Festival de Series de Barcelona Día 1: del vestuario de 'Juego de Tronos' al duelo de series españolas vs USA

Tras varias ediciones en Madrid a sus espaldas, ayer llegó finalmente el primer Festival de Series de Canal+ a Barcelona. El primer día no se caracterizó por una gran afluencia de público, sino todo lo contrario, las salas de los talleres estaban bastante vacías: es la primera edición en la ciudad catalana y todavía no hay mucho conocimiento sobre ello. Este hecho, aunque pueda ser negativo para la organización, hace que los talleres de Barcelona, a diferencia de los de Madrid, sean bastante más cercanos e íntimos y eso también se agradece.

Mi primera opción de la tarde fue el taller de vestuario de la sastrería Cornejo. Ya había acudido al taller que habían organizado en 2013 en Madrid y quedé tan fascinado que quise repetir, me daba igual si volvían a explicar las mismas anécdotas o la presentación que proyectaban era la misma, poder ver trajes de series como 'Juego de Tronos' o 'Los Tudor' ya valía la pena. Aunque muchas anécdotas volvieron a repetirse, no fue exactamente lo mismo, sino que este año se centraron casi exclusivamente en la serie basada en "Canción de Hielo y Fuego".

Así, a lo largo de la charla explicaron temporada a temporada, desde la primera hasta la quinta, curiosidades sobre sus colaboraciones con 'Juego de Tronos'. Desde la producción del primer año, que tuvo lugar en octubre del 2009 hasta el final de la primera temporada, en mayo de 2010, se confeccionaron trajes expresamente para ella como los de 25 trajes de dothrakis o 20 trajes de ciudadanos "elegantes" que ejercían de extras (lo que supuso algunas limitaciones por temas de presupuesto). Pero no todo era ropa nueva, sino que gran parte de ella pertenecía al gigantesco stock de la sastrería (que a pesar de no estar inventariado superaría el millón de trajes), la ropa usada y gastada da valor, ya que si fuera nuevo quizá no daría tanto el pego, algunos ejemplos de ello son el cinturón que luce Khal Drogo, la coraza de Joffrey Baratheon, y los coletos de Theon Greyjoy, el Perro y Ned Stark.

¿Y qué sucede con todo el vestuario usado de una temporada a la otra? Se produce un embargo, es decir, se guarda toda la ropa requerida de una temporada a la siguiente y no puede ser usada por ninguna otra producción. El embargo se puede realizar o bien en la propia sastrería o en sus estudios, como en el caso de 'Juego de Tronos', que optó por almacenar todos los trajes en Belfast. En cuanto al nuevo material para la segunda temporada, destaca la fabricación de 20 trajes para los soldados de Stannis Baratheon.

Para la tercera temporada de 'Juego de Tronos' se mandaron unos 500 trajes debido a los nuevos personajes, como por ejemplo, el de los Segundos Hijos, cuyo vestuario era reutilizado de otras ficciones. Como caso completo de reciclado de vestuario pusieron el del coleto de Ramsay Bolton (Iwan Rheon), que fue creado para Vigo Mortensen en "Alatriste" y que, actualmente, está siendo utilizado en la segunda temporada de la ficción de BBC 'Los Mosqueteros'.

Durante la quinta temporada, la última en la que se ha trabajado, la figurinista de la serie, Michelle Clapton, tuvo serios problemas para decidir el vestuario de las Serpientes de Arena (las hijas bastardas de Oberyn). Además, para esta temporada destaca el encargo de 50 falderas para Desembarco del Rey. En esta ocasión, la propia responsable de la sastrería Cornejo acudió a Irlanda del Norte y tuvo oportunidad de ver cómo se trabajaba, con más de 100 personas solamente en el departamento de vestuario de la serie, cada cual especializada en lo suyo. Además, como anécdota, también explicó la decepción que se llevó al ver la sala del Trono de Hierro y el trono en sí, mucho más pequeños que en televisión.

Para terminar, también hubo tiempo para explicar breves curiosidades sobre otras series, como que en 'Los Tudor', uno de los vestidos de Ana Bolena había sido confeccionado para el film español "Tirante El Blanco" o que Jonathan Rhys Meyers es un actor bastante pequeño. Que para los trajes de 'Vikings' se usa piel de búfalo y que la ropa es bastante más clara que la de la Guardia de la Noche de 'Juego de Tronos', por ejemplo. Con 'Da Vinci's Demons' ha habido alguna dificultad debido al cambio de figurinista entre la primera y la segunda temporada de la serie.

Para terminar, dieron una larga lista de series en las que han participado, como 'Downton Abbey', 'Turn', 'Outlander', 'The Hollow Crown', 'La cazatesoros', 'Curro Jiménez', 'Isabel', 'Gran Hotel'... Así como de algunas películas como "Indiana Jones", "Maléfica" o "Exodus", de la cual pudimos comprobar que lo que en pantalla parece metal, es más plástico que otra cosa.

Posteriormente, tras una hora muerta, fui a "Escribiendo series: España vs USA", una charla a cargo de los guionistas Lluís Alcarazo (ganador de un Goya en 2007 a mejor guion adaptado por "Salvador" y guionista de muchos seriales de TV3 como 'El cor de la ciutat' o 'Nissaga de poder') y Oriol Paulo (guionista y director de "El cuerpo" y escritor de 'El cor de la ciutat') que tocaron motivos obvios sobre por qué las ficciones de España son tan diferentes a las del resto y que a veces se nos escapan.

Para Alcarazo, las dos principales diferencias estriban en la especialización de los guionistas y en el presupuesto. Mientras que en Estados Unidos Chuck Lorre está muy metido en sitcoms o David E. Kelley (hasta hace poco) en series de abogados, aquí un guionista hace de todo: comedias, dramas familiares, culebrones, documentales, concursos o programas de televisión de cualquier tipo, por lo que mucho del talento existente queda desaprovechado. Por otra parte está el tema económico: a diferencia de Estados Unidos, en nuestro país se trabaja sin pilotos, sino sobre proyectos porque rodar pilotos no solamente supone un gasto económico directo, sino también de tiempo, que a la larga también se traduce en dinero perdido. Es cierto que en Estados Unidos hay algún caso puntual en el que se da luz verde a una serie sin pasar por episodio piloto, por ejemplo 'The Michael J. Fox Show', pero suelen ser casos excepcionales.

También relacionado con el motivo económico está el que no se hagan series de género. Las cadenas generalistas no quieren centrarse en un target concreto, sino que quieren ir a por todos, por lo que el corte familiar acostumbra a estar muy presente en todas las ficciones de nuestro país.

Mientras en Estados Unidos, la revolución televisiva llegó en los 90, con la producción de ficciones algo más alejadas de los cánones convencionales como 'Twin Peaks' o 'Expediente X', en nuestro país ese cambio parece no llegar. Aunque también es comprensible, la población española es mucho más pequeña que la estadounidense, ¿le saldría a cuenta a una televisión generalista tener en emisión una serie así? Pues no se sabe, pero por si acaso, no se intenta. Las cadenas españolas son bastante conservadoras en ese aspecto.

Otra pieza clave en la revolución americana fue la producción propia de ficción por parte de la televisión de pago. Obviamente el número de abonados a las plataformas de pago españolas está muy lejos de las estadounidenses, por lo que sólo se pueden permitir producir en casos puntuales, como 'Crematorio'.

Oriol Paulo se acordó de la figura del showrunner tan usual en Estados Unidos, inexistente en nuestro país, donde en lugar de una voz cantante de un guionista y productor ejecutivo de la serie, aquí se trabaja mediante la coordinación de todos los departamentos, lo que, ante una falta clara de jerarquía, conduce a continuas discrepancias donde la cadena no duda en inmiscuirse.

Por último, me llamó la atención que ambos de quejaran por el modelo impuesto en ocasiones por las cadenas, más allá de la duración de 70 minutos de los capítulos de primetime. Mientras que Carlos Montero (guionista de 'Al salir de clase', 'Física o química' o 'El tiempo entre costuras') dijo en el Festival de Series de 2013 que a todos los guionistas les encantaría estirar al máximo sus series, porque da trabajo a mucha gente y cuando se acaba la serie se quedan sin trabajo, Lluís y Oriol, que llevan cuatro años luchando por un proyecto que parece que finalmente verá la luz, mostraron una postura completamente opuesta a ésta. Para ellos, lo ideal sería que la serie terminase cuando tuviera que acabar, no cuando una cadena te impusiera. Durante su charla, se notó su pasión como creadores y eso debería ser también importante en un guionista.

Tal y como dijo Alcarazo al comenzar la charla, ahora decimos de una serie muy buena que parece cine (la dirección de 'Boardwalk Empire' es tremenda), dentro de unos años será al revés. Ojalá así sea. Larga vida a la ficción televisiva.

Al margen de los talleres, algo que no alcancé a entender es el tema de las bebidas alcohólicas que reparten de forma gratuita a los asistentes (gin tonics y cervezas). Se puede beber, pero sólo en el interior de las salas de cine y no en el vestíbulo (ni siquiera en el espacio "Mad Men Lounge"), donde sería un lugar perfecto para hacer tiempo entre talleres de dos salas diferentes que no coinciden en horario.

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