Cosas a tener en cuenta:
-Soy como Stephen King, mi talento a la hora de escribir no es especialmente bueno, de hecho, dejo mucho que desear, así que podéis ahorraros el poner verde mi narrativa.
-Soy como la escritora de '50 sombras de Grey', mi vocabulario se limita a 50 palabras.
La historia de hoy se titula Chonicienta.
Aquella noche se celebraba un gran baile en la plaza de toros de San Blas por parte de la dinastía de los Ubrique, quien gritase más obscenidades al príncipe Jesulín sería su futura esposa y por ende la futura dueña de la Corona de San Blas.
Pocas horas antes de ese baile las crueles hermanas se estaban poniendo el chándal mientras la pobre Belén estaba estudiando para un examen que tenía al día siguiente, la joven estaba sacándose la carrera de Medicina tras haberse licenciado poco antes en Harvard de Derecho.
-Mírala qué inútil, estudiando para sacarse otra carrera, como si eso tuviese futuro en España. -Dijo en voz alta una de sus hermanas mayores.
-Yo soy una mujer superdotada y civilizada que le espera un destino en el extranjero como una persona esencial para el día de mañana, tú a lo máximo que llegarás es a limpiar burdeles mientras esas meretrices tan despreciadas por la sociedad se ríen de ti para desahogarse. -Respondió Belén.
-Deja de hablar en latín, nosotras dos vamos a disfrutar del rabazo del Jezulín.
-Encima admiráis a un torturados de animales, son seres vivos y desde luego con una capacidad mental más elevada que la vuestra.
-Vete a pastar pedazo de puta.
Una vez las hermanas de Belén abandonaron el hospicio la joven se quedó sola encerrada en sus libros, prisionera de éstos. Pero por suerte una hermosa amable singular hada apareció de la nada para ayudar a la joven.
-¿Quién eres? -Preguntó Belén completamente desconcertada.
-Soy quien te va a salvar de esta vida de prisionera, soy quien va a lograr que te cases con Jesulín, el príncipe de los Ubrique.
-Yo no quiero tener una alianza con ese miserable asesino de animales. Estoy feliz labrándome mi futuro.
-Ay, tan lista y tan necia... Oy oy oy oy. -Replicó el hada- ¿Te crees que estar licenciada en derecho y medicina va a salvar tu vida? Si con eso a lo máximo que vas a llegar va a ser a un McDonalds tal y como está el mundo hoy en día. Si te casas con ese hombre, serás la mujer más feliz que habrá pisado la Tierra, lo poseerás todo.
-Pensándolo bien...
De repente, el hada lanzó un hechizo tras dictar las palabras mágicas "oy oy oy, aquí hay tomate" y la ropa de Belén se convirtió en un precioso vestido lila con manchas de leopardo.
-¡Voilà! Estás como una reina hija. -Aseguró el hada muy convencida.
-Me siento distinta así, no soy yo.
-Ay, ya te acostumbrarás, harás que este vestido sea tendencia. Por ahora sólo vas a ser princesa y una no lo es sin su carruaje.
-Súbete aquí, te llevará a la Plaza de Toros. Es un carruaje muy elegante, muy propio de tu estilo. A partir de ahora tendrás un nuevo nombre: Chonicienta. El hechizo hará efecto hasta las 10 de la mañana, la hora a la que suele volver una choni a casa tras una noche de fiesta.
-¡Pero... pero!
-Ay, no seas tímida, si te lo vas a pasar bien tonta.
El carruaje recorrió las calles de San Blas destacando su enorme elegancia y presencia y aparcó delante de la Plaza de Toros. Belén, ahora llamada Chonicienta, entró lentamente mostrando su timidez y pensando que éste no era su lugar.
Mientras el baile proseguía a ritmo de "toa, toa, toa, te necesito toa", Belén observó a Jesulín en el trono ahí sentado.
De repente, la joven reflexionó y se dio cuenta de que no era necesario estudiar, que eso no le iba a llevar a ningún futuro, si una persona de esa inteligencia pudo llegar tan lejos, ella misma tendría un futuro mejor asegurado con él, así que decidió cambiar, adaptarse a los nuevos tiempos, a labrarse un verdadero futuro y gritó a Jesulín en medio del campo:
-¡Guapo! ¡Clávame esa enorme espada como haces a los toros! ¡Ven a probar mi plato de almóndigas, tío buenoooooooooo!
Los ojos de Jesulín fueron a parar hacia aquella joven que estaba gritando y preguntó:
-¿Quién e uzté?
-Soy Chonicienta y he venido a que me hagas un bombo.
-Cásate conmigo, guapa.
Chonicienta aceptó la propuesta de Jesulín y tan sólo dos meses más tarde se desposaron en una discoteca. Ambos reinaron San Blas pero las cosas se torcieron con el paso del tiempo y ambos se separaron. Poco después, muy poco tiempo después, Chonicienta reinaría un reino aún más poderoso y peligroso, un imperio dirigido por la mafia italiana que sería capaz de dominar el Reino de España y lo haría tan sólo contando esta historia muchísimas veces: Mediaset.
Y ésta es la historia de Chonicienta, una mujer valiente y luchadora además de una madre coraje que ha dado todo por su hija, le ha dado hasta pollo. Chonicienta fue feliz para siempre, a pesar de tener una enfermedad con el azúcar de la que hablaría siempre que pudiese para hacerse la víctima. Y fueron felices y comieron perdices.
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