Chile hace 50 años (III): Los archivos rescatados

Jara dejó una huella importante en la cultura chilena a nivel nacional e internacional, pero también dentro de la propia televisión pública TVN, en un archivo que todavía se conserva gracias a una trabajadora cuya historia no deja indiferente.

Revivir los últimos días de Víctor Jara es realmente aterrador, histórico cantautor chileno compositor de míticas canciones protesta como El derecho a vivir en paz, su vinculación y apoyo al Gobierno de Unidad Popular terminó por costarle la vida poco después del Golpe de Estado.

Al asumir la presidencia Salvador Allende, Jara es nombrado embajador cultural del país y entró en el Departamento de Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado (UTE).

Su vinculación a la televisión pública fue durante 1972 y 1973 poniendo música a las cortinillas del canal. También dirigió el homenaje a Pablo Neruda por su Premio Nobel.

Su última aparición televisiva fue en este concierto en el canal peruano Panamericana Televisión el 17 de julio de 1973.

La mañana del 11 de septiembre de 1973, el día del Golpe de Estado, Víctor Jara fue a trabajar a la Universidad. Había escuchado en la radio que los militares estaban bombardeando el Palacio de la Moneda y no quería dejar a los estudiantes solos ante semejante situación de incertidumbre.

Toda la universidad estaba siendo secuestrada por los militares y después fueron trasladados al Estadio Chile, un recinto deportivo cerrado utilizado principalmente como pista de baloncesto pero que en la primera semana de la dictadura se convirtió en un centro de detención mientras designaban a los prisioneros al Estadio Nacional.

Jara no saldría del Estadio Chile con vida, tras ser reconocido por militares en la entrada fue sometido a brutales palizas los cinco días que estuvo allí dentro, como así lo cuentan los que estuvieron encerrados con él.

En esos días escribió su última canción, titulada Somos cinco mil, donde explicaba horrorizado lo que estaba viviendo en el Estadio Chile. Esos versos pudieron ser rescatados por varios prisioneros de allí.

Víctor sabía que iba a morir allí, parecía tenerlo asumido, y el último que pudo verle con vida (aparte de los militares), contó que le echó una sonrisa. Al poco rato le cortaron la lengua, le rompieron las manos y le fusilaron con más de cuarenta balas disparadas. Eso sucedió el 16 de septiembre de 1973, tal día como hoy hace 50 años.

Su cuerpo fue dejado en el parque más cercano y encontrado por unas vecinas. En el Registro Civil, su cadáver fue identificado y llamaron a su esposa Joan Jara para que pudiera darle a su marido el funeral clandestino que merecía.

Las últimas horas de Jara fueron recreadas magníficamente décadas después por TVN Chile.

La dictadura trató de borrar el rastro de Jara inútilmente pero en 1990 la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, ya el en retorno de la democracia, contó toda la cruda realidad de lo sucedido con el cantante.

En 2009 fue detenido su asesino José Paredes Márquez, que apenas tenía 18 años cuando le asesinó, y se celebró un funeral de Estado para él durante la presidencia de Michelle Bachelet.

Recientemente, siete militares han sido condenados por su asesinato, uno de ellos se suicidó antes de entrar en la cárcel, con 86 años.

Desde 2003 el Estadio Chile es conocido como el Estadio Víctor Jara.

La joven que salvó los archivos de la televisión pública

La de la imagen es Amira Arratia, la responsable de preservar toda la etapa de Unidad Popular en Televisión Nacional de Chile (TVN).

TVN era una televisión joven cuando los de Pinochet la asaltaron, apenas llevaba tres años de emisión, no llegaba, en todo el país.

La televisión pública nació en 1969 durante el gobierno de Frei Montalva, el 31 de enero en Puerto Williams y el 18 de septiembre en Santiago llegando poco a poco la señal a todo el país.

Si bien nació con un principio de pluralidad e independencia, tanto el gobierno de Allende como la posterior dictadura de Pinochet la terminaron utilizando como medio propagandístico.

La mañana del 11 de septiembre de 1973, la televisión pública, así como el resto de medios del país, es asaltada por los militares y, salvo Canal 13, todos son cerrados durante días hasta ser reabiertos con una mayor afinidad al régimen.

El archivo de TVN es el mayor archivo audiovisual que tiene Chile y eso lo sabían, por eso ordenaron la destrucción de todo material relacionado con los tres años de gobierno de Unidad Popular.

Arratia era una joven de 21 años que trabajaba a tiempo parcial haciendo prácticas en la cadena y consideró que era una aberración histórica lo que buscaba hacerse, así que decidió sacar varias fichas del catálogo y esconderlas para preservar ese material audiovisual, sin esas fichas era imposible encontrar lo que se buscaba destruir.

Algunas de esas piezas fueron el discurso de Allende sobre la nacionalización del cobre en 1971, el Premio Nobel a Pablo Neruda, la visita de Fidel Castro y todo el material que había hecho Víctor Jara para ellos.

Ella también guardó otro material comprometedor: copias de coberturas de corresponsales extranjeros que cubrían protestas contra Pinochet y que fueron sacadas a la luz tras el regreso de la democracia.

Arratia comenta que no era consciente del peligro al que se enfrentaba porque "de haberlo sido probablemente ahora tendríamos un conocimiento muy distinto de la historia reciente de Chile" y tiene absolutamente toda la razón.

Durante la década de los 70 y de los 80, TVN Chile fue un aparato de propaganda y manipulación pero tras el retorno de la democracia ha defendido los valores de la sociedad y los derechos humanos ayudando a investigar los crímenes de lesa humanidad que se cometieron durante los dieciséis años de régimen de Pinochet.

Arratia actualmente es jefa de documentación de la televisión pública y ha sido galardonada recientemente por su defensa del patrimonio audiovisual de Chile. Una heroína cuya historia merecía ser contada cincuenta años después del fatídico asesinato de Víctor Jara por el material que se pudo salvar de él