¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas? Hace tres semanas el canal de televisión por cable estadounidense A&E estrenaba la ficción policíaca 'Breakout Kings', creada por Matt Olmstead y Nick Santora, productores ejecutivos de 'Prison Break'. La serie, que fue descartada por Fox de cara a la actual temporada, ha sabido hacerse un hueco en la noche del domingo y, con más dos millones de espectadores, ha conseguido convertirse en una de las series de cable más vistas del día, por delante de otras como 'Big Love' o 'Shameless'.
Sé que si os digo que la serie trata de un policía que trabaja junto a un grupo muy variopinto de reclusos -el listo, el osado, el impulsivo, la chica...- que persigue a fugitivos no os llame la atención, pero si os digo que es una gran oportunidad para ver el cierre de la historia de Theodore Bagwell quizá la cosa cambie. Y es que el fugitivo al que el equipo liderado por Charlie Duchamp (Laz Alonso) debe dar caza en el tercer capítulo de la serie, titulado "The Bag Man", no es otro que el sanguinario T-Bag que ya todos conocemos, interpretado por el gran Robert Knepper. Si en su día fuiste fan de la serie madre, este capítulo es de visionado obligatorio, pues en cierto modo ayudará a entender qué hay detrás de este oscuro personaje.
Repasando la trayectoria de T-Bag
T-Bag -condenado por abuso, violación y homicidio- se convirtió uno de los ocho de Fox River tras sumarse al plan de Michael Scofield (Wentworth Miller) para fugarse de la penitenciaría. Tras un largo periplo, llegó a Panamá, donde nuevamente fue encarcelado, esta vez en la prisión de Sona. Una vez más, y gracias a las alianzas forjadas con la cúpula de internos, Bagwell consiguió escapar. De nuevo en los Estados Unidos y tras la pista de Scylla, T-Bag terminó entre rejas, cumpliendo condena otra vez en Fox River, donde a día de hoy sigue encerrado.
ATENCIÓN, a continuación puedes encontrarte spoilers sobre el tercer capítulo de 'Breakout Kings'.
Tercera fuga televisada
El inicio del capítulo nos traslada a Fox River -os aseguro que al ver el plano de la prisión y el patio os inundaréis de buenos recuerdos-, donde vemos que T-Bag ya tiene bajo su control a otro joven, aunque dos minutos después, ya nos encontramos en un furgón, camino de una nueva mano para Bagwell. Reconozco que el plan de fuga de T-Bag tampoco es de los más elaborados de la serie, pues con una pieza que ha afilado, en la que va incrustada la prótesis de la mano, mata de forma sangrienta al policía que lo custodiaba durante el trayecto, con la pistola de éste, se carga al conductor del furgón y huye.
Una buena historia de fondo
A medida que avanza el capítulo descubrimos que a diferencia de las anteriores fugas, en esta ocasión T-Bag no es tan materialista y no le da tanta importancia al dinero: no anda ni tras el tesoro de D. B. Cooper ni tratando de descifrar libros de ornitología, sino que huye para reencontrarse con su madre, que se encuentra en coma, y vengar a las personas que le han hecho daño en estos últimos tiempos. A todo esto, ¿qué hay del síndrome de Down que padecía su madre, tal y como habíamos visto en un flashback de 'Prison Break'?
A la tercera tampoco va la vencida
Como no podía ser de otra forma, T-Bag está condenado a pasar toda su vida en prisión. Sigue siendo el único fugitivo de los Ocho de Fox River que a día de hoy continúa encerrado en la penitenciaría más famosa de Ilinois y parece que los actos cometidos en sus fugas no van a servir para arreglar nada, pues sigue sumando más asesinatos en su haber.
¿Qué hubiera sido de Michael Scofield, Lincoln Burrows, Fernando Sucre, Alex Mahone, James Whistler o Sara Tancredi en sus tiempos de fugitivos si este equipo policial se hubiera creado unos pocos años antes?
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