Tras el gran acierto que supuso 'The Mandalorian' han llegado más series, una de ellas centradas en Obi-Wan Kenobi, icónico personaje interpretado en su momento por Alec Guiness en 'Una nueva esperanza', la película que originó todo.
Cuatro capítulos malos, uno bueno y uno excelente... Así se podría explicar la serie de Obi-Wan.
Cada episodio plantea una aventura diferente donde Vader es el malo y Obi-Wan debe proteger a la Princesa Leia pero cae constantemente en agujeros de guión absurdos y fallos ridículos además de unos villanos un poco planos y una Leia insoportable. El cuarto capítulo en particular es un desastre de principio a fin.
La serie coge algo de aire a partir del quinto capítulo y cierra por todo lo alto con una espectacular lucha contra Darth Vader y la transformación de Obi-Wan en Ben, un cierre a la altura de 'Star Wars' en una serie que se ha sentido como una oportunidad perdida.
Ewan McGregor y su Obi-Wan al rescate de la serie
A pesar de los muchos males que tuvieran las precuelas, era evidente que Ewan McGregor podía ser el perfecto sucesor/predecesor (según como se mire) de Alec Guiness en el papel de Obi-Wan. La estrella de películas como 'Trainspotting' o 'Big Fish' mantiene perfectamente la esencia de su Obi-Wan más de quince años después de la última vez que se pusiera en la piel de su personaje y refleja con acierto la transformación en Ben Kenobi.
Me cuesta juzgar la interpretación de Hayden Christensen (en su momento le consideré un desastre) ya que está prácticamente toda la serie con el casco puesto pero este Darth Vader ha sido fiel a su esencia original y eso ha estado muy bien.
De la pequeña princesa Leia mientras menos se diga, mejor.
'Obi-Wan Kenobi' es una oportunidad perdida de la que sólo merece la pena su final, una buena idea pobremente ejecutada con un gran sprint definitivo pero que no termina de compensar el viaje.
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