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'Doctor Who' y sobrevivir siendo una serie familiar en la era del streaming

Martes 26 de Agosto de 2025 11:47
 

'Doctor Who' y sobrevivir siendo una serie familiar en la era del streaming

En ocasiones, los fandom modernos pueden llegar a ser demasiado irritantes.

Es fascinante la obsesión que tienen una parte de los fans de 'Doctor Who' en tratar de convertir una serie orientada a un público familiar en algo más oscuro y maduro con la falsa creencia de que será mejor.

En especial, la comparación constante con 'Andor', una gran serie que ha roto los moldes en el universo 'Star Wars' pero que funciona principalmente como spin-off y no como el producto madre. Pero sobre todo, recordar que 'Doctor Who' es una superviviente en una época complicada para la televisión generalista gracias a cumplir una función muy concreta.

Tiempos difíciles para la televisión orientada a los pequeños y jóvenes

Los fans de 'Doctor Who' llevan más de una década buscando a culpables de la caída de audiencia y es que, a partir de los años de Peter Capaldi, ésta empezó a descender, pero nunca tienen en cuenta que la televisión es un medio cambiante.

Resucitada en 2005, era normal que tras una década en emisión empezara a acusar algo de desgaste y de ello nunca fue responsable la calidad (que ahora es reivindicada sobre aquellos años) ni mucho menos la elección de ese brillante actor como el Doctor, si no el aumento de la competencia afectada por el auge del streaming.

Y es que un producto como éste siempre va a ser especialmente sensible a las plataformas porque el público joven ha escapado de la televisión tradicional para emigrar a Netflix, YouTube y cía, creando una brecha entre aquello que gusta entre la gente mayor y aquello que no.

Lejos de los datos que una vez llegó a hacer, es bastante meritorio que todavía la serie pueda promediar unos 3,2 millones de espectadores de media en BBC One, que si bien son los registros más bajos de su historia incluyendo serie clásica, mantiene una posición sólida por encima del Top 30 semanal la mayoría de las semanas.

Cuando la serie fue cancelada en 1989, otro contexto televisivo radicalmente distinto (con muchas menos cadenas), ésta luchaba por llegar al Top 100 semanal pero, realmente, en pocas ocasiones, la etapa clásica llegó a ese Top 30 (y una de ésas fue por una huelga en la competencia privada ITV, dejando a BBC One únicamente como competencia a la cadena minoritaria BBC Two, del mismo grupo).

Un dato nada despreciable es el hecho de que en 2024 fue la serie más vista en el target 16-34 años, superando también a las ficciones de streaming y en 2025 sólo le superan 'Adolescence' y 'Wednesday', dos fenómenos de Netflix.

Únicamente en esta década, 'Line of Duty' superaría sus datos en ese target en la propia BBC, pero es poco común a estas alturas esos datos superiores a 15 millones de espectadores.

Las ficciones más orientadas al público joven que ha emitido BBC One en los últimos años han sido 'His Dark Materials' y 'Normal People', ambas cayeron por debajo del Top 50 semanal, sin embargo, la primera completó su emisión pese su elevado presupuesto y la segunda fue un indudable éxito (ahora tenemos a sus dos protagonistas que no paran de hacer películas de primer nivel).

En ese sentido, 'Doctor Who' es una clara superviviente que sigue funcionando para la BBC, simplemente el análisis debe hacerse desde una perspectiva con conocimiento de televisión y no comparando en bruto sus datos actuales con otros tiempos de mayor dominio de las cadenas generalistas. Además del evidente desgaste de llevar veinte años en emisión sin parar.

En Disney parece haber rendido bien en relación a su (bajo) presupuesto pero no ha logrado retener a sus espectadores para que sigan en la plataforma, lo cual hace esta alianza un tanto incierta y la situación económica del audiovisual británico obliga a tener un partner por mucho que se romantice de forma absurda el bajo presupuesto.

'Doctor Who' debe adaptarse pero nunca cambiar su naturaleza

Por mucho que haya vuelto Russell T. Davies a los mandos, como sucedió entre 2005 y 2010, no hay varita mágica que pueda hacer sentir a los espectadores adultos sentir lo mismo que sentían cuando veían la serie de niños, incluso aunque ahora puedan idealizar su primera etapa (brillante, pero imperfecta) por nostalgia.

La segunda etapa de Davies no tendrá el impacto cultural de la primera, era imposible que lo tuviera, porque los tiempos han cambiado. En algunas cosas puede haber empeorado (necesitamos más protagonismo para las acompañantes) y en otras mejorado pero al menos está tratando de hacer cosas nuevas constantemente aunque los finales no sean tan estelares (nunca fueron su punto fuerte, pero no es tan relevante en una serie episódica).

Esto último es importante: 'Doctor Who' es una serie episódica cuyo éxito clave es su variedad y diversidad contando una historia diferente cada semana. A veces se puede hacer algo como 'Flux', pero de forma continua debe ser fiel a su formato porque tratar de imitar la serialización absoluta del modelo streaming despersonalizaría el producto lejos de modernizarlo.

Y es que, además, el mayor acierto de la segunda era Davies (y de su primera, no nos engañemos) es lo buena que ha sido en sus episodios sueltos. En ese aspecto, ha cambiado bastante, ya que está explorando otro tipo de historias y narrativas y en la primera era no había nada como 'The Devil's Chord', '73 Yards', 'Dot and Bubble', 'Lux', 'Lucky Day' o 'The Story & The Engine'.

Y luego está el querer convertir la serie en algo mucho más adulto de lo que es para satisfacer el gusto de aquellos que se han obsesionado con series mediáticas como 'Andor' o 'Severance', pero 'Doctor Who' juega en otra liga.

Es un pensamiento egoísta dado que se trata de privar a los más jóvenes de la casa de una serie orientada a ellos en la televisión generalista actual, sobre todo cuando todas esas ficciones de prestigio han provocado un agujero económico a sus propias plataformas por invertir un pastizal inasumible mientras ésta sigue siendo una máquina de ingresos para la BBC que luego reinvierte éstos en contenidos educativos y minoritarios propios de una televisión pública.

Russell T. Davies es un guionista brillante que nos ha dado recientemente joyas como 'Years & Years' e 'It's a Sin', pero manejar una serie de ciencia ficción familiar es algo mucho más exigente y eso da una tendencia a errores, especialmente porque rara vez el resultado será como ellos quieran y, aún así, con todas las complicaciones que tiene hacer algo que cada semana cambia de escenario, época y reparto, hay un ratio superior de episodios buenos que malos, algo increíble conociendo las circunstancias en las que se hace.

Hago un inciso para aclarar que muchos capítulos que algunos tóxicos consideran malos en realidad son entre buenos y notables, a veces es absurdo decir que es terrible algo que es de 6 o 7.

Es evidente que 'Years & Years' es el punto de referencia de la segunda era Davies en 'Doctor Who' y se nota en capítulos como '73 Yards', 'Lucky Day' o 'Wish World'. Conrad (interpretado por Jonah Hauer-King) podría ser un personaje de aquella serie.

Pero por bueno que sea Davies manejando el thriller político, en una serie familiar los mensajes serán menos sutiles y más simples para que éste quede claro a su espectador promedio. Buscar unas reflexiones tan profundas como las que puede hacer, por ejemplo, 'Andor' es absurdo. No tiene tanto que ver con la visión que pueda tener del mundo Davies en comparación a Tony Gilroy, porque diría que ambos tienen una forma similar de verlo, si no en el público objetivo al que se dirige cada cosa. Y que alguien acierte haciendo un profundo drama político para un público adulto no le hace el candidato ideal para manejar una serie de aventuras infantil o juvenil.

'Doctor Who' no tiene que madurar porque sería cerrar su puerta de entrada a nuevos fans y, por supuesto, un 'Heaven Sent' de vez en cuando puede funcionar pero no olvidemos que fue uno de los episodios peor recibidos por la audiencia generalista en su momento.

También es ridículo decir que una etapa que tiene capítulos como '73 Yards', 'Dot and Bubble' o 'The Well' es constantemente infantil. En el peor de los casos, tendría un tono dispar, pero 'Doctor Who' ha sido siempre así.

'Doctor Who' es una serie para todos los públicos, más necesaria que nunca en una televisión que poco a poco envejece hasta morir. La BBC la necesita tal y como es, un showrunner nunca debe escuchar al fandom, no a ese tipo de fandom.

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Yo hablo de mis series y lo que me gusta y hago mis posts para intercambiar opiniones con lo que le gusta a los demás. Ésa es mi finalidad, es un blog completamente personal.
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