'House of Cards', poniendo las cartas sobre la mesa

La política está podrida debido a la corrupción, eso no es nada nuevo que no hayamos visto en televisión, pero ninguna había hecho partícipes a los espectadores como lo hace 'House of Cards', la primera serie de producción propia de Netflix. Durante los trece episodios de los que consta la primera temporada, su protagonista, Frank Underwood, un congresista de dudosa moralidad, elige a la audiencia como confidente, y en algunos momentos hasta confesora, de sus oscuras intenciones. En los primeros minutos ya deja claro que en la política no hay amigos y que este mundo funciona con favores, hay que hacerlos para poder cobrarlos cuando sea necesario.

Pero la política no es la única que apesta, los medios de comunicación, donde se antepone el ego a la profesionalidad, objetividad y buena conducta, están a su merced y le siguen el juego sin darse cuenta (o sin querer darse cuenta) de que continuamente están siendo utilizados como marionetas. Por primera vez los medios informativos no son los héroes salvadores que deben arriesgar sus vidas con tal de mostrar que la política está corrompida, sino que ellos también son parte del problema. Sindicatos como el de la educación tampoco se salvan en 'House of Cards'. En esta serie nada es lo que parece y hay que analizarlo todo con segundas intenciones si no se quiere caer en la trampa.

Sólidos guiones y excelente dirección

La adaptación de la ficción británica de los noventa de 'House of Cards' ha ido a cargo de Beau Willimon. Quizá a muchos ese nombre no os dice nada, pero Willimon es el guionista de "Los idus de marzo", film político cuyo guion fue nominado a los Oscar, los Globos de Oro y los Bafta en 2012. Como es habitual en las series, Willimon no firma todos los capítulos. Entre el resto de guionistas encontramos a Rick Cleveland, guionista de 'El ala oeste de la Casa Blanca' (por el que consiguió con un Emmy), 'A dos metros bajo tierra', 'Mad Men' y 'Nurse Jackie'. También encontramos a otros como Kate Barnow ('True Blood'), Gina Gionfriddo ('Ley y Orden'), Keith Huff ('Mad Men'), Sarah Treem ('En terapia') y el novel Sam Forman.

'House of Cards' muestra a un conjunto de personajes muy sólidos y trabajados que tienen algo que explicar y que consiguen enganchar al espectador como ninguna otra serie política lo había hecho hasta la fecha. La serie política sabe mantener el ritmo que le faltaba a 'Boss' y, afortunadamente, no tiene nada que ver con ese despropósito llamado 'Political Animals'. Una serie llena de simbolismos que hacen encajar perfectamente el día a día de los protagonistas con el mensaje que quiere transmitir al espectador: si un grifo gotea no hay repararlo, sino cambiarlo por otro o que si se tira mucho de una cuerda, ésta terminará rompiéndose.

David Fincher, ganador de un Globo de Oro y un Bafta por su trabajo en "La red social", es el encargado de dirigir los dos primeros episodios de la serie. Fincher, que también ejerce de productor ejecutivo, le cede el testigo a otros directores como Joel Schumacher, James Foley ("Seduciendo a un extraño"), Charles McDougall ('The Good Wife', 'Sexo en Nueva York'), Carl Franklin ('Roma', 'Magic City') y Allen Coulter ('Los Soprano', 'Boardwalk Empire'), quien con la escena de apertura del último episodio sabe capturar muy bien el espíritu de la serie. A pesar de ir cambiando de dirección episodio a episodio, todos los capítulos siguen la misma línea en la que se prefiere dar cercanía al espectador, con gran cantidad de planos cortos, para hacerlo partícipe de la historia y así no perder ningún detalle de ningún documento ni pantalla de ordenador ni de teléfono móvil.

Un reparto de lujo

También hay que destacar de esta gran serie su excelente reparto de actores, todos ellos muy curtidos y con gran experiencia en el mundo de la interpretación. No sólo hay que mencionar a la pareja protagonista, sino también a todos los personajes secundarios, cuyas intepretaciones no quedan descompensadas y son plenamente creíbles.

Además de ser productor ejecutivo, Kevin Spacey, quien ya coincidió con Fincher en "Seven", es el protagonista de esta serie. El ganador de dos premios Oscar por "Sospechosos habituales" y "American Beauty" se mete en la piel del despiadado congresista Frank Underwood, líder de la cámara de representantes, que tras no ser nombrado secretario de Estado, decide utilizar no sólo al resto de diputados, sino también a los medios de comunicación para conseguir sus objetivos, caiga quien caiga y cueste lo que cueste. Una interpretación soberbia que espero que reciba el reconocimiento que se merece.

Robin Wright, nominada al Globo de Oro por su trabajo en "Forrest Gump", a quien pudimos ver hace unos cuantos años en "La princesa prometida" y más recientemente junto a Fincher en "Los hombres que no amaban a las mujeres", abandona su lado más dulce para ser Claire Underwood, la esposa de Frank. Claire no es la típica esposa de político que se queda en casa a la espera de que su marido vuelva del trabajo, sino que se aprovecha de los contactos políticos cercanos al Gobierno para llevar una organización no gubernamental un tanto turbia. Junto a su marido, forma una de las parejas más disfuncionales de la televisión, más que esposos parecen compañeros de viaje que cada día se ponen al día mientras fuman junto a la ventana. Escalar posiciones es el objetivo primordial.

Kate Mara, quien interpretó a Hayden en la primera temporada de 'American Horror Story', da vida a Zoe Barnes, una joven periodista recién llegada al diario Washington Herald. Conseguirá saltar de la noche a la mañana a las grandes ligas de la información gracias a una fuente de dentro del congreso que le irá filtrando noticias, el mismo Frank Underwood. Una relación que se irá complicando a medida que pasen los capítulos en los que mientras ambos consiguen beneficios propios, podrían causar grandes daños colaterales. Gracias a esas escenas de zorrerío -ya sabréis a qué me refiero cuando la veáis- que deja Kate Mara en esta serie, reconozco que esta chica me ha ganado por completo.

Por contra, Constance Zimmer, a quien vimos en 'El séquito' y 'Boston Legal', interpreta a Janine Skorsky, la periodista experta en temas de política del Washington Herald que con el repentino ascenso de la joven Barnes verá peligrar su puesto. Skorsky, que no es una nueva en este mundo, sabe que esta rápida subida de Zoe se debe a una fuente de dentro del congreso y sospecha que podría haber una relación sexual tras ello.

Corey Stoll, el Hemingway de "Midnight in Paris" de Woody Allen, es Peter Russo, un congresista que tratará de lanzar su carrera como gobernador de Pensilvania gracias al apoyo de Frank Underwood. Russo es un vividor aficionado a las prostitutas que ha tenido serios problemas con drogas (alcohol, cocaína, heroína, anfetaminas, maría...), divorciado, padre de dos hijos y con una relación sentimental oculta con una de sus empleadas, Christina Gallagher (Kristen Connolly, "La cabaña en el bosque"). En definitiva, no es un hombre a seguir.

Michael Kelly ('Generation Kill', 'Ley y Orden: UVE') es Doug Stamper, la mano derecha de Frank Underwood, el hombre de confianza que se encarga de hacer todo lo que su jefe le pide, sin plantearse siquiera si lo que hace es moralmente correcto. A diferencia de otros personajes, poco sabemos de la vida privada de Doug.

El nominado a los premios Tony de teatro Ben Daniels da vida a Adam Galloway, un fotógrafo unido a Claire Underwood por temas laborales y sentimentales. Será el cuarto vértice de un cuadrado amoroso lleno de idas y venidas.

'House of Cards' se estrena en España el próximo 21 de febrero en Canal+1.