'4 estrellas' (review Temporada 2): Un entretenido culebrón de ricos

Tras su estreno en diciembre, la ficción protagonizada por Dafne Fernández, Marta Aledo y David Lorente entre otros, ha finalizado a finales de abril esta ronda de episodios para dar paso a una tercera y última temporada que cerrará definitivamente la serie.

La llegada de la familia Albalad a Vera del Rey ha revolucionado aún más sin cabe el revolucionado pueblo, a través del matrimonio entre Rafael (Francis Lorenzo) y Rita y las relaciones de su hija y su ahijado con sus hijas. Unas constantes tramas alocadas y llenas de salseo principalmente protagonizadas por Marta Lasierra.

A su favor, hemos tenido los constante conflictos entre Paz (Elsa Matilla) y Rita o Paula (Marta Guerras) y Marta, cuatro grandes personajes femeninos que nos han regalado historias cada vez más absurdas en el buen sentido.

Quizás la mejor trama ha sido la profanación de la tumba de la primera esposa de Rafael y el posterior juicio. También el asesinato de Rafael y la caída de Diego ventana abajo.

En su contra, el triángulo amoroso entre Tristán (Jorge Suquet), Marta y Diego (Nacho López) ha sido agotador y muy difícil empatizar con el personaje que interpreta el actor de 'Vivir dos veces', que recordaba en muchos aspectos a Julio. Nada en contra de López, él hace lo que puede con lo que le han dado.

Sin lugar a dudas Paula ha sido el mejor añadido de esta temporada, un personaje divertidísimo y exagerado al que han dejado caer por momentos añadiéndole excesivo drama respecto a su matrimonio con Diego. Pero el dúo que ha hecho con Marta ha sido realmente icónico.

Entre los personajes, no me han terminado de gustar ni Diego ni Rafael (no termino de conectar con Francis Lorenzo) pero Tristán me ha parecido agradable y Paz y Paula una fantasía. A estos tres últimos les voy a echar de menos.

Los que entran, los que se quedan y los que se van

Tras 127 episodios de una primera temporada divertida pero algo estirada, era evidente que '4 estrellas' necesitaba una renovación tanto de parte del elenco como de tramas pero sin perder su esencia, creo que se ha conseguido de una forma similar a lo que lo hacía, por ejemplo, 'Amar es para siempre'.

Salir del bucle que suponía Julio (con todo el respeto a un notable Raúl Prieto) ha sido un balón de oxígeno para el serial.

La llegada de Pedro (Ismael Martínez) y Lucas (Álex Mola) ha dado una perspectiva incómoda pero necesaria a lo que es el acoso escolar poniéndolo desde el punto de vista del acosador y un padre que lo defiende. Un acosador que pecó más de cobardía que de maldad y que merecía una redención. Es, sin duda, un tema polémico pero es de agradecer que '4 estrellas' no se vaya a lo fácil a la hora de tratar temas sociales.

El romance de Pedro y Clara quedó un poco subdesarrollado, pero tenía potencial de ser algo interesante, pese a algunas carencias emocionales del hermano de Ainhoa.

Uno de los puntos fuertes para mí ha sido recuperar a Miguel (Chani Martín), el hermano de Javier, un personaje episódico que apareció en el viral episodio del Orgullo negándose a aceptar la identidad de su hije.

El excromañón ha tenido una deconstrucción hecha con gran naturalidad hasta convertirse en uno de los personajes más adorables de la serie. El actor, y también cantante, fetiche de Javier Fesser, aporta la habitual gracia que ha demostrado tener en las películas del afamado director con un entrañable punto dramático. Y una química estupenda con Estefanía de los Santos, que también gana protagonismo como Angelita.

Bea (Nuria Herrero) de momento no ha podido aportar demasiado pero puede ser un buen personaje, la actriz me gustó en 'Señoras del (h)AMPA'.

El palo más duro que ha recibido la serie ha sido la marcha de Toni Acosta y Marina Baeza como Clara y Sara Rojo, quien fuera la protagonista al principio ha tenido que abandonar por compromisos teatrales y con ello hemos perdido a uno de los pilares, que se ha recompuesto como mejor ha podido pero ha notado su ausencia.

Mientras tanto, los que se quedan, siguen siendo tan estupendos como eran en la primera temporada: '4 estrellas' puede presumir de un excepcional elenco femenino con actrices de la talla de Ana Gracia o Marta Aledo y, por otra parte, de un talento único como David Lorente, el cual para mí se eleva a los altares de los grandes actores de este país aunque tristemente no sea tan reconocido como ello por el público general. Es probable que estemos ante el Javier Gutiérrez o el Luis Tosar de las series diarias.

También la relación Luznhoa, aunque empezó estancada, ha crecido con la adopción del pequeño Guille dando visibilidad a la maternidad entre dos mujeres en el prime time de la televisión pública.

Entrados en la recta final

A diferencia de la mayoría del fandom, no soy tan reticente ante el hecho de que '4 estrellas' vaya a concluir en su tercera temporada, creo que la serie va a cumplir un buen ciclo no sin sus luces y sombras, llegando en un momento complicado para TVE ante una obsesión poco sana de competir en audiencia a toda costa.

No se puede decir que el serial haya sido del todo un gran éxito en audiencia pero sí logró fidelizar a su millón de espectadores y aportar unas buenas críticas que convierten, para mí, a '4 estrellas' en un acierto.

Los constantes maltratos sumados al desgaste de ir en una franja complicada han sido responsables de un hundimiento de audiencia que ya hace complicado salvar el producto pero al menos parece que tendrá un final en condiciones.

La llegada de Broncano a la televisión pública es un movimiento arriesgado pero sí puede ser útil para que TVE conecte con un público no tan asiduo a la cadena. En principio estoy a favor de su fichaje, aunque tengo mis reticencias en cuales han sido las condiciones de éste.

Es injusto, eso sí, comparar el presupuesto de una ficción con el de un programa de entretenimiento cuando artículos sesgados sacan informaciones sobre aquello.

Tras el final de '4 estrellas', La 1 necesitará resucitar el espíritu de esta serie o 'Estoy vivo' con algo cercano y costumbrista, actual como contrapeso de sus ficciones de época que, tristemente, no están funcionando en audiencia pese su buena calidad.

Creo que tenemos un fandom muy agradable pero en ocasiones un tanto extremo, el maltrato a la serie responde a una obsesión por la cadena de competir contra una Telecinco en crisis pero no un caso de censura y no es justo considerar las series de época que hacen como algo rancio o anclado en el pasado cuando acostumbran a hacer un retrato adecuado del fascismo en el prime time de La 1, algo tan positivo y necesario como la visibilidad LGTBI. Tenemos que ser correctos con lo que defendemos porque el papel de la televisión pública es tener una vocación educativa de servicio público.

Pero el presente también tiene muchas cosas que contar y se ha demostrado que las ficciones familiares todavía tienen algo de tirón. El cierre de '4 estrellas' no debe suponer un abandono de la televisión pública a este género tan abierto que permite tratar tantos temas, si no buscar comenzar con algo nuevo, con intenciones positivas y de calidad.

La segunda temporada de '4 estrellas', con sus cosas, ha sido una mejora de calidad respecto a la primera y estoy deseando ver qué queda por contar en el final de sus días. Disfrutemos del final del viaje.