Voy a poner cuatro ejemplos de cuando las series para niños convirtieron el entretenimiento infantil en política, en ocasiones incomodando a los más adultos.
En 1984 llegó a TVE 'La bola de cristal', un programa infantil y juvenil para las mañanas de los fines de semana que buscaba educar a los niños en el contexto social de la Movida madrileña pasando por ahí todo tipo de cantantes y artistas.
No se rían de la Bruja Avería, aquella que decía que "¡viva el mal, viva el capital!". 'La bola de cristal' tenía, entre otras tantas cosas, un claro mensaje anticapitalista entre videoclip y videoclip, uno tan fuerte que propició su censura por programas más acríticos cuando Pilar Miró se convirtió en Directora general de RTVE ante la incomodidad del felipismo. Sin embargo, el formato creado por Lolo Rico permanece en la memoria colectiva de toda una generación.
'Doctor Who: The Curse of Fenric'
Una de las especialidades que han caracterizado siempre a 'Doctor Who' es su capacidad de acercar temas adultos a los más pequeños de la casa y nunca se ha cortado con su compromiso político pero la era de Andrew Cartmel, en pleno thatcherismo, fue quizás la que más allá fue a finales de los 80.
El 7º Doctor (Sylvester McCoy) y su companion Ace (Sophie Aldred) llegan a una base militar en plena Segunda Guerra Mundial en una aventura que homenajea al matemático Alan Turing, homosexual cuyos descubrimientos ayudaron a que los Aliados tuvieran una ventaja táctica sobre los nazis en una clara analogía reconocida por los guionistas al maltrato que sufrió por su orientación.
Pero el penúltimo serial del 'Doctor Who' clásico no se quedó únicamente en ello, la provocación llegó más allá cuando un soldado ruso compasivo logra ser salvado de los monstruos gracias a su fe en el comunismo mientras un gerifalte británico tiene decorado su despacho con simbología nazi porque "quería ser como ellos". El muro de Berlín acababa de caer cuando se emitió este episodio.
'Doctor Who' siguió haciendo más episodios sobre política, siendo en la serie moderna el mayor ejemplo 'Oxygen', el quinto de la décima temporada, con Peter Capaldi y una crítica mordaz al daño que hace el capitalismo a la sociedad, pero fue con Sylvester McCoy cuando fue más "woke" que nunca.
'The Muppets at Disney World'
En 1990, la NBC emitió un especial donde los Teleñecos visitaban Disney World y, en plena popularidad tras el exitoso estreno en cines de 'Indiana Jones y la última cruzada', los simpáticos muñecos nos enseñaron qué había que hacer con los nazis si nos encontrábamos con ellos.
En este gif se ve a la cerdita Peggy pegándole un puñetazo a uno, pero la cosa va más allá cuando ésta coge la torreta y los fusila. Los niños tenían que ver quién era el verdadero enemigo.
Boda gay en 'Los Lunnis'
La homosexualidad no debiera ser algo político, pero desgraciadamente lo sigue siendo ante la negativa de una parte de la sociedad de aceptar a otra que sólo quiere tener los mismos derechos.
En 2005, TVE dio un salto al vacío admirable al atreverse a mostrar una boda homosexual en un show infantil como 'Los Lunnis', algo que creó revuelo empezando por la indignación del PP, que esos días reprochó a Carmen Caffarel un supuesto adoctrinamiento infantil, la por aquel entonces directora provisional del ente público.
El sindicato ultraderechista Manos Limpias, el mismo que ha denunciado a Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, con recortes de periódicos uno de ellos un bulo confirmado se querelló contra TVE por este polémico episodio que simplemente quería mostrar tolerancia y respeto a las diferentes realidades en un ejercicio de diversidad donde también mostraron bodas interraciales.
Son cuatro ejemplos de otros tantos que vinieron después pero mientras los sectores ultraconservadores se quejan de lo "woke" que se está volviendo todo, la ficción infantil lleva siéndolo desde tiempos inmemoriales. Y es bueno educar a los más pequeños en valores progresistas.
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