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20 años de fiebre amarilla

Sábado 19 de Diciembre de 2009 21:55
 

La serie de animación por excelencia, y para muchos de todas las series de la historia de TV, ha discurrido en estos 20 años en forma de comedia de situación, bajo los característicos guiones de humor inteligente, ácidos, y satíricos de la sociedad americana. Los Simpson fue creada por Matt Groening para Fox en 1989, como una forma de continuación de aquellos pequeños "superhombres", "Los Picapiedra". La serie es la más grande sátira que se ha creado hacia la sociedad estadounidense. El día 17 de diciembre de este mes, se cumplió 20 años exactos de aparición de la familia amarilla en la parrilla de una gran cadena generalista. Hoy le rendimos homenaje a aquella brillante idea que se consolidó con los años.

Groening creó una familia disfuncional y nombró a sus personajes en honor a los miembros de su propia familia. Los cortos pasaron a formar parte de El show de Tracey Ullman y después se convirtieron en una serie de episodios de media hora en horario de máxima audiencia. Todo eso antes de que se independizaran en 1989. Bajo la marca de Matt Groening, JL Brooks, Sam Simon, se presentarían a la gran masa.

Con más de 440 episodios en 21 temporadas, Los Simpson son ya como de nuestra familia. Para ello, han debido contar con un equipo de guionistas supremo. Y así lo siguen haciendo. Los guiones de la serie en muchos momentos y sobre todo en sus 10 primeras temporadas, alcanzaron la perfección más absoluta. Y entre estos guionistas han destacado gente como, John Swartzwelder es el guionista principal del equipo. Otro de los antiguos guionistas más conocidos es Conan O'Brien, que contribuyó en varios episodios a principios de los 90 hasta que fue a sustituir a David Letterman.

Así con los guionistas llegamos a la creación de los personajes y al desarrollo de ellos. Los Simpson son una familia típica estadounidense que vive en Springfield, una ciudad ficticia. Homer, es el padre, trabaja como inspector de seguridad en la planta de energía nuclear de Springfield en el sector 7G, posición que contrasta con su personalidad irresponsable, torpe, vaga y casi grotesca. Su mujer es Marge, una común ama de casa que da la vida por él a pesar de toparse con semejante engendro. Sus hijos son Bart, un niño de 10 años muy gamberro, Lisa, una niña de 8 años con un cociente intelectual muy alto, y Maggie, un bebé que no habla y que muchas veces es olvidada por su padre. La familia ha poseído innumerables mascotas que han pasado por las vicisitudes propias de esta familia peculiar. Y no me olvido del abuelo, Don Abraham J. Simpson, un olvidado de la familia que pasa su vejez contando sus batallitas de la mili.

Como cualquier serie coral, esta incluye además un nutrido grupo de personajes secundarios; pero que sin embargo son clásicos dentro del clásico debido a la dimensión que han alcanzado estos personajes, gracias entre otras cosas, a que han influido de manera extraordinaria al perfecto retrato de la sociedad americana. Nos viene a la cabeza el huidizo Director Skinner, tan exigente con los niños como frágil a repuesta de su jefe Chalmers y sobre todo de su madre. Y si el Señor Disco Stu, tururú, sigue hablando en tercera persona sobre si mismo, habrá que anotarlo en la larga lista que hace mención al tal Jeremías Springfield. Este estaría muy contento en su época, de haber tenido a una familia como la de los Flanders. Tan servicial a Dios como única para evitar problemas. Y es que Ned Flanders desde que se le murió su amada esposa, solo vive por sus hijos. Y por Dios claro. Lástima que Homer Simpson le recuerde a cada rato "Normalmente no rezo, pero si estás ahí, por favor, ¡sálvame Superman!". Por otro lado, que decir del gran Moe y de su taberna. Tan servicial como despistado a llamadas a cobro revertido. Mientras, Bart Simpson, se divierte con su cómico preferido, Krusty el Payaso, que es la copia con un disfraz de su padre, al que este llama por su nombre, Homer. Y no vamos a llamar al Doctor Hibbert para que nos haga un diagnostico. Con el actor secundario Bob tendríamos conclusiones para rato. Y es que no sé como se las ingeniarían juntas dos personalidades como las de Bob y el supremo Señor Burns. Habría que llamar a Kent Brockman para que les hiciese unas entrevistas a ambos. El resultado tendría consecuencias fúnebres. Para suerte del poderoso, el Señor Burns escondería su fragilidad y bajo su socio Smicer, llamaría al jefe de policía Wiggum, que tras perder el tiempo con su doble merienda diaria y al intentar detener al ebrio Burney, acudiría a la cita un poco tarde.

Mientras Rasca y Pica sazonan de sangre la pantalla, Lisa que les echa un ojo, se dispone a hablar con el Alcalde Quimby. El medio ambiente a debate. Lástima que no haya debate con Willie, el jardinero escocés. Con Ralph Wiggum tampoco. Y es que con Nelson delante, cualquier debate es complicado. Aunque siempre está Milhouse dispuesto a estirar el chicle por Lisa. Lisa en cambio mirará las notas con lupa que le ponga la Señorita Edna Krabrappel. De camino a casa siempre habrá lugar para el satanismo, el heavy y la perpetua juventud con Otto, el conductor del autobús. Marge por su parte, hará una visita a Appu, que a su vez le fue hecha una visita por Tony el Gordo. Una vez todos en casa, con Homer incluido, y después de realizar lo normal en una familia normal, siempre quedará el sillón, una buena cerveza Duff y la tele.

Y es que Homer Simpson, es un capítulo aparte. Su personaje es seguramente el más brillante dibujado y diseccionado de todos los que se han escrito jamás. Sus frases puestas en cualquier Web a la vista del todo el público, son uno de los más grandes divertimentos para paliar esas horas de aburrimiento y tristeza. Habría que dedicar un post aparte para sus frases.

Todas las cualidades negativas del ser humano se reflejan en él. Homer tiene una capacidad de concentración muy baja. Sin embargo no es ajeno a tener un carácter dominante, que sin embargo se quedará en entredicho con sus continuos cambios de opinión. Es envidioso con sus vecinos, sobre todo con uno en particular, y le hace el mismo caso a su hijo que a sus mascotas, es decir, ninguno. Además es un homo-sapiens tremendamente perezoso. Su cociente intelectual está muy por debajo de la media, lo que no lo impide trabajar dónde trabaja, y tener momentos álgidos intelectualmente de cara a la plebe. Aunque parece ser religioso católico, Homer hace honor a todas las religiones de la Tierra, o casi todas. Tal es el caso que ha acabado perteneciendo a sectas. La poca capacidad de colaboración en tareas del hogar es comparable a su inepta por no decir nula, torpeza para comprender cosas. Es estúpido, ingenuo, irresponsable y muy niño. El tiempo libre lo dedica a beber cerveza viendo la TV en su casa, a beber cerveza en la Taberna de Moe y a comer donuts en el 7 G, porque ahí tiene tiempo libre también. No hay duda que Homer Simpson es uno de los personajes más influyentes de la historia de la TV, y que nunca habrá otro como él.

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Y es que Los Simpson, también inserta referentes culturales que cubren un amplio espectro de la sociedad estadounidense. Dichas referencias vienen del cine, la televisión, música, literatura, ciencia y hechos históricos. Otros de los rasgos comunes de la serie son las expresiones aparecidas que se han incorporado al lenguaje popular estadounidense, como el «excelente» de Montgomery Burns, el grito triunfal « ¡Yuhuu!» de Homer o la risa burlona «¡Ja! ¡Ja!» de Nelson Muntz.

Los Simpson también han tenido que hacer frente al ser acusados por algunos padres pertenecientes a ideales muy conservadores (cosa curiosa cuando Los Simpson es una serie conservadora, si alguien tiene todavía alguna duda mírense todos los finales de la serie dónde priman todos esos valores , y además por eso se emite en FOX) como un mal modelo a seguir para los niños. En las escuelas, los profesores afirmaban que Bart era una «amenaza para el aprendizaje» debido a su actitud de «orgullo por sus malas calificaciones» y su actitud negativa respecto a su educación Otros lo describieron como «egoísta, agresivo y miserable». En una entrevista de 1991, Bill Cosby describió a Bart como un mal ejemplo a seguir para los niños y lo calificó como «enfadado, confuso, frustrado»

Durante muchos años, la crítica alabó la serie Los Simpson por su ingenio, realismo e inteligencia. A partir del 2000, algunos de los fans más veteranos empezaron a expresar su desilusión con la serie señalando lo que ellos percibían como un exceso de situaciones estrafalarias en los argumentos, anteriormente basados en las características de los personajes. A pesar de estas críticas, Los Simpson ha logrado mantener una buena audiencia y atraer nuevos seguidores.

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