'Mad Men' T6: ser Don Draper pasa factura

Seguramente el joven Dick Whitman decidió cambiar de identidad en la Guerra de Corea para prosperar, salir de la pobreza y poder vivir de una forma mejor. Pero por mucho que queramos cambiar, todos somos quiénes somos y venimos de dónde venimos. Si en otras temporadas los flashbacks nos han mostrado la infancia de Dick, en esta ocasión Matthew Weiner ha decidido retratar su adolescencia en la casa de fulanas, un retrato que explica por qué trata así a las mujeres. Don Draper sigue siendo un hombre con problemas, aunque haber sido cazado en pleno acto con su vecina Sylvia por su hija ha sido la gota que ha colmado el vaso de whisky. Don es incapaz de afrontarlos, por lo que cree que la bebida es la forma más fácil de solucionarlo todo, sin darse cuenta de que ha caído en un pozo: su trabajo se derrumba por completo, cuando aparece por la oficina (a la que siempre acude impuntual) se muestra desinteresado y ha despedido a los clientes más importantes que tenía la compañía. Pero Don ve en California la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva (¿dónde ha quedado ese viaje interior a Hawaii que le había cambiado por completo la vida?), además, así Megan puede probar suerte en Hollywood y abandonar el mundo de los culebrones diarios.

Pero tras haber tomado la decisión en firme, Don se echa atrás, cree que Ted necesita más ese puesto para no destruir su vida familiar y alejarse lo máximo posible de su tentación, Peggy Olson. Como es lógico esta decisión no le ha sentado nada bien a Megan, que decide abandonar a Don, lo quiere, pero no tanto como para ponerlo antes que su carrera en el mundo de la interpretación y no va a consentir que sus problemas terminen engulléndola. ¿Supondrá esto el final de su personaje en la serie? Espero que no, pues a pesar de ser tan odiada en las redes sin haber hecho nada (algunos hasta elaboraron alocadas teorías que aseguraban que moriría de forma salvaje), nos ofrece un punto femenino muy diferente al del resto de personajes de la serie.

Pero en esta temporada el señor Draper no ha perdido solamente a su joven esposa y a su traumatizada hija, sino también su trabajo. "Sterling Cooper and Partners" ha decidido prescindir de sus servicios. Ahora, en la cuarentena, solterón y sin trabajo, parece que Dick va a tener complicado volver a ser el exitoso Don Draper. ¿Y quién es Don Draper ahora? Sin duda alguna Peggy ha hecho muchos méritos para conseguirlo y ha sido recompensada por ello, en pocos años hemos visto que ha cambiado la silla de secretaria de Don por la silla y el despacho de Don. Por el momento, Peggy ya ha demostrado que tiene dotes de mando, obligando a sus empleados a trabajar hasta en festivos con tal de terminar el trabajo a tiempo; esperemos que este gran cambio no acabe sucediéndole lo mismo, de momento amantes no le faltan.

Pete Campbell también ha intentado ser Don Draper, aunque sin éxito. El pobre es incapaz de serle infiel a Trudy con la vecina sin que se entere todo el barrio, algo que ha puesto fin a su matrimonio. Y no es la única consecuencia negativa: el encuentro en un burdel con su suegro le ha valido para hacerle perder a la empresa una cuenta. La muerte de su padre en un accidente de avión y, recientemente, la de su madre en un barco, parecen haberle dejado marcado y parece que en su familia es necesaria una muerte en coche para cerrar el triángulo. Precisamente en un coche, Campbell ha dejado clara una de sus carencias por las que jamás será Don: querido Pete, no puedes ser un Don Draper sin saber conducir un coche a marchas.

Al margen de Don Draper y "Sterling Cooper and Partners", esta temporada ha venido marcada por dos cambios sociales importantes: la liberación de la mujer, con Megan Draper y Peggy Olson a la cabeza, y el exceso de violencia. Megan es una mujer moderna, que puede valerse por sí misma sin necesidad de ningún hombre, el punto álgido lo vemos en el último episodio cuando la actriz ha decidido anteponer su carrera a su matrimonio; Peggy es el otro personaje femenino independiente, cuenta con un puesto importante como creativa en el mundo de la publicidad y, tras romper con su novio, vive sola, aunque es más insegura que Megan, no quiere depender de nadie y muestra de ello es ese gato que adquiere para librarse de las ratas que le atormentan sin necesidad de llamar a ningún hombre en plena noche para pedir ayuda. Es curioso que las dos mujeres liberadas comenzasen como secretarias del machista de Don. En cuanto a los hechos violentos, al margen de asesinatos a gran escala como los de Luther King o Bobby Kennedy, que se ven reflejados en la serie, el robo en el apartamento de los Draper es el incidente más destacado, aunque no el único, no por la gravedad del caso, pues afortunadamente no sucedió nada más allá del robo, sino por ver a los hijos de Don y Betty, aún niños (por mucho que haya crecido Sally), desprotegidos y solos ante el peligro.

Sin duda alguna la sexta temporada ha sido mucho más completa y redonda que la anterior, con episodios brillantes que demuestran que ésta va a ser una de ésas que se despiden por todo lo alto, aunque sigo sin saber muy bien por dónde va a ir la séptima y última temporada. Confío y espero que en las nuevas entregas esté presente Bob Benson (a pesar de que el actor, James Wolk, forma parte de la nueva comedia 'The Crazy Ones', podría aparecer como estrella invitada), otro impostor como Dick Whitman del que por ahora poco sabemos.