El lunes José Pablo López jurará ante la Constitución su nuevo cargo como presidente de la Corporación RTVE iniciando una nueva etapa de la radiotelevisión pública con un renovado Consejo de Administración.
Un nuevo consejo que nace del consenso entre casi todo el Parlamento pero con una peligrosa mayoría absoluta que cambiará las tornas si cambia el Gobierno.
La mayoría de nombres, por cierto, no son rostros asociados a sus conocimientos de radio o televisión si no a partidos políticos, demostrando una vez más cuáles son los criterios escogidos.
Ante escasas ilusiones por el cambio, sí que debemos fijar unos objetivos adecuados para que esta nueva RTVE funcione y sea el servicio público que debe ser.
RTVE tiene unos grandes profesionales, eso no hay que ponerlo en duda, pero los gobiernos la han considerado siempre un regalo que les tocaba por ganar las elecciones, salvo la clara excepción de los años de Zapatero.
Cuesta considerar la actual radiotelevisión pública como algo afín al actual Gobierno, pese las constantes acusaciones que recibe, al final su sección de política nacional se queda en un simple pretexto de declaraciones donde todos los que mienten no son expuestos y eso a quien más beneficia es al Partido Popular, que a pesar de todo el daño que ha hecho a la sociedad española con sus políticas, sigue a flote gracias a sus bulos.
La información internacional es bastante mejor, pero no libre de servir a los intereses de los socios de España en sus relaciones exteriores, es decir, sumisa a Estados Unidos como el resto de la Unión Europea.
Hay excepciones, una de ellas es Silvia Intxaurrondo, que sí en sus entrevistas y opiniones en un magacín, se desvía de la línea editorial habitual de TVE, pero es más la excepción que la norma.
Algo en lo que debemos estar de acuerdo todos es que RTVE debe ser independiente a cualquier gobierno y también debe estar alejada de intereses económicos, que son los que condicionan la línea editorial de los informativos de las cadenas privadas. Por mucho éxito que tenga Antena 3, sólo dice lo que sus accionistas te quieren vender, Vicente Vallés no es más que una marioneta del capitalismo salvaje aunque se disfrace de periodista valiente.
Por supuesto, la neutralidad no debe confundirse con la falsa equidistancia. Se deben desmontar las mentiras y los datos erróneos, incluso poner en duda los fallos de nuestro sistema (no, los jueces no actúan con independencia) y también se debe promover la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos, algo con lo que la extrema derecha, cada vez con más poder, está jugando y nos está poniendo en peligro a todos.
Cuando se hable de la monarquía se debe darle el trato institucional adecuado pero nunca blanquear y censurar opiniones contrarias. La relación debe ser meramente protocolaria pero no de sumisión. Nunca callar ante sus escándalos e incluso investigarlos.
Ni el gobierno estadounidense ni la Unión Europea deben escribir la escaleta internacional del Telediario, aunque TVE no llega al nivel descarado de laSexta sí que parece comprar el discurso más simple. Hay grandes profesionales, las crónicas de Víctor García Guerrero o el trabajo de José Antonio Guardiola desde la corresponsalía de México teniéndonos informados de todo lo que transcurre en el país norteamericano y en toda Centroamérica, son impecables. El despliegue de medios que se hace desde RTVE es lo que nos conecta al resto del mundo y eso no se debe perder frente a otros freelance que hacen un gran trabajo pero que son parte de una industria explotadora de periodismo de escaso medios.
La cultura también debe tener un importante peso en los informativos y de eso se encarga con su peculiar y emotiva visión Carlos del Amor, como un ejemplo de lo que sí debe hacer RTVE.
Algo que también debe comprender RTVE es que el Canal 24h debe ser el corazón de los servicios informativos y que, aunque sólo va a hacer grandes audiencias en momentos puntuales, debe ser cuidado más y tener más identidad propia.
Y, sobre todo, todos los programas informativos deben estar hechos con medios propios, las productoras privadas con intereses privados detrás no deben interferir nunca en estos espacios porque también ponen en duda la independencia. El actual '59 segundos' es claro ejemplo de ello.
¡Y QUE VUELVA 'LA 2 NOTICIAS'!
Entretenimiento
Éste es el área que más miedo me da con la llegada de José Pablo López a la presidencia de RTVE dado sus antecedentes como Director de Contenidos. Es evidente que al nuevo presidente le gusta mucho el universo 'Sálvame' pero el criterio para fichar a una serie de personajes no debe ser simplemente la forma en la que se crean memes sobre ellos en Internet, si no su capacidad de comunicar en televisión y no sólo hacer un entretenimiento de famosos haciendo el ridículo para conseguir dinero.
El nuevo cásting de 'Bake Off' es el mayor estercolero que he visto en la televisión pública, pese a que la formas de hacer el programa son menos tóxicas y más saludables que las de 'Masterchef'.
Está bien que la cadena pública tenga algún que otro reality y que en sus magacines hable de temas menos trascendentales, también es importante entretener, pero hay que poner algo de filtro y, sobretodo, no saturar la parrilla con lo mismo.
Otro tipo de entretenimiento mucho más saludable para La 1 es el de 'La Revuelta', el adquirido formato presentado por David Broncano todas las noches de lunes a jueves, que ha conseguido convertirse en el contenido no desinformativo más visto de la televisión con algo único y alternativo que está dimensionando la imagen de RTVE. No comparto, eso sí, muchas estrategias de programación que emplea la cadena con éste. También veo otro gran acierto con Marc Giró y su 'Late Xou' en La 2.
Ya cancelado, 'El cazador' era otro espacio muy diferente que se había hecho su hueco hasta que decidieron "pasapalabrizarlo". La 1 debe dejar de imitar los malos vicios de las privadas e intentar que sus propios formatos sean algo diferente y fresco. Me da miedo "el nuevo modelo de tardes" que se viene.
La 1 debe apostar por talents, realities, concursos, programas de humor generalista, factuals, mientras La 2 debe aprovechar su capacidad de entretener para promocionar la cultura de formas más específicas, como hace desde el humor negro de 'Cachitos de hierro y cromo' o la ciencia con 'Órbita Laika'.
Ficción
Buf, aquí hay bastante de lo que hablar.
¿Cómo es en general TVE como productora de series? En los últimos años ha tenido un buen criterio en lo que a términos de calidad se refiere pero algo carente de transgresión y riesgo. La época de Rajoy, con sus aciertos y desaciertos, al menos nos dio propuestas únicas como 'El Ministerio del Tiempo', 'El Caso. Crónica de sucesos' o 'Estoy vivo'.
Ahora, sin embargo, parece haber encontrado un aceptable filón -veremos lo que dura- con las ficciones de temática social y cultural, principalmente series históricas o actuales que ponen el foco en temas concretos.
Este otoño han encadenado dos buenos éxitos seguidos muy diferentes seguidos como 'Las abogadas' o 'Detective Touré'.
En ambos casos ha utilizado una estrategia no del todo limpia pero algo inteligente como es emitirlas a las 23h05 pero directamente tras 'La Revuelta' para aprovechar un gran arrastre que deja el show de Broncano, sin Loterías de por medio, evitando también que compitan contra 'El Hormiguero'.
Un movimiento que, si bien tiene su lógica, no es del todo defendible dado el hecho de mentir con la hora de inicio copiando uno de los más tóxicos vicios de Antena 3.
La emisión de 'Las abogadas' en el prime time de La 1 es una cuestión de buena salud democrática: una serie de excelente calidad, con unas actrices protagonistas estupendas, un guión muy cuidado, didáctica, educativa y con un claro posicionamiento antifascista y feminista, es un producto que reivindica el papel de la televisión pública sobre todo después de haber sido censurado por una plataform de pago.
Tristemente, en Gobiernos del PP sería imposible una serie así, que siguiera la vida de cuatro abogadas laboralistas de izquierdas como son o fueron Manuela Carmena, Cristina Almeida, Paca Sauquillo y Lola González, en los años finales de la dictadura franquista y nuestra cuestionable Transición, habitualmente idealizada, ya que a la oposición que tenemos les cuesta que se hable mal de la oscura época de la dictadura que vivió este país, al ser ésta sus orígenes y seguir todavía en su ADN.
Sí vería posible, pese a no coincidir con sus ideas, en gobiernos de derechas una serie como 'Detective Touré', menos brillante que 'Las abogadas' pero aún así solvente que añade un puntito de crítica social al thriller detectivesco de toda la vida al ser protagonizada por un negro sin papeles. Malcolm Treviño-Sitté hace historia en nuestro audiovisual con un gran papel muy carismático en una aceptable serie que está dando registros bastante correctos en La 1.
Este mismo año hemos tenido otra propuesta interesante como 'La ley del mar', la serie española más vista del año aunque con la trampa de haberse emitido toda del tirón: una historia basada en hechos reales sobre el conflicto entre España y Malta por la acogida de unos inmigrantes abandonados a su suerte en alta mar. Una miniserie de tres capítulos, con Luis Tosar y Blanca Portillo, que ha ganado premios internacionales por su defensa de los derechos humanos.
Han sido tres éxitos en una larga lista de fracasos, ya que TVE no ha tenido el interés adecuado en promocionar sus apuestas y encima las ha ido mareando terminando la mayoría en late night, algunas de forma cuasi-delictiva como 'HIT', que ponía el foco en la salud mental y también en los abusos sexuales en la Iglesia.
Ahora con 'La Revuelta' dando arrastre, todo parece más fácil, aunque no infalible, pero es importante que TVE inculque valores positivos e ideas sociales y culturales a través de esta forma de entretenimiento como son las series, el 24,9% de 'Las abogadas' entre jóvenes cuando su estreno fue bastante esperanzador y una forma de hacerles ver lo cruel que es este mundo cuando gana la ultraderecha.
Sus próximos estrenos con 'Ena' (biopic Victoria Eugenia), 'Asuntos internos' (thriller ambientado en la Transición), 'Weiss & Morales' (whodunnit hispanoalemán), 'Los 39' (drama histórico sobre el abandono de españoles en la isla La Española) o 'La frontera' (thriller sobre ETA en los 80 con Javier Rey de protagonista).
Por otra parte, tenemos las series diarias: es una gran noticia el Emmy Internacional que ha ganado a Mejor telenovela 'La promesa', sin duda una diaria bastante cuidada en el aspecto técnico que ha revolucionado las tardes de La 1. No menos meritoria es la nominación también a 'La Moderna'.
La industria de las telenovelas da mucho trabajo en España y, gusten o no cada uno, son un aceptable entretenimiento de tarde que le está dando buenos resultados al canal, si bien esa oferta no puede ser excesivamente abundante y ya lo estamos viendo con el fracaso de 'Valle Salvaje'.
Por su parte, la ya finalizada '4 estrellas' fue un acercamiento acertado del formato al presente, también con buenos datos al principio si bien se quedan pequeños en comparación a lo que hace 'La Revuelta' ahora.
Ahora tenemos que hablar también de La 2. Es evidente que la oferta de ficción del segundo canal va a ser limitada dado el presupuesto que éste tiene. Es una barbaridad pedir altas inversiones y que las series que están pensadas para La 1 terminen allí como hacen muchos usuarios, pero sí que haya contenidos ajustados.
Uno de ellos ha sido 'Los mil días de Allende', coproducción hispanochilena protagonizada por Alfredo Castro, pensada para el 50 aniversario del Golpe de Estado en Chile, que narra la legislatura del expresidente socialista Salvador Allende, el último de la anterior democracia del país antes del régimen de Pinochet. No tuvo mucho éxito pero sí destacó por su excepcional calidad en La 2.
'Esto no es Suecia' mereció un mejor horario que los sábados a las 20h y veremos si estrenan allí 'Dieciocho', la última de Playz, pero La 2 puede ser un escaparate interesante para ficciones alternativas de bajo presupuesto con mucha calidad, como contraste a La 1 que tira por propuestas que, si bien no son del todo comerciales (o sí), tienen mayores inversiones y estrellas más conocidas.
También es importante que Clan tenga algunas como 'Los Argonautas', pero lo desarrollaremos mejor en contenidos infantiles.
Respecto al cine, RTVE tiende a financiar el cine más alternativo y menos comercial si bien también ha puesto su nombre en comedias fáciles para conseguir audiencia. No todas sus películas son buenas pero es evidente que es una de las mayores patas financieras del cine español de calidad que viaja en el extranjero y hace crecer la Marca España.
Otra cosa son las estrategias de programación y es que parece imposible ya que emitan alguna película española en 'La película de la semana', el contenedor cinematográfico de las noches de los domingos, que tiende a liderar, y relega sus mayores estrenos ya sea al verano, mientras que otros menores directamente se estrenan en La 2.
El segundo canal, de nuevo, es el que mejor visibiliza el cine español pero los productores piden y, con razón, una ventana más clara y estable en La 1 en vez de tantas reposiciones hollywoodienses que también hacen mala audiencia.
Compromiso ejecutado a medias.
Deportes
¿Debe emitir La 1 grandes eventos como Eurocopas o Mundiales? Yo digo que sí, pero... El paquete más básico. Ha sido un suicidio económico este verano deportivo que le ha dado a la cadena tres meses seguidos de liderazgos tras más de 12 años, pero a costa de qué.
Luego ya es otra cosa diferente emitir los Juegos Olímpicos, algo que es histórico de la casa y que el resto de televisiones en abierto no tienen interés en retransmitir. Si bien ha sido polémico el sustituir toda la programación durante dos semanas por esos deportes, era algo lógico y normal que han hecho todas las importantes cadenas europeas. Grandes resultados.
Es hora de que TVE se plantee darle un giro radical a Teledeporte para sacarlo a flote, porque es evidente que fuera de importantes eventos nunca va a destacar, pero tampoco tiene sentido que esté tan hundido en números del 0,3% cuando tiene un papel importante a la hora de generar interés por deportes minoritarios.
La 1 también debe ser ventana para esos deportes minoritarios, ya sea en franjas muertas o la emisión de grandes finales donde juegue España. No puedes monopolizar la parrilla pero sí aportar granitos de arena que despierten interés. También La 2 sirve para emitir algunos eventos, claro.
Sí se agradece el compromiso adquirido por la radiotelevisión pública a la hora de emitir deporte femenino, especialmente fútbol, donde se sigue insistiendo aunque no siempre los datos acompañen porque TVE debe ser firme en su apuesta con la igualdad de género.
Cultura
TVE debe velar porque La 2 sea una cadena de referencia para el público cultural. De hecho, en cierta manera ya lo es, si bien se siente muy desatendida en demasiados horarios. Hay documentales sobresalientes de producción propia así como otros tantos programas que logran acercar la cultura a una audiencia minoritaria y hacerla entretenida. Eso debe hacerlo en todos sus canales y emisoras de radio, incluyendo La 1.
La 2 apuesta fuerte por espacios divulgativos sobre ciencia, música, arte, cine, entrevistas a autores independientes y demás que elevan de categoría la televisión, mientras que La 1 hace lo propio a través de sus informativos y, a veces, algunos eventos especiales así como determinadas ficciones.
La 1 debe acercar la cultura de una forma más general y La 2 hacerla de forma más específica, mientras Clan hacerlo para niños, el 24h de forma informativa, Radio Clásica con música de tiempos atrás y Radio 3 de forma independiente. Pero siempre debe tener TVE el acercamiento a la cultura como bandera.
Infantil y juvenil
Uno de los mayores desastres de la actual TVE es lo que han hecho con Clan, una temática que durante un tiempo fue líder de la TDT y que ahora se siente desahuciada, aunque ahora vaya a perder un claro competidor como es Disney Channel, que ha anunciado su cierre.
Es evidente que los más pequeños de la casa han abandonado la televisión tradicional pero RTVE también los ha expulsado al desatenderlos con una programación enlatada y desordenada y, ojo, hay varias grandes series de animación de coproducción europea allí.
No hay que luchar porque Clan recupere audiencia perdida en lineal, si no para que los niños con menos recursos tengan una programación de calidad para ellos y el resto acudan a RTVE Play, con buenos dibujos, series propias y espacios educativos ¡a una hora que no les pille en el colegio, por Dios!
Me gustó la propuesta de Rosa León de recuperar las mañanas infantiles para los fines de semana en La 1. ¿Funcionarían en audiencia? Seguramente no, pero sería el primer paso de una renovación.
Con los jóvenes, han conseguido atraerlos con 'La Revuelta', así como también lo hicieron en su momento con series como 'HIT' o 'Estoy vivo', pero quizás podrían convertir el prime time de Clan en una ventana lineal a contenidos de Playz, que entre influencer e influencer, hay cosas dignas.
También es esencial salir del bucle de 'Los misterios de Laura' y emitir otras series familiares. También se pueden comprar ficciones juveniles extranjeras, no sólo estadounidenses, pero es hora de que haya espacios para los adolescentes en lineal y no es una cuestión de audiencia.
La radio
La R de RTVE. No hay que olvidarla tampoco. No soy el mayor entendedor de radio pero los últimos números del EGM son alarmantes cuando Radio Nacional está cayendo hasta por debajo la autonómica catalana. La radio pública no debe ser irrelevante.
Radio Nacional debe apostar por entretenimiento y ficción generalista atractiva en Radio 1, música clásica en Radio Clásica, música indie y alternativa en Radio 3, contenido autonómicos en Ràdio 4, información en Radio 5 e internacional en Radio Exterior. Todo eso ya lo hace pero su afán de llenarla de fichajes externos no parece funcionar ni ser la solución. Hora de reinventar la voz del servicio público. Radio Nacional es la hermana mayor de Televisión Española, no al revés.
RTVE Play
La plataforma de la radiotelevisión pública. Mucho más que un Netflix gratuito.
RTVE Play es una joya audiovisual no del todo promocionada pero que sí se está haciendo poco a poco su hueco, en gran parte, gracias a los sendos éxitos de 'La Revuelta' y 'La promesa', pero también de ficciones de prime time y producciones propias que, por fin, empiezan a destacar.
Es necesario mejorar su funcionalidad porque a veces va de culo, permitir saltar el "En anteriores capítulos" y tener un mejor buscador, pero es un gran servicio. RTVE Play es el futuro de RTVE, no un añadido, y eso hay que tenerlo siempre en cuenta.
Los datos de audiencia
¡Entramos en terreno peligroso!
Atrás quedan los tiempos en que La 1 era capaz de liderar en audiencias. La llegada de Mariano Rajoy al poder en 2012 y su asalto con recortes incluidos, después de que el gobierno de Zapatero les quitara la publicidad, la sentenció y hundió a la tercera opción por debajo del doble dígito en tiempo récord. Una noticia terrible por la pérdida de relevancia del audiovisual público en nuestro país y el auge de alternativas neoliberales que eran incapaces de sustituir su poder como institución democrática pero que calaron.
Hace ya años que no gobierna el Partido Popular y, por el bien de RTVE, mejor que tarden en volver al poder, pero el PSOE se ha despreocupado demasiado de ella y la ha dejado a su suerte mientras se hundía más y más asfixiada. Al final, por suerte, ha encontrado unos tantos éxitos para salir adelante.
En muchas ocasiones, la desperación por no hundirse les ha hecho cometer locuras convirtiéndose en un canal insoportable por los constantes cambios de emisión y maltratos de productos para rascar share como sea. El nuevo equipo debe tener claro y, soy pesimista con ello dados los antecedentes, de que "RTVE no puede renunciar a una posición destacada en audiencia pero el liderazgo no es un fin si no el cumplimiento de sus obligaciones".
Claro que la audiencia es importante, pero no lo es todo, y que muchos métodos que se emplean para conseguir el liderazgo son bastante cuestionables a nivel ético, ya sea el monopolio de telebasura que se convirtió Telecinco o el blanqueo que le dedica Antena 3 a la ultraderecha en muchas horas de su programación.
TVE debe conectar con la audiencia pero sacrificarla por servicio público cuando sea adecuado. Su competencia no debe ser Antena 3 y Telecinco y el criterio de éxito y fracaso debe ser condicionado por muchos otros factores. Debe ser relevante pero esa relevancia debe ser por un músculo de calidad.
Como digo, tengo escasa fe de lo que está por venir en RTVE, con una ley hecha a medias con los criterios inadecuados pero les deseo toda la suerte del mundo, porque una radiotelevisión pública fortalece la democracia frente a muchos que están intentando destruirla. Por unos medios públicos fuertes.
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