La primera tanda de capítulos con Chris Chibnall al mando está repleta de ideas muy genéricas y subdesarrolladas que han provocado que sea la peor de la serie moderna desde su regreso en 2005, con algunos aciertos pero en general con unos guiones pobres y poco cuidados.
Cuando Russell T. Davies trajo de nuevo la serie en 2005 una de las acusaciones más constante que se hizo fue que su serie era un "'EastEnders' espacial" alegando que sus tramas eran muy propias de soap opera. Lo cierto es que Rose empezó para mí muy bien y se fue desinflando, mientras que Martha no tuvo el desarrollo que ella mereció tener pero Donna fue maravillosa de principio a fin con una evolución que se extendió durante toda la temporada que estuvo a pesar de echarse a perder al final de todo.
Después, Steven Moffat cambió de estilo y decidió focalizarse menos en los personajes y más en las historias, es un estilo diferente, pero tras la entrada de Peter Capaldi el drama volvió a centrarse en los personajes. Clara, una acompañante muy divisiva, fue reinventada en esa etapa, donde se llenó de personalidad propia evidenciando una transformación cada vez más y más peligrosa en el Doctor mientras que Bill regresó el formato de companion a pie de calle, un personaje más normal pero realmente encantador.
Con sus aciertos y errores, ambos showrunners apostaron de forma muy fuerte por algo, una relación entre el Doctor y sus acompañantes que sea fuerte y afectiva, un elemento que se ha perdido totalmente en esta nueva etapa.
Que no se me malinterprete, Jodie Whittaker es una actriz absolutamente brillante que tiene fuerza dramática y cómica de sobras para interpretar al Doctor, me ha encantado su fichaje y es lo mejor de esta temporada, a su altura se encuentra un estupendo Bradley Walsh en el papel de Graham, carismático y divertido pero también natural y creíble cuando debe ponerse serio.
¿Cuál es el problema? La Doctor de Jodie ha tenido un nulo desarrollo de personalidad a lo largo de los diez capítulos, es difícil definir a su personaje puesto que no tiene demasiadas características personales destacables, parece la misma del primer al último episodio, sólo 'It Takes You Away' le ha dado más para lucirse. Ella está estupenda, pero a estas alturas los anteriores Doctores ya habían empezado a mostrar sus varias caras.
No mucho mejor podemos hablar de sus acompañantes: tres son demasiados cuando sólo hay diez capítulos y desde luego no han sabido distribuirlos en la trama, estando algunos sólo para hacer preguntas pero nunca cuestionan algunos actos de la Doctor, siendo simple exposición.
Me ha gustado mucho Graham, pero realmente no ha sido hasta los dos últimos capítulos cuando ha empezado a evolucionar. Yaz siempre ha estado apartada y Ryan se ha hecho insoportable y en gran parte es por culpa de lo mal que actúa Tosin Cole.
Hacer un drama de personajes sin cuidar a éstos es un error monumental que ha estropeado gran parte del resultado, pero el inexistente vínculo emocional entre la Doctor y ellos es un problema aún mayor, puesto que siempre ha sido uno de los puntos fuertes, por no decir el que más, de 'Doctor Who'.
Historias blandas y genéricas
Aquí ha habido un poco de todo pero lo malo ha superado a lo bueno: los episodios escritos por Chris Chibnall han sido bastante aburridos, siendo 'Arachnids in the UK' y 'The Tsuranga Conundrum' dos de los peores capítulos de toda la serie.
Entre los demás episodios hemos tenido varias cosas muy buenas, pero 'Rosa' y 'Demons of the Punjab' no se han sentido del todo 'Doctor Who', el primero parecía muy 'Timeless' con una banda sonora cargante al final del capítulo y el segundo poco más que una telenovela india.
Fue con 'Kerblam!' la primera vez que noté que el estilo de 'Doctor Who' regresaba pero 'It Takes You Away' me enamoró al abarcar conceptos experimentales e ideas fuera de lo común y se consolidó como el mejor de esta tanda (no al nivel de lo mejor de la serie).
La ausencia de un arco argumental definido ha sido un elemento notable aquí y que era propio de la serie clásica. Lo cierto es que Moffat renunció a hacer tramas demasiado complejas una vez entró Capaldi a la serie, focalizando con mayor acierto que Chibnall la historia en los personajes.
Quizás el que fuera creador de 'Broadchurch' pensó que los Stenza serían unos villanos atractivos pero realmente no tienen el carisma adecuado, como casi ninguno ha tenido este año, así que focalizar el arco argumental en ellos ha sido otro de los desastres.
Puede que las audiencias hayan sido excelentes, puede que la serie haya conseguido cierta popularidad, pero todo a sido a costa de perder esa magia y encanto que ha tenido 'Doctor Who' siempre para convertirla en una serie genérica más.
En tiempos pasados, 'Doctor Who' ha tenido muchos errores compensado con grandes aciertos, y esperemos que esos aciertos vuelvan algún día, porque Chibnall ha olvidado lo que siempre ha hecho grande a la serie: su ambición y ganas de ser algo diferente. Esperemos que la próxima temporada, en 2020, sea mejor que ésta, porque el infinito universo de 'Doctor Who' se ha quedado demasiado pequeño para Jodie Whittaker.
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