Si hace unos meses os hubiera dicho que en un capítulo de 'House' veríamos al doctor más borde de la televisión parodiando una comedia con risas enlatadas, luchando contra una horda de zombies, formando una familia de los 50, huyendo o cantando junto a Cuddy, creeríais que me he vuelto loco. Pues bien, si en esta séptima temporada hemos visto como se iniciaba una relación entre House y Cuddy, Trece ha sido reemplazada por Martha, hemos visto morir a la protagonista de 'Dirty Dancing' tras dar a luz, Wilson y Taub han roto con sus respectivas parejas y hemos conocido a la hermana y a la madre de Lisa, el capítulo quince no podía ser menos y se ha convertido, para mí, en el mejor de este curso.
Aunque el caso central sobre el que gira el capítulo no destaca ni es de lejos uno de los mejores de la temporada, la relación entre House y Cuddy, que se hizo realidad al principio de la temporada, podría terminar de una forma trágica e inesperada y es que la endocrinóloga podría padecer cáncer en un estado bastante avanzado. La idea de la enfermedad y la posible muerte de Cuddy se ven plasmados en los sueños -o pesadillas, según como se mire- de House y Lisa, que dan un toque muy original al capítulo.
House, Wilson y Rachel, los nuevos 'Dos hombres y medio'
¿Os imagináis Hugh Laurie como sustituto de Charlie Sheen en 'Dos hombres y medio'? Pues por el momento habrá que conformarse con House. Pensándolo bien, el médico no anda muy lejos de Charlie Sheen, ambos están enganchados a alguna sustancia y no dudan en pagar por mantener relaciones sexuales.
En el primer sueño de Cuddy podemos ver a House, Wilson y una adolescente Rachel viviendo dentro de una comedia con risas enlatadas sin gracia. La joven rebelde es un caso perdido, ya que vive bajo la tutela de House, dado que su madre murió.
Foreman, Chase, Taub y Martha, zombies por un día
El primer sueño de House se desarrolla en el hospital, en esta ocasión el punto diferente lo ponen los cuatro miembros del equipo de House, que se han convertido en zombies que no tienen nada que envidiar a los de 'The Walking Dead'. La secuencia, que cuenta con una paupérrima iluminación, bien podría colar como un fragmento de una película de Robert Rodriguez.
Con un bastón que se puede convertir en hacha, escopeta o linterna, según haga falta, el doctor House intenta salvar la vida de la doctora Cuddy, aunque parece que poco puede hacer por ella.
Cuddy, House y Rachel, felices en los 50
Cuando las televisiones están en continuo desarrollo tecnológico, Lisa decide soñar por un minuto en blanco y negro y en un formato distinto al panorámico.
En plenos años 50 y con los roles de la época totalmente cambiados, Lisa vuelve de trabajar mientras House ha preparado la cena y se ocupa del futuro de Rachel, la vida es maravillosa. Con ocho años Rachel ya ha sido admitida en la facultad de Derecho -recordemos que hace pocos capítulos House descubrió que Rachel no era demasiado lista y optó por entrenarla a base de premios para conseguir que pasase las pruebas para acceder a un colegio de superdotados-, Wilson felicita a Lisa por su vigesimonoveno cumpleaños y House no cojea. Todo esto no es posible.
House y Cuddy, 'Dos hombres y un destino'
Como si de Butch Kassidy y The Sundance Kid se tratase, House y Cuddy están acorralados por la policía en el tercer sueño de Lisa, esta vez de estética western.
Aunque al principio House le propone dejarlo todo por Australia, el doctor se decanta por abandonarla, tal como parece ocurrir en el capítulo. Al médico le cuesta estar al lado de Cuddy en estos duros momentos. Al despertar, todo resulta haber sido una pesadilla.
Greg y Lisa se marcan un número musical
El último sueño transcurre durante la operación de Lisa, en la que se le aplica anestesia general. En esta ocasión, y como gran final, nos encontramos ante un número musical: una versión de "Get happy" interpretada por House y Cuddy.
Con una estética muy surrealista, acorde con los videoclips que se hacen en estos tiempos, vemos a un House de traje, bastón y sombrero. Rápidamente Cuddy decide añadirse a la canción y cambia su cama y ropa de hospital por un largo vestido blanco.
Si todos estos momentos os han parecido grandes, no os podéis perder el magnífico final del capítulo que, por lo menos yo, estaba esperando desde hacía tiempo.
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