia en diferido se perdió para la serie de TVE al estar disponible antes en Netflix, sus 527.000 espectadores adicionales en este sistema se quedaron en nada.
Una serie de importante valor de servicio público por lo didáctico y social que muestra que terminó relegada a la madrugada para priorizar una serie italiana que hizo datos igual de malos o peores a pesar de gozar de una mayor promoción.
La única que ha tenido un trato digno ha sido 'Cuéntame cómo pasó', que se ha despedido con gran éxito en su temporada final. Tendremos que darles las gracias y todo por no maltratarla.
La tercera temporada de 'HIT', por su parte, sigue cogiendo polvo en el cajón.
Cine
A estas alturas se ha convertido en un meme en el foro de FormulaTV el "Muy pronto" de 'Maixabel' pero tal vez sea algo menos largo que el estreno de 'Mediterráneo' aquel domingo de julio que nunca llegó, siendo sustituida por la archirrepetida 'The Equalizer II'.
¿Y qué fue de aquel ciclo de cine español que iba a ir este verano? La realidad es que nunca salió a la luz, se pasaron todos esos meses emitiendo de viernes a domingo películas estadounidenses repetidas, en muchos casos con malos datos de audiencia.
Da la sensación de que La 1 prefiere hacer malas audiencias con películas estadounidenses a hacerlo con producciones propias, que tolera más los malos resultados cuando es con un producto ajeno.
La cadena continúa repitiendo en bucle las mismas películas, mayoritariamente malas, cada seis meses mientras los estrenos se encuentran apartados.
Entretenimiento
Era de esperar, en todo momento, que 'La plaza de La 1' iba a ser un fracaso, pero su fugaz duración trajo consigo el abandono absoluto de la franja.
En el último mes, han tirado de reposiciones de 'El comodín de La 1', sustituyéndolo ocasionalmente por sesiones dobles de 'La promesa'.
La última idea ha sido sustituir 'El comodín' por dos horas diarias de 'El cazador'.
¿Y los dos últimos programas de 'El puente de las mentiras'? ¿Y lo que queda de 'Españoles en conflictos'? El cajón se engrandece cada vez más.
Todo por el share
Principios Básicos de la Programación de RTVE Ley 17/2006: "Los medios de RTVE no deben renunciar a conseguir una posición destacada ante la audiencia. Sin embargo, este objetivo no puede justificar la falta de calidad de los contenidos ni su alejamiento de los principios de servicio público. El liderazgo de audiencia no es un fin para RTVE. El fin debe ser el cumplimiento de sus propios objetivos."
Es evidente que la televisión pública no puede renunciar a generar un mínimo interés entre el público con sus contenidos pero sacrificar tu propia credibilidad por una absurda guerra de audiencia con Telecinco va en contra de sus propios principios y objetivos.
Puede que los actuales responsables crean que están haciendo bien convirtiendo TVE en una máquina para competir en audiencias pero en realidad están contribuyendo al deterioro del servicio público de radiotelevisión y, por ello, de la calidad democrática de nuestro país, cuyo audiovisual ya no tiene a la televisión pública como la alternativa a las privadas que merece ser.
Tampoco creo que las políticas de programación cortoplacistas sean saludables porque puede desgastar productos que merecen mucho la pena y que han devuelto a La 1 al mapa y la relevancia.
No es un problema de calidad de contenidos, si bien hay una peligrosa obsesión ahora por TVE de rescatar mucha morralla de Mediaset, como está haciendo también Atresmedia, y de abusar de realities y programas de entretenimiento conflictivos. Sin embargo, entre concursos, informativos y series se está diseñando una parrilla atractiva que pierde su interés por caótica.
Lejos de creer que están haciendo bien, los constantes cambios de La 1 dan la sensación de que es una cadena desesperada a un nivel que sobrepasa lo patético y que daña a su reputación, credibilidad y prestigio como servicio público esencial en la democracia. Saquen sus manos de la televisión pública si no la saben cuidar.
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