La 1 ha empezado a promocionar 'Las abogadas', trabajo póstumo de Patricia Ferreira, que dará protagonismo a la resistencia antifranquista desde los años finales de la dictadura hasta la matanza de Atocha.
Un ambicioso proyecto en forma de miniserie que, a diferencia de otras ficciones del canal, ha logrado generar un impacto previo en redes sociales.
Una de las quejas más frecuentes que tenemos en España contra nuestro audiovisual es que "únicamente hacemos películas sobre la dictadura". Si bien la Guerra Civil ha sido un escenario clave para muchas de nuestras películas, la posterior dictadura todavía sigue siendo un tema tabú.
Es evidente que al PP no le gustan mucho las series que hablan sobre Franco. Cuando Mariano Rajoy se convirtió en presidente de España en 2012, el asalto a RTVE trajo consigo el bloqueo de más de 18 millones de euros invertidos en producciones sobre la República, Guerra Civil y dictadura que no salieron a la luz hasta la administración interina de Rosa María Mateo en 2018, ya con un nuevo gobierno del PSOE.
Durante los años oscuros del Partido Popular, únicamente se dio luz verde una serie ambientada en aquellos años y fue 'El Caso. Crónica de sucesos', thriller procedimental basado en el mítico semanario amarillista que se atrevió a mostrar la censura y los malos tiempos que se vivían en España por aquel entonces.
Pese a sus discretas audiencias (superiores a la media del canal y con tendencia ascendente en los últimos capítulos), la renovación por una segunda temporada estuvo sobre la mesa tras varias nominaciones importantes a premios y unas excelentes críticas y, cuando ya se daba por segura, se anunció por sorpresa su cancelación con un final abierto. Días después, diferentes medios publicaron que la cúpula de RTVE había recibido llamadas del PP, que se sentía incómoda con el retrato que hacía la serie sobre el franquismo.
Tardaron siete años en volverse a ver otra serie ambientada en el mismo período en el canal, ya con un gobierno socialista, llegó a la cadena pública 'Los pacientes del doctor García'. Adaptación de la novela homónima de Almudena Grandes, cuarto de los Episodios de una Guerra Interminable, protagonizada por Javier Rey y Tamar Novas que recorrió cuatro décadas de la historia de España y parte de la de Alemania y Argentina con un buen resultado en términos de calidad.
Tristemente, las malas decisiones de programación de TVE, consintiendo que ésta estuviera disponible en Netflix antes que en La 1, perjudicaron sus resultados y terminó emitiéndose en late night con desastrosos resultados tras un prometedor estreno y un buen recorrido en la plataforma de pago que anuló el rendimiento en diferido de la televisión pública.
Fuera de nuestras fronteras, TVE también se atrevió a retratar la cara más oscura de la historia de Chile con la magnífica 'Los mil días de Allende', emitida sin éxito en La 2 pero un producto de excepcional calidad que mostró de forma emocional lo duro que fue el Golpe de Estado encabezado por Pinochet.
Las series históricas no son exactamente una forma de enseñar historia ya que tienen una dramatización de los hechos para favorecer el entretenimiento, pero sí son un claro estimulante para hacer que la gente se interese por ella e intente documentarse a través de las pinceladas que se dan, de ahí el papel de TVE a la hora de apostar por ellas y su importancia de que se emitan en el prime time de La 1.
'Las abogadas' cuenta un momento clave de los años más turbulentos de España con cuatro abogadas que lucharon por los derechos de una sociedad más justa. A través Elisabet Casanovas, Almudena Pascual, Irene Escolar y Paula Usero conoceremos un poco mejor a Paca Sauquillo, Cristina Almeida, Manuela Carmena y, sobretodo, a Lola González, la viuda de Enrique Ruano, asesinado en 1969 por el fascismo.
La matanza de Atocha fue uno de los momentos más horribles de nuestra transición, la historia ya fue mostrada en la película de Juan Antonio Bardem 'Siete días de enero' en 1979 e Iñaki Miramón protagonizó la misma trama en 'Amar es para siempre'. Durante el período electoral el proyecto fue detenido por miedo a que el PP ganara las elecciones y lo cancelara, ya que el partido de la oposición ha pactado sin rubor alguno con esa misma ultraderecha.
En una sociedad cada vez más polarizada ante el auge de las ideas reaccionarias y, ante aquellos que quieren negar nuestra historia, es importante que la televisión pública la preserve de las diferentes formas, como hizo el año pasado con el fantástico reportaje 'Escritos contra el olvido' de 'Informe semanal', mostrando las últimas cartas de los ejecutados por la dictadura.
Eso justifica también dar luz verde a contenidos como la mencionada 'Los pacientes del doctor García', pese a su discreto recorrido en abierto, o la emisión de películas como 'La trinchera infinita', que aunque no despuntó en audiencia mezcló diferentes historias reales sobre lo que era ser fugitivo en la España de Franco.
Evidentemente, la historia de España es mucho más grande que aquellos cuarenta años de dictadura y el género debe ir más allá de aquel entonces, pero TVE no debe quedarse pasiva ante algo que todavía no ha cicatrizado sus heridas y una poco modélica transición que permitió que los responsables de torturas y desapariciones crearan un partido político y éstos pusieran a los jueces que ahora persiguen judicialmente a políticos y ciudadanos de izquierda aunque muchos quieran creer que nuestra justicia es independiente sólo porque las persecuciones que se aplican coinciden con su discurso ideológico.
Evidentemente, ante este panorama, tampoco TVE escapa de las garras de las cloacas, aunque el odio de cierta izquierda hacia la televisión pública ejemplifica la poca capacidad que tienen de defender unas ideas verdaderamente democráticas si las cosas no coinciden exactamente con su discurso. Pero por eso hay que apoyar cualquier atisbo de independencia en la cadena de todos.
Por todo eso, 'Las abogadas' es la idea perfecta para La 1 a falta de ver cuál será su ejecución o el trato que recibirá. Hablamos sobre un proyecto que, claramente, no va a destacar altas audiencias pero que ya está generando debate antes de su estreno y la repercusión positiva es el mejor premio para TVE.
La ficción entendida como un servicio público
La televisión se ha vuelto mucho más de nicho de lo que era hace muchos años y no, no se puede luchar contra la caída del consumo, simplemente adaptarse y hacerse notar. Es cierto que las plataformas han quitado audiencia a los medios tradicionales, pero tampoco es que sus series sean más vistas que las de las cadenas en abierto, simplemente saben generar más repercusión entre un público joven.
Ante esas circunstancias, las televisiones públicas deben hacer lo que mejor saben hacer: hablar de lo que las demás no se atreven. El papel social, histórico y cultural debe formar parte de su catálogo de ficción con series que enfoquen diferentes temas con la vocación de entretener y educar, no simplemente productos de consumo fácil.
Lo cierto es que La 1 tiene sus productos de consumo fácil, sus tres series diarias, si bien de buena factura representan ese entretenimiento ligero que el público busca en abierto, pero no tanto el papel de servicio público que debe ejecutar TVE, que debe ir más allá de un simple apoyo al sector audiovisual (¡que también se agradece!).
Después de ver dos temporadas de 'HIT', sin haber consumido una serie perfecta, sí que creo que es una serie atrevida y provocadora, que sabe dar en la diana en temas espinosos. Hay que tener cuidado a la hora de hablar del suicidio, la ansiedad, el miedo, las autolesiones, los abusos sexuales, la anorexia, la identidad de género o la enfermedad porque si te equivocas puedes hacer daño a mucha gente, pero si aciertas puedes hacer bien también a mucha gente. Sin embargo, no a todo el mundo le gusta ver esas cosas y es respetable. Al final eso se convierte en un producto "de nicho".
Pero entre nicho y nicho, acabas creando una audiencia diversa y variada, sobretodo si apuestas por los productos adecuados con la promoción adecuada y el éxito real es la satisfacción de tus propios espectadores cuando se trata de un servicio a la ciudadanía.
'HIT' merecía un mejor trato en su tercera temporada porque, con sus defectos, es una buena serie que ha expuesto problemáticas reales en horario de máxima audiencia y en abierto y que, en su momento, consiguió hacer una buena audiencia en un público no afín a La 1.
El público no siempre lo pone fácil, muchas veces se resiste, pero TVE debe demostrar que se puede concienciar y educar a la vez que se entretiene, porque el entretenimiento blanco y vacío puede estar muy bien y a veces también puede estar bien para La 1, pero la televisión tiene que utilizar su poder de convocatoria (cada vez menor pero todavía mayoritario y que puede extrapolarse a otras vías de consumo) para crear una sociedad mejor. Claro que una serie no va a cambiar el mundo, pero a lo mejor puede contrarrestar el daño que hacen magacines y tertulias como las de Ana Rosa, Sonsoles Ónega o Antonio García Ferreras, que existen con la función de hacer daño para favorecer intereses más oscuros.
Desde la descentralización de medios de producción hasta la conciencia social, la televisión pública debe mostrarnos de diferentes formas nuestro pasado y nuestro presente para ayudar a construir un futuro más justo y eso también puede hacerlo con las series (no sólo con ellas). Y todo con el poder de elevar la calidad de nuestra industria, como bien sabe hacer TVE cuando le dejan. Y la salud de RTVE es una radiografía de la salud de nuestra democracia.
¿Será 'Las abogadas' la buena serie que promete ser? No lo sé, pero sí es la intención de hacer una televisión pública mejor.
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