La ficción creada por Joaquín Oristrell y protagonizada por Daniel Grao ha estrenado su tercera temporada con más de un año de retraso y relegada directamente al late night con resultados desastrosos tras un recorrido razonablemente decente en sus dos primeras temporadas.
'HIT' no es, en absoluto, una serie agradable. La serie nació como un drama de instituto donde un profesor trata de arreglar los problemas de alumnos conflictivos para que puedan salir adelante, tratando temas como anorexia, abusos sexuales, tentativas de suicidio, adicciones, racismo, machismo, homofobia y fascismo.
Pero todos podemos ser víctimas de ello y la tercera temporada nos ha trasladado a un centro de desintoxicación donde su protagonista ha terminado siendo un paciente más.
En ese sentido, 'HIT' ha dejado de ser un drama juvenil para pasar a ser uno sobre salud mental y trastornos psicológicos, centrándose cada uno en uno distinto.
En todo momento se nos ha dado una visión realista de lo que es ser un adicto y lo que supone luchar contra ello a través de diferentes patologías, siempre con un mensaje esperanzador pero sin olvidar las posibles recaídas y, sobretodo, humanizando a aquellos que lo son.
Todo desde el escenario de la isla de La Palma, aquella que sufrió la erupción del volcán en 2021, con la catástrofe natural como telón de fondo.
El último episodio ha ido más allá en su dureza abarcando el tema de los abusos sexuales de la Iglesia y el miedo a denunciar, un sentimiento de culpabilidad entre jóvenes que cuando eran niños fueron violados y cómo por culpa de ese sentimiento se siguen abusando de otros chavales. Un tema particulamente espinoso que, todavía, en determinadas circunstancias, sigue siendo tabú sobretodo si se muestra que la Iglesia es cómplice con su silencio.
Hablar de esos temas en horarios inadecuados
Cuando 'HIT' se estrenó en 2020 TVE tenía claro que no iba a ser una serie de audiencias masivas, en todo caso, su creador decía antes de estrenarse que buscaban más atraer a un público joven y fomentar el debate social.
Y el objetivo se cumplió: con un aceptable 9,2% de media, la primera temporada alcanzó un 14,5% entre jóvenes y generó impacto y conversación, así como nominaciones a premios importantes.
La segunda temporada no repitió el éxito de la primera pero se mantuvo lo suficientemente por encima de la media en ese target como para ganarse la renovación.
La situación de La 1 empezó a ir para arriba en audiencia a finales de 2022 y principios de 2023 y la cadena entró en una guerra absurda por la segunda plaza contra Telecinco, donde sólo importó el share y nada más, así empezó a descuidar su ficción nacional y 'HIT' fue, poco a poco, enterrándose en un cajón hasta llegar este mismo verano a la madrugada.
Relegada al late night en su estreno, las audiencias se confirmaron como una catástrofe con un pésimo 3,8% de media con 198.000 espectadores, cuando sus dos primeras tandas habían estado por encima del millón.
Así fue como la televisión pública condenó a la irrelevancia a un producto necesario que habla de lo que otros no hablan. ¿Censura por motivos ideológicos? Lo dudo bastante. ¿Obsesión por hacer una alta audiencia antes de un servicio al ciudadano? Claramente.
Si TVE compite a machete contra las demás cadenas en vez de apostar por contenido social, educativo y con compromiso con buenas causas, el audiovisual español estará en un gran peligro al perder su ventana más valiosa y arriesgada y 'HIT' es triste ejemplo de ello. Es hora de que La 1 vuelva a poner el altavoz donde otras no lo hacen.
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