Mientras tanto, la trama de Storybrook arranca en el hospital del pueblo, donde Emma (Jennifer Morrison) lleva a Henry (Jared Gilmore) que, recordemos, en el anterior episodio cayó desmayado tras morder la tarta de manzana elaborada por Regina. Este hecho puntual ha servido para acelerar la historia (y es que en este capítulo la trama de Storybrook ha avanzado más que en los 21 restantes juntos): tras tocar el libro de su hijo, y a través de unos flashbacks de lo más lostianos, la sheriff Swan se enciende y repentinamente ya cree en la magia, las maldiciones y cualquier otro ingrediente típico de toda historia infantil. La aparición de Regina crea una rara alianza entre las "dos madres de Henry", porque seamos sinceros, es sorprendente la posición de Regina, ¿qué mala de cuento opta por sincerarse con su archienemiga, la única persona capaz de acabar con sus planes? Entiendo que la alcaldesa de Storybrook quiera salvar a Henry, pero su maléfico plan debería primar sobre todo.
Ambas acuden a pedir ayuda al señor Gold, que revela que la única magia capaz de acabar con la maldición es el amor verdadero y Emma es la única capaz de romperla. ¿Y cómo conseguir el amor verdadero? Pues como parece que en nuestro mundo no abunda demasiado el amor verdadero, la hija de Blancanieves debe hacerse con la pócima que custodia Maléfica en su interior, la cual sigue convertida en dragón.
A todo esto, Jefferson ha regresado a la Reina para pedir su recompensa: recuperar a su hija. Ante las negativas de Regina, el sombrerero loco ha ideado un plan de venganza. Por otra parte, August ya se ha convertido completamente en un rígido bloque de madera. Emma ha tardado bastante en ver realmente cómo se encuentra el ya adulto Pinocho, pero por fin ha conseguido verlo, la fe con la que ahora cuenta ha servido para que cambien muchas cosas.
Emma baja hasta el subterráneo de la biblioteca municipal, donde se encuentra recluida Maléfica. Allí, tras no conseguir derribar a la bestia con una pistola (gloriosa mezcla, por cierto), usa la misma espada con la que luchó su padre, el príncipe James, y consigue acabar con el dragón, un dragón que parece estar hecho por el mismo equipo que diseñó los dinosaurios de 'Terra Nova'. Tras vérselas negras para recuperar la poción que contiene el último reducto de magia, la ingenua de Emma, que ahora parece confiar en todo el mundo, la pierde al ser engañada por Gold.
Por otro lado, Jefferson accede a la zona restringida del hospital, ésa donde hace ya unos cuantos capítulos descubrimos que Regina tenía recluida a Bella (Emilie de Ravin), a la que libera y ordena que busque Gold. Allí también hemos descubierto que hay otro cuarto con "S. Glass" (¿el periodista Sidney Glass?) rotulado en su puerta.
Pero volvamos al dúo Regina-Emma. Tras ser timadas por Gold, ambas optan por volver al hospital tras recibir una fatídica llamada: Henry ha muerto. Emma, que no puede contener las lágrimas, le da un beso de despedida y gracias a ese amor verdadero entre una madre y un hijo, cual Blancanieves y Príncipe Encantador, Henry despierta y se rompe la maldición de Storybrook. En ese momento todos se encienden y recuerdan su vida anterior: Mary Margaret y David vuelven a estar juntos e imagino que August volverá a andar y moverse, ya que habrá recuperado su semblante humano. En cuanto a Regina, opta por despedirse de su hijo brevemente y desaparecer, recordemos que toda magia tiene un precio, ¿quizá el suyo haya sido que le arrebaten a su único ser querido que sigue con vida?
El magnate del pueblo, que ahora cuenta con la magia en su poder, se reencuentra con su amada Bella, que acude a su tienda de antigüedades. Ya en el bosque, y al igual que el resto de personajes, al romperse la maldición la joven también recuerda, recuerda que amaba a Rumpelstiskin y que lo sigue amando. ¿Pero qué trama Gold en el bosque? Pues recuperar la magia en un pozo milagroso, en él arroja la pócima de amor verdadero y de él comienza a manar un enigmático humo púrpura que termina impregnando todo Storybrook, todo, incluido el reloj que casualmente marca las ocho y cuarto, ¿volverá a quedar el tiempo detenido a la misma hora?
Una malvada sonrisa de Regina sirve como anticipo de lo que veremos a partir de la próxima temporada.
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