El apocalipsis que necesitaba 'American Horror Story'

La ficción dirigida por Ryan Murphy nos ha presentado uno de sus años más arriesgados: un crossover entre 'Coven' y 'Murder House' con el fin del mundo como escenario y, sin ser perfecto, ha conseguido un notable resultado.

Y en medio de toda la radiación, como si nada, y al ritmo de la canción de los Rolling Stones She is like a rainbow (1967), llegaron las brujas de Coven a revolucionarlo todo.

Lo que empieza siendo una historia del fin del mundo normal acaba convertida en una secuela directa de la tercera temporada de la serie, con elementos de Murder House y redime mucho de los fallos cometidos por aquel entonces, cuando la aclamada serie empezó a recibir bastantes críticas negativas de muchos fans.

Aquella tanda de capítulos emitida entre finales de 2013 y principios de 2014 en verdad no estuvo tan mal, pero se fue desinflando y acabó dando demasiadas vueltas sobre lo mismo. Sin embargo, Murphy ha sabido recuperar una idea que se le desinfló y potenciarla con un ambiente mucho más oscuro, sin perder el humor negro y la esencia de por aquel entonces.

Las brujas contra Satanás

El enemigo que han tenido las brujas en esta temporada ha sido el mismísimo diablo que nació del vientre de Vivian Harmon a finales de la primera tanda y además de ser bastante letal ha estado estupendamente interpretado por Cody Fern.

Muchas series de terror, fantasía o ciencia ficción se acaban metiendo en un terreno que siempre que está bien hecho funciona a las mil maravillas: Mallory (Billie Lourd) ha tenido que viajar en el tiempo para evitar el apocalipsis con un conjuro.

Lo cierto es que con una buena trama de viajes en el tiempo a mí se me gana y esta vez la han hecho, así que el final de temporada me ha encantado.

'American Horror Story: Apocalypse' ha sido el apocalipsis que necesitaba la serie, después de muchas temporadas estancada, para crear un gran interés de nuevo.