'Houdini': cruzada contra el espiritismo y trucos que consiguen entretener

La cadena de televisión History sigue apostando por la producción propia. Tras la buena 'Hatfields & McCoys', la aburrida 'Vikingos', la polémica 'La Biblia' y la un tanto ligera 'Bonnie & Clyde', el canal ha emitido la miniserie de dos partes 'Houdini', un producto que sin haber inventado nada en televisión, consigue generar interés y fascinación por la figura del mago, su ideología y el secreto de sus trucos.

A pesar de que su primera parte ronda los 80 minutos de metraje y la segunda supera ligeramente la hora de duración, su tono, que consigue entretener sin llegar a aburrir en ningún momento, hace que hasta se nos haga corto y deja con ganas de más.

Las dos partes de la historia están muy bien diferenciadas. En la primera nos cuentan cómo Erik Weisz terminó convirtiéndose en Harry Houdini, además de explicarnos episodios de su infancia, entre los que destaca la gran unión a su madre, mostrarnos los secretos de sus trucos más famosos con cadenas y tanques y conseguir innovar en el mundo de la magia al llevarla de los teatros a las calles, pudiendo hacer cosas más grandes. En la segunda, a pesar de que siguen habiendo trucos, como el del muro o el de la camisa de fuerza, el tema central es su lucha contra los timadores que sacan dinero del mundo espiritual: presuntos médiums y videntes cuyos fraudes son destapados por Houdini, un hombre de ciencia (quizá por eso me ha ganado tanto la persona/personaje) que siempre ha admitido que lo que él hace son trucos y sostiene, especialmente tras un acontecimiento familiar, que los hechos paranormales no existen.

Debido a su gran notoriedad, a lo largo de su vida van apareciendo figuras históricas conocidas por todos nosotros para hacer crecer todavía más nuestro interés. Así hace acto de presencia la familia real rusa, entre los que destacan el zar Nicolás II y su hija Anastasia, todos ellos muertos durante la revolución obrera, así como el sacerdote muy próximo a la familia Romanov, Rasputín. Aunque Arthur Conan Doyle tiene mucho más peso en la ficción: lejos del alma deductiva de su personaje más famoso, Sherlock Holmes, el escritor es un gran defensor del mundo sobrenatural de los espíritus, algo que generará un conflicto entre las dos ilustres figuras.

Admitámoslo, las recreaciones de órganos internos no son lo mejor de la ficción. Especialmente cuando 'House' lo hizo mucho mejor diez años antes. Pero imagino que al no tratarse de una serie médica, los productores de 'Houdini' prefirieron invertir el dinero en otros aspectos, como vestuario o elefantes, en lugar de en animaciones.

En cuanto a la elección de Adrien Brody como 'Houdini' me parece muy acertada. Las miniseries cortas, al igual que los telefilms, tienen que contar con un reclamo en su reparto y un actor oscarizado siempre viene bien. Al ser de pocas entregas, no son unos formatos que acostumbres a encontrar por casualidad, haciendo zapping o a los que te puedas enganchar por recomendación de un amigo en el capítulo 20, pues no tienen tanto recorrido. El actor, al que todos recordamos por ser "El Pianista" de la Segunda Guerra Mundial, no guarda demasiado físicamente con el mago, salvo que tampoco es una gran hermosura,aunque hay que admitir que cuenta con un más que trabajado cuerpo para el papel. Espero que al actor neoyorquino le caigan próximamente nominaciones a premios importantes, porque su personaje es la miniserie, hay pocas escenas sin él en pantalla, y su estupenda interpretación también es responsable de quedarnos con ganas de más Houdini en televisión.

En nuestro país, la miniserie 'Houdini' podrá verse próximamente a través de Discovery Max. Si quieres descubrir los secretos de sus ilusiones o te interesa el conflicto entre ciencia y fe, no te la puedes perder.

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