'The Killing', esa serie que murió, resucitó, volvió a morir y volvió a resucitar, ha llegado a su fin en Estados Unidos. Tras un final de la tercera temporada muy impactante y completamente abierto en el que su protagonista, Sarah Linden (Mireille Enos), acababa con las manos manchadas de sangre, AMC, la cadena encargada de emitirla, decidía no darle continuidad debido a sus bajos índices de audiencia. Afortunadamente, Netflix, que cada vez apuesta más por la producción propia de contenidos, decidía rescatarla por una temporada de solamente seis episodios hace unos meses para darle un cierre digno y necesario a la serie. Como ya va siendo habitual en esta plataforma de vídeo bajo demanda, optó por ofrecer este fin de semana toda la temporada al completo en su día de estreno, una temporada que debido a su estructura, es perfecta para ser maratoneada.
A partir de aquí puedes encontrar algún spoiler de la cuarta temporada de 'The Killing' que no afecta a la resolución del caso ni al final de la serie.
Precisamente, uno de los puntos fuertes de la cuarta temporada de 'The Killing' es que estamos ante una corta temporada de sólo seis capítulos. Esta serie siempre había jugado con las pistas falsas que terminaban por no llevar a ninguna parte y que simplemente servían para llenar minutos en pantalla. Eso no quiere decir que no haya pistas falsas, pero no hay tantas. Además, en estos seis capítulos no se aborda solamente un caso, sino dos. Por un lado, tenemos a Linden y Holder (Joel Kinnaman) investigando un suceso en el que una familia al completo ha muerto en casa, a excepción del hijo, un estudiante de una academia militar que no recuerda nada; por otro, los dos agentes tratan de mantener oculta la muerte de Skinner, algo que no será nada fácil para ninguno de ellos y que pondrá a prueba en más de una ocasión su gran amistad, mientras nos hacen cómplices a todos los espectadores de su gran y oscuro secreto.
Pero esa bonita amistad que todos querríamos tener con alguien, no es el único punto central que toca esta perfecta cuarta temporada. La familia, en todos sus aspectos, también ha jugado un papel fundamental. La tenemos desestructurada, como la de Linden, en la que el regreso de su hijo ya crecido que no es querido por su padre y no quiere sentirse abandonado nos ha llegado al corazón, a pesar de que su madre tampoco le preste demasiada atención. Ésta también ha sido la temporada en la que hemos conocido a la madre biológica de la detective, aunque en mi opinión, ésta ha sido la trama más floja de la temporada.
En cuanto a Holder, le ha venido un poco grande eso de saber que va a ser padre en un momento tan complejo de su vida. Tanto que la relación con su pareja ha terminado de forma definitiva. Por otro lado, hemos descubierto que su sobrinito no sabe contar en español: "...Seis, siete, dose, trese, ocho, nueve, catourse, quinse, diecinueve, vente, ventiuno, trenta...".
También tenemos la familia de Skinner, el asesino de la tercera temporada que solamente fue descubierto por Holder y Linden, ésta última acabó con su vida. Mientras que su esposa no parece muy preocupada, todo lo contrario sucede con su hija Bethany, que está dispuesta a ir contra viento y marea para dar con el paradero de su padre, un padre al que tiene idealizado y en cuya desaparición sabe que Linden está involucrada.
Por último, pero no menos importante, el caso de la academia militar en el que una familia es el objetivo. A pesar de parecer inicialmente modélica, la familia esconde secretos que podrían estar relacionados o no con la resolución del trágico crimen. Una familia un tanto peculiar que prefiero que descubráis vosotros mismos viendo la serie.
En esta temporada, a pesar de ser más corta, también ha habido tiempo para los homenajes. Si en el inicio de la primera temporada veíamos cómo sacaban del lago el coche de la campaña en el que iba Rosie Larsen, en el final de la serie había que volver a ver cómo una grúa sacaba otro coche, en esta ocasión el de Skinner. Una escena que, dicho sea de paso, recordaba bastante a la del final de la película "Psicosis". Otras imágenes que no pueden faltar en el final de la serie y que ya vimos en su primer capítulo son las de Sarah contemplando el lago o corriendo a primera hora del día por los alrededores. Además, el último episodio de la serie cuenta con el cameo de un personaje que fue fijo durante las dos primeras temporadas de 'The Killing'.
Sin ninguna duda, 'The Killing' ha sabido despedirse por todo lo alto. A pesar de que el caso relacionado con la academia militar no ha sido muy potente en cuanto a giros, ha contado con muy buenos personajes: por un lado tenemos a una espléndida Joan Allen como Margaret O'Neal, la responsable de la academia militar que consigue imponer respeto; por otro tenemos al trío de jóvenes que seguramente tendrán un gran futuro en televisión, Stansbury (Tyler Ross) que tras perder a su familia vive en un estado de amnesia, así como Knopf (Sterling Beaumon) y Fielding (Levi Meaden), el duelo de hostias protagonizado por estos tres personajes es una de las escenas televisivas del año.
Además, nos ha mostrado a unos desgarradores Linden y Holder (este último ha acabado abocado a una mezcla extraña compuesta por cocaína y rezos, convertido en hombre de fe o algo parecido) con los que hemos sufrido y nos hemos angustiado como nunca antes. Creo que no lloraba viendo un capítulo de televisión desde uno de la cuarta temporada de 'Parenthood' relacionado con la trama de Kristina y he de reconocer que con esta temporada de 'The Killing' he vuelto a hacerlo. Una despedida que recuerda a otras grandes que fueron rescatadas como 'Friday Night Lights' o 'Daños y perjuicios'. Espero que los premios la tengan en cuenta.
Necesitas ser usuario registrado de FormulaTV.com para comentar en este blog. Conéctate o haz clic aquí para registrarte