Esa intriga llegó a la pequeña pantalla el 8 de abril de aquel mismo año a la cadena ABC y meses más tarde a Telecinco en España, con dos temporadas de gran éxito y una tercera veinticinco años después en 2017. ¿Qué tuvo de especial esta serie?
Con un excelente episodio piloto (considerado uno de los mejores de la historia de la televisión) de noventa minutos de duración, se nos presenta el mencionado misterio con el que empiezan muchos whodunnits: la aparición del cuerpo sin vida de una adolescente conmueve a todo un pueblo entero.
Laura Palmer, una joven de instituto, aparece muerta por sorpresa en la mañana de un día normal y corriente.
El agente Dale Cooper llega a Twin Peaks para investigar el caso, con la ayuda del sheriff local Harry S. Truman y se encuentra en un lugar donde todos tienen mucho que esconder y nadie es de fiar, con muy poca colaboración entre los habitantes del pueblo.
Personajes enigmáticos, tramas surrealistas
Pero a medida que uno avanza, se da cuenta que 'Twin Peaks' no es una serie normal y corriente y su surrealismo contando todo sin contar nada la hace única y un referente en el género.
Ensoñaciones, espíritus, habitaciones rojas en llamas, enanos que bailan y personajes variopintos y extraños con historias más variopintas hizo notar el toque de David Lynch más pronto que tarde.
Personajes carismáticos como el odioso millonario Benjamin Horne (¡interpretado por el protagonista de 'West Side Story'!), su entrañable y a su vez odiosa hija Audrey Horne, la joven Donna, los destrozados padres de Laura Palmer, el fiel acompañante Harry S. Truman y, sobretodo, el excéntrico y genial agente Dale Cooper, magníficamente interpretado por Kyle MacLachlan en el papel de su vida.
Los odias y los amas, te emocionas con sus historias y a su vez tratas (sin éxito) de comprenderlos en una historia que la conducen los propios personajes.
Una nueva forma de entender la televisión
Siempre lo he dicho, antes de que alucináramos con 'Los Soprano', 'Lost' o 'Breaking Bad' entre otras, estuvieron allí 'Twin Peaks' y 'Expediente X' creando una nueva forma de entender la televisión.
Y es que no se puede negar que 'Twin Peaks' fue uno de los principales detonantes de la edad dorada de la televisión: una pequeña pantalla que no quería sentirse pequeña, que quería contar grandes historias, explorar distintos lenguajes audiovisuales, que venía a decir que no era peor que el cine y que era un arte más.
Y al final fue un enorme éxito que sentó precedente, convirtiéndose con el tiempo en una de las ficciones más recordadas con cariño por parte de la gente.
Eso no quita que fuera víctima de su propio éxito: la cadena decidió estirarla tras la resolución del asesinato con subtramas menos interesantes, ya sin David Lynch al mando, que desgastaron una joya e hicieron que no fuera todo lo redonda que podría.
Aún así, toda la primera y la mitad de la segunda temporada es una de las series más redondas que se han hecho con una de las resoluciones más emotivas, impactantes y rompecorazonadoras que he llegado a ver.
El éxito fue tal que en 1992 se hizo una película precuela titulada 'Twin Peaks: Fire walk with me' en referencia a la mítica frase que se menciona en varias ocasiones, además de su posterior resurrección en 2017.
No sólo el guión y los personajes fueron lo más destacado, también la impresionante banda sonora de Angelo Badalamenti, que nos traslada a la inolvidable cabecera y nos transmite la fuerza y el desgarro emocional de los personajes.
Emitida en EEUU por la cadena ABC, en España fue la primera serie emitida en Telecinco pocos meses después de su llegada y es que aunque el modelo del principal canal de Mediaset se basaba en el entretenimiento "ligero", fue una de las series favoritas de Silvio Berlusconi.
No estuvo exenta de polémica su emisión y es que el haber sido anunciado el final de la primera temporada como la resolución del misterio, provocó una multitud de quejas en la centralita de Telecinco a finales de 1990.
Puede que nunca seamos capaz de comprenderla, pero sí de disfrutarla: 'Twin Peaks' es historia de la televisión, una locura de David Lynch que marcó un antes y un después en nuestras vidas, treinta años después seguimos hablando de ella.
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