Ésta es una historia sobre un joven que quería ser actor pero se quedó por el camino, que no logró cumplir con su meta y, además, hay un crossover con 'Chonicienta', mi obra maestra.
Aquí una foto de nuestro protagonista
El joven se esforzaba por ser un gran actor pero no le terminaba de salir bien por lo que parecía y no paraba de recibir críticas que él consideraba injustas por parte del público, incluso fracasaba en el teatro, las únicas buenas críticas que recibió fue cuando hizo de mudo y él no entendió por qué aquella vez sí y el resto de ocasiones no.
Era una calurosa noche cuando salió al lavabo a hacer pipí y después, mientras se estaba lavando las manos se miró en el espejo y se dio cuenta qué estaba mal. Tenía una atractiva mirada pero una dicción de mierda y el resto de caras que ponía eran forzadas, no valía para esto.
-¡Toda mi vida queriéndome dedicar a actuar y resulta que no sirvo para esto! -Gritó de manera sobreactuada cuando de repente una hermosa amable singular hada apareció de la nada.
-Oy, oy, oy, querido maromo, tú lo que necesitas es un poco de magia de la mía como yo necesito que un hombre me meta su rabo por... -Dijo el hada.
-No sigas. -Respondió el joven y luego preguntó- ¿Quién eres?
-Soy la hermosa hada que ayudó a Chonicienta a convertirse en la reina de Mediaset, querido, y quiero ayudarte a que brilles como una estrella para que pueda sacar carroña después en mi programa.
-¿Entonces eres un presentador de programas del corazón?
-No, querido, soy la REINA de los programas del corazón.
Jesús no entendía qué estaba pasando aquí ni quién era, pero vio que si había venido a ayudarle tenía una posibilidad de convertirse en un buen actor.
-¿Y tú puedes convertirme en buen actor?
-Puedo darte el éxito, querido, pero tendrás que ir a ver a la Gran Piedra.
-¿La Gran Piedra?
-Exacto, yo te teletransportaré hacia ella para darte todo, a cambio, tendrás que dejar que Telecinco hable de tu vida privada y fingir que te molesta para darnos audiencia.
-Esto... ¿Vale?
-No he oído lo que has dicho, con esa dicción sólo entiendo "Esto... ¿dlkdfdfslhf?", pero no pasa nada, lo interpretaré como un sí. Conjuraré mis palabras mágicas "Oy, oy, oy, aquí hay tomate".
Y de repente el joven protagonista apareció delante de la Gran Piedra.
-...
-¿Usted es la Gran Piedra? -Preguntó Jesús.
-Exacto, soy yo, ¿quién osa molestarme...? -Respondió ella.
-Me llamo Jesús Castro y espero no molestarte, sólo quiero que me ayudes a ser un buen actor.
-¿Ser un buen actor...?
-Sí...
De repente la Gran Piedra se motivó y le soltó un discurso en tono monocorde sobre lo que era ser un buen actor:
-Ser un buen actor es sentir a tu personaje, sufrir con él, reírte con él, entenderlo, meterte dentro de su piel, buscar lo que él busca, ilusionarte, llorar, disfrutar...
La Gran Piedra escuchó cómo Jesús estaba roncando.
-¿Me estás escuchando...?
-¡Ay, perdona! Desconecté hace rato...
-Entonces así no vas a ser buen actor...
-Ahora que lo pienso, el hada me dijo más bien buscar el éxito...
-Ah, ¿el éxito? Haberlo dicho antes... Yo vengo de otro mundo llamando la Tierra, concretamente de España y allí soy actor, bueno, más bien me creo actor porque algunos me consideran uno de los mejores. Vivo en un maravilloso lugar donde para tener éxito sólo necesitas ser guapo o ser hijo de algún famoso (o acostarte con él), eso es lo que necesitas, vente conmigo a mi mundo y descubrirás el éxito...
Jesús tembló de la emoción aunque no supo expresarlo bien con su cara y acompañó a la Gran Piedra a este mundo donde consiguió el triunfo, aunque nunca lograra convertirse en actor. Al final lo que importa es tener éxito y no ser algo bueno, y con esta moraleja termina esta emotiva historia de superación personal. Sé guapo y conseguirás todo.
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